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domingo, 1 de junio de 2014

Ben-Hur, Charlton Heston y diez mil más

Ha llovido ya desde Semana Santa —bueno tampoco ha llovido demasiado, pero ya me entendéis—, pero las críticas no se hacen o se cuelgan siempre cuando se ve la peli —si son de estreno si que tampoco hay que ser tonto— sino cuando se está en el momento adecuado y este lo parece.
Nunca he sido muy de ver estas películas bíblicas, no porque no sea creyente, que lo soy, aunque no practicante. Creo que más bien era el enfrentarme a historias más bien dramáticas y de excesiva duración lo que me "echaba para atrás". Últimamente, sin embargo, veo todo lo que pillo y cuanto más variado mejor y aprovechando que la pusieron en "La 1", sin publicidad y en HD, me dispuse a ver Ben-Hur.
Es innegable que es una de las producciones más mastodónticas realizadas en la historia del cine, de ahí el título de la entrada, y que el epicentro en torno al cual gira la historia y todo el reparto es un sublime Charlton Heston.
No es que el resto del reparto sea una comparsa, ni muchísimo menos, puesto que Stephen Boyd, por poner un ejemplo, le da un genial contrapunto al Ben-Hur de Heston, encarnando a su amigo de infancia y posterior enemigo, Mesala.
Destaco también a Jack Hawkins, como comandante de la galera donde cumple condena durante una parte del film Heston y a Hugh Griffith como el jeque árabe que participa con sus magníficos caballos en las carreras de cuadrigas, una de las escenas más impresionantes de la película, dicha carrera, pero que para mis gusto se alarga en exceso, como la película en si.
Mención especial a la genial banda sonora de Miklós Rózsa, poniendo la épica y la grandeza que una producción de este calibre necesita en el apartado sonoro.
Creo que algo de lo que quizá muchos no somos conscientes cuando nos enfrentamos a este tipo de cine, lejano ya en el tiempo, es que, en aquella época, todo era "de verdad" o prácticamente todo. No había cromas que facilitaran la inserción digital de escenarios, decorados o extras... Un trabajo que a día de hoy, estoy seguro, haría inviables muchas de las grandes superproducciones por razones económicas.
Está claro que la película es sobresaliente en la mayoría de sus aspectos, como la dirección de William Wyler y usa una manera curiosa de acercarnos a la figura de Jesús, casi tangencialmente y más que en segundo, en un tercer plano. Por eso se me hizo algo innecesario y pesado el tramo en que nos presentan los inicios del cristianismo con los seguidores del Mesías.
Yo habría seguido mucho más en la distancia, como hasta ese momento, y quizá darle algo más de ritmo, que se resiente para mi según avanza el metraje y que hace que, al menos en mi caso me resultara algo tediosa esa parte final.
Una de las obras magnas del celuloide sin ningún género de duda, tremendamente disfrutable para todo tipo de cinéfilos aunque es un film pausado y que ha de visionarse siendo consciente de la época en que fue realizado y que no vamos a ver nada del estilo del Noé de Aronofsky. Su defecto principal para mi es que está alargada en exceso.

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