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miércoles, 11 de junio de 2014

Todos están muertos. De tartas de manzana y estrellas del rock


"Todos están muertos" nos cuenta una historia, la de Lupe/Elena Anaya, que muchos hemos vivido seguramente en algún momento de nuestras vidas, me refiero a esa situación en el que el agujero en que te encuentras es tan profundo que la luz es tan solo un puntito en la lejanía.
En ese aspecto, creo que el gran mérito de la directora es que consigue que el drama, que lo hay y mucho en esta historia, no nos haga perder de vista la posibilidad de la esperanza al final del camino. Porque hay mucha crudez en determinados momentos, pero de una manera implícita más que explícita, lo cual nos ayuda a no pasar un tan mal rato.
Entre un reparto reducido pero a un muy buen nivel, destaca sobremanera Elena Anaya, la cual recrea con solvencia a una mujer destrozada por su pasado, atrapada y que, aun así, resplandece en pantalla cada vez que la sonrisa florece en el demacrado rostro del personaje.

La fuerza la pone Paquita/Angélica Aragón, una madre dispuesta a todo con tal de sacar a su hija, y por ende a su nieto Pancho/Christian Bernal, cuya interpretación y más teniendo en cuenta su juventud me ha gustado mucho también; quizá le falla algo la entonación, monótona, cuando hace de narrador.
Quien ocasiona el cambio en las vidas de el trío protagonista es Víctor/Patrick Criado, quien me pareció un nuevo valor a seguir en la magnífica "La gran familia española" y que aquí me ha vuelto a sorprender con un registro bastante diferente. Estaré pendiente de su evolución.

Podemos decir que el punto de originalidad a la historia, y por tanto al guión, se lo da la inclusión del personaje de Diego/Nahuel Pérez Biscayart, un joven lleno de matices y que, también sufrirá una evolución patente según avanza el metraje, igual que el resto de personajes.

La ambientación me ha parecido sublime para quienes sean de mi quinta, treintaytantos y sumando, que reconocerán desde ídolos deportivos hasta libros del cole de cuando éramos unos pipiolos.
Mención especial a la banda sonora, con música pop y rock que nos traslada a las décadas de los ochenta, cuando Lupe era una estrella, y de los noventa, donde se desarrolla la trama.
En resumidas cuentas, "Todos están muertos" es una película "pequeña" pero de esas que te llegan hondo, o al menos conmigo lo ha hecho. En cuanto a reflejar la época en la que se desarrolla, creo que ha habido un cuidado del detalle casi enfermizo y tiene un reparto solvente del primero al último actor, siendo Elena Anaya la que destaca por encima del resto.
Beatriz Sanchís demuestra en su primer largometraje que sabe lo que se hace y que, aun sin traernos una historia rompedora, demuestra incluso ser una guionista capaz de darle un toque de originalidad a algo ya visto.
Me la "vendieron" como algo diferente dentro del cine español y así es; diferente, disfrutable y de agradecer. Recomiendo verla si en vuestra localidad está aun en cartelera.
Nota: 7


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