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martes, 14 de octubre de 2014

El indomable Will Hunting.

Los genios se pueden encontrar en cualquier sitio. Esa es la máxima que da sentido a esta película por la que dos de sus protagonistas, Matt Damon y Ben Affleck recibieron el Oscar a mejor guión y Robbin Williams a mejor actor secundario. Partiendo de aquí, veamos si de verdad es oro todo lo que reluce.
Si soy sincero me parece que lo mejor de esta película y por lo que merece la pena verla es por el duelo interpretativo de Damon y el tristemente fallecido Williams. Los dos están sublimes y las charlas entre ambos son tremendamente aleccionadoras e inspiradoras. Lo mejor del guión y del film está ahí.
Que nadie interprete esto como una cruzada contra Affleck, del que pienso que se equivoca en cuanto a los proyectos en los que participa más de lo normal, lo cual le hace mucho daño teniendo en cuenta que, sin ser un mal actor, tiene bastantes limitaciones. Aquí él no me desagradó pero no pega para nada en ese ambiente con esa carita que tiene, sobre todo de más joven. Por mucho chándal que le pusieran no parecía un matón de barrios marginales.
El problema de la película es que el guión debería ser uno de sus fuertes, o eso esperas habiendo sido premiada, pero lo cierto es que no tiene mucho de original. Joven problemático que tiene cualidades ocultas superiores al resto... eso está bastante visto en realidad ¿no? Además, la historia de amor entre Will y Skylar/Minnie Driver está bien, es tierna, intensa, dramática, pero también es más de lo mismo.
En cuanto Williams aparece en pantalla, la película es un tira y afloja constante entre su personaje y el de Damon, pasando todo lo demás a un segundo plano muy alejado, tanto, al menos en mi caso, que incluso me olvidaba de algunos personajes hasta que volvían a tener alguna escena con cierta trascendencia.
La dirección de Gus Van Sant es destacable, aunque no entiendo que tan solo un año después hiciera el detestable remake de Psicosis, viendo que en términos generales tiene una filmografía bastante decente. 
Danny Elfman, en lo que a banda sonora se refiere, está a la altura del resto, esto es, una aportación notable pero no maravillosa.
Es esta una cinta que recomiendo ver por el simple hecho de disfrutar de las sesiones de terapia entre los personajes de Matt Damon y Robin Williams pero que por lo demás no ofrece nada novedoso. Para mi merece la nota que vais a leer ahora por el simple hecho de poder disfrutar de dos grandes del cine.

3 comentarios:

  1. Rudy, no me agredas ni me odies, pero te voy a confesar que no he visto esta peli, aunque sé que es una peli cojonuda. Me la apunto como imprescindible para este fin de semana. Gran crítica como siempre.

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    1. Pues yo solo la he visto esta vez jajajaja. Vale la pena verla por Williams y Damon sobre todo. Espero que te guste incluso más que a mi ;)

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    2. A mi si que me dan ganas de agredirte por no verla ;) jajajaja
      Es que a mi me gustó mucho, creo que mucho más que al amigo Rudy.
      Tal vez tu no la veas original en cuanto a la historia, pero a mi me parece muy original en cuanto al guión, a esas magníficas conversaciones, no solo entre los protagonistas, sino durante todo el film en general. La secuencia del bar (que por cierto la teneis en mi Blog en la sección "Mis escenas favoritas") es de las que más me han hecho disfrutar en una sala de cine. Y gozo cada vez que la veo.

      Muy buena crítica aún a pesar de las ligras discrepancias. Yo en nota llegaría a un 8. Forzando mucho a un 8,5.

      @Ociopalabras

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