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viernes, 6 de febrero de 2015

Birdman. Volar o no volar, esa es la cuestión

No es fácil escribir una crítica de una película sobre la que ya se ha dicho todo seguramente y que llega algo más tarde de lo que me habría gustado por la nefasta distribución en lo que a cine se refiere que hay en mi isla. Pero como más vale tarde que nunca, la Diosa Fortuna ha querido que pueda juzgar tras haberla visto en pantalla grande y no en el ridículo monitor de mi portátil, lo cual es genial, la verdad.
Como yo no sé gran cosa de planos secuencia y esas cosas, pues no puedo alabar esas virtudes, aunque por lo que sé es un falso plano secuencia y creo que ese recurso puede llegar a resultar extenuante para muchos espectadores.
Que conste que no digo que sea una mala idea o que no sea original, esa manera de rodar la película me ha gustado pero hace que la angustia vital que te transmiten los personajes y determinadas situaciones no solo se meta dentro de ti, sino que hace que en ningún momento te puedas librar de ella y creo que muchos espectadores no están o estamos preparados para ello. Con esto no quiero decir que haya que tener una inteligencia determinada para disfrutar de la película, eso lo dejo para las de Lynch o ese cine de autor que casi hay que masticarlo literalmente, pero si que es una película difícil de disfrutar en su totalidad y apreciarla como seguramente debe ser apreciada por el gran público. 
Es indudable la calidad de la película en lo que a la dirección de Alejandro González Iñárritu se refiere y el guión, consigue contarnos de forma diferente una historia que ya hemos visto antes, que es la de las frustraciones, en este caso de actores venidos a menos, que tan de moda están hoy en día con tanta gente que no es capaz de asumir que ya no es lo que fue o que las cosas evolucionan y que si tú no evolucionas con ellas, quizá no tengas tu hueco en el nuevo mundo. En ese aspecto también tenemos la banda sonora, que usa la percusión para trasladarnos los momentos de mayor intensidad, pero que, en mi modesta opinión, llega a resultar cargante en algunos compases de la película. Es un acierto en mi opinión esa elección porque es contundente, pero creo que se pasa del uso al abuso según avanza el metraje y a mi me acabó cansando.
En lo que si debo coincidir plenamente con todos es en que Keaton está genial y en que el resto del reparto no le anda a la zaga, con un Norton que algunos dicen que ha vuelto y yo me pregunto ¿se había ido? Porque qué queréis que os diga, para verlo arrastrándose como han hecho otros, Keaton incluido, por producciones de medio pelo haciendo el ridículo, prefiero no saber de él y que me sorprenda de nuevo con actuaciones como esta. Emma Stone está magnífica, Zach Galifianakis irreconocible, para lo bueno, y Naomi Watts demostrando que siempre está a la altura.
Me queda mucho por ver de los nominados para los Oscar y quizá cuando lo haya hecho sea esta la película que me parezca mejor, pero he de decir que aun pareciéndome una gran película, estoy un poco cansado de tanta metáfora que me juega al birlibirloque con el espectador dejándole siempre con la duda que al final no es tal si vas a lo que te ponen en pantalla de qué es real y qué no lo es. Hay cosas que está bien dejarlas a la decisión del espectador pero también está claro que la escena final de Birdman por muy alegórico y metáforico que se quiera ser solo tiene dos explicaciones posibles o es real o hay drogas de por medio.

2 comentarios:

  1. Buenas Rudy,
    Magnífica crítica y de acuerdo en muchos aspectos.
    1 Saludo :)

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    1. Hola María.
      Acabo de leer la tuya y veo que si, que coincidimos en muchas cosas. Ciertamente es una película a la que es difícil acercarse y te diré incluso que a mi acompañante le pareció tan angustiosa por la manera de rodarla, que no te da descanso, y por las vivencias de los personajes que la película no le gustó nada.

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