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viernes, 1 de mayo de 2015

El maestro del agua. Las mil y una peripecias de un padre.

Soy de esos a los que Russell Crowe les parece un buen actor que mereció el "Oscar" mucho más en años que no lo ganó que cuando si lo hizo con "Gladiator" y tenía ganas de ver qué tal en su debut como director, así que me dispuse a ver "El maestro del agua", otra de esas muchas cintas basadas en hechos reales que llegan cada año a nuestros cines.
Como casi siempre, y con esta película no será la excepción, mi valoración está mucho más fundamentada en lo que me ha transmitido y lo que me ha hecho sentir que en aspectos técnicos de una película de esas que considero que o te llegan de algún modo o seguramente te parecerá una más. A mi, a título personal me ha llegado mucho durante los dos primero tercios y luego se ha ido desinflando un tanto, así que pasemos al análisis.
Algunos críticos profesionales la acusan de sustentarse en un romance vacío, cuando en realidad ese romance, no demasiado bien llevado en el guión no es el centro de la trama aunque a muchos se lo parezca. Lo que hace interesante a esta película es el tratamiento de amor paterno-filial y el amor y el sacrificio entre hermanos, además de una quizá no suficientemente profunda pero si muy clara crítica a la guerra.
En cuanto a lo primero, lo familiar, a mi me caló muy hondo desde el principio y en ese sentido creo que la conversación entre Connor/Crowe y el cura en la iglesia, además de todas las escenas que rodean a ese momento concreto, deberían hacer pensar a muchos lo poco que las personas están hoy dispuestas a hacer por los demás y lo que unos pocos son capaces de sacrificar para cumplir no consigo mismos, sino con sus seres queridos. Pero habrá muchos más momentos que al menos a mi me pusieron el corazón en un puño, protagonizadas más por los hijos de Connor que por el propio Connor.
Si entramos en lo segundo, la guerra y sus miserias, no es que esta sea la primera película que las plasma o que intenta aleccionar sobre lo inútil de las mismas pero hubo cosas que me parecieron geniales para mostrar cómo la guerra "bestializa" al ser humano. Por ejemplo la charla entre los oficiales sobre a qué se dedicaban antes de la guerra y descubres, aunque a lo largo del resto de la película eso es irrelevante, que seguramente son hombres que podrían haberse admirado mutuamente en otras circunstancias en lugar de dirigir a sus tropas buscando la aniquilación del oponente. El asalto a las trincheras es otro de esos momentos en los que nuestros protagonistas semejan más animales que personas y que llegado determinado momento resulta tremendamente angustioso por el sonido, pero eso es algo que solo entenderán quienes la hayan visto.
Cierto es que cuando la película se convierte más en una cinta de aventuras el nivel va decayendo y que la historia de amor de trasfondo no es de las que te dejan marca, quizá porque, pese a las buenas actuaciones de Crowe y Kurylenko, la química entre ellos no termina de ser suficiente para implicarte emocionalmente con ellos aunque, todo he de decirlo, el detalle del azúcar me gustó mucho.
En estas semanas es difícil destacar entre "Furiosos", "Vengadores" y otros revienta taquillas pero Crowe ha conseguido hacer una buena película en la que no se hace exaltación patriótica ni de Australia ni de la Gran Bretaña, cosa que siempre criticamos a casi todo lo que viene de EEUU, porque, como dice, más o menos, uno de los personajes: "No sé si alguno merecemos el perdón".
Nota: 7

2 comentarios:

  1. Ya te comenté que no me hacía muchas ganas de verla, pero leída tu reseña le daré una oportunidad. A mi la balanza con Crowe no termina de decantarse hacia nngún lado. Hay películas en las que me encanta y en otras le veo la misma cara un tanto sosa.
    Ya os contaré cuando la vea

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    1. Buenas Gaspar,
      si te animas ya me contarás qué te ha parecido. Al menos se aleja de tanta comedia mediocre que está llegando a nuestras carteleras y es un buen inicio de Crowe como director.

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