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viernes, 18 de julio de 2014

A mi la Legión... de Ángeles.

Legión es de esas películas que cuando te decides a verla piensas, bueno, al menos será una vorágine de acción desenfrenada y me entretendrá, que es de lo que se trata cuando vemos cine de este tipo.
Lo cierto, sin embargo, es que un film que debería ser de un ritmo frenético y tiros por todas partes acaba siendo una mezcla entre eso y una especie de disertación filosófico-teológica, donde resulta que las mejores escenas son, precisamente, las de las conversaciones entre los diferentes personajes. Teniendo en cuenta lo planos que son los mismos, y poco originales por añadidura, eso no dice mucho en favor de la cinta de la que hablamos hoy.
No es que el reparto pudiera hacer más con ese guión cogido con pinzas en demasiados momentos, pero ni Paul Bettany, ni Dennis Quaid —una pena para lo que quedan algunos actores cuando pasa el tiempo— consiguen destacar demasiado, pese a que son lo mejor del casting sin ningún género de dudas.
Los demás ahí están y cumplen su cometido y casi todos son reconocibles si sois asiduos a las series o soléis quedaros con las caras de los secundarios habituales de la "Serie B".
Las situaciones que se van presentando no es que sean de las más inverosímiles ni mucho menos, pero están más revenidas que una bolsa de patatas que tienes en casa abierta hace tres meses. Es que incluso adivinas lo que los personajes van a decir en algunos de los diálogos antes de que lo digan.
Tiene unos cuantos momentos de acción de la buena, pero tener que esperar hasta el final para ver a los "Arcángeles" luchar en condiciones y no a base de usar armas de fuego me resultó aburridísimo. Bettany parece en numerosas escenas más un "Rambo" cualquiera que un "Ángel" venido a la tierra para defendernos. 
Los aspectos sonoros y visuales son más o menos lo mismo que el resto del film, un quiero y no puedo que no destaca más que en ser un aspecto muy "machacón" en los momentos de más acción.
Legión es un ejercicio de cine de segunda que ni siquiera consigue plenamente lo que debería, esto es, entretenernos durante casi todo el metraje. Se pierde en disertaciones teológicas que cortan el ritmo una y otra vez y encima los "Ángeles" están totalmente desaprovechados salvo en el tramo final.
Hablar del final me hace recordaar la mayor rémora que presenta este film... que tiene para mi uno de los finales más innecesariamente alargados de los que recuerdo. Como tres o cuatro veces piensas "Ahora si que se acabó", para a continuación ver otro giro de tuerca que le añade más metraje sin sentido a la película.

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