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lunes, 31 de agosto de 2015

El diablo viste de Prada y mona se queda

Siempre siento curiosidad cuando una película ha generado mucho revuelo o ha estado en boca de todos en su momento así que cuando emitieron en televisión este nuevo acercamiento al mundo de la moda no dudé en comprobar por mi mismo si la cosa era para tanto.
Está claro que es imposible no saber que nos vamos a encontrar con una Meryl Streep cuya Miranda Priestly es una hija de mala madre nivel "Hitler no era tan malo" y obviamente lo borda y es lo mejor con mucha diferencia de la cinta, cuando digo mucha quiero decir como de aquí a Lima, que se ve que debe estar muy lejos.
Lo demás del film pues pfffff, meh, bah y todas las onomatopeyas que se os ocurran para ni fú ni fá, o "not chicha, nor lemonade" que decían en el anuncio de una famosa bebida isotónica. O sea, es que es todo taaaaaaaaaaaaaaan predecible que lo único que te mantiene con ganas de prestar atención a la pantalla es ver a Meryl, magnífica en VO, y en menor medida a Stanley Tucci y Emily Blunt.
Alguno ya estará pensando que se me olvida Anne Hathaway pero no es que mi memoria falle, es que ella es el mayor "pos vale", para mi, de toda la producción. Parece querer moverse en un registro cuasi de comedia romántica cuando la película es un dramón del quince y su rol no acabas de tener claro si es el de una dulce mujer pervertida por la maldad de Miranda, el de una trepa que en cuanto vea la menor posibilidad acabará pisoteando a quien haga falta o una chica superada por la situación. A mi no me ha convencido para nada y además es que tampoco la he tenido nunca en esa consideración que mucha gente parece tenerla, ni como actriz ni como mujer.
No sé cómo iría el tema en la novela en la que se basa pero desde mi punto de vista se comete un error gigantesco al tratar de meternos con calzador la historia de Andy/Hathaway cuando es evidente en todo momento que quien de verdad es la protagonista es Miranda/Streep. Eso hace que en muchas fases de la cinta naveguemos sin un rumbo claro y que algunos personajes tengan actitudes tan volátiles y que algunas cosas se solucionen tan puerilmente, que nos queda la sensación de que se dejó todo en manos de la calidad de Meryl.
Si ya se me hizo por momentos bastante tediosa, el final me pareció precipitado y totalmente ridículo e incongruente, con un tufillo a comedia romántica que no casa para nada con lo que hemos estado viviendo hasta pocos minutos antes. Quizá a David Frankel, el director, se le atragantó su pasada experiencia como director en la serie "Sexo en nueva york" y no se dio cuenta de que era necesaria una narración menos errática, en un producto donde la trama no se puede corregir o retocar en futuros episodios.
Nota: 5

domingo, 30 de agosto de 2015

Fin, fallida por incoherente

Siempre es una buena noticia que en España se intente cosas diferentes en ficción, ya sea en el mundo del celuloide, las letras o la televisión. En este caso se mezclan las dos primeras, ya que esta película es la adaptación de la novel de David Monteagudo, la cual no he leído pero que sin duda leeré porque según me comentabais algunos en Twitter, parece ser que el guión cinematográfico se desmarca en demasía del libro, lo cual, al parecer, es el gran error y problema de esta cinta.
Si, como me ha sucedido a mi, habéis visto "Fin" después de ver Coherence, en la primera media hora tendréis la sensación de que ambas son muy similares. Ese viaje en coche, esa reunión entre amigos y, cómo no, todas las cuentas pendientes del pasado entre muchos de los asistentes al evento.
Hay que reconocer que Jorge Torregrossa y su equipo, actores incluidos, se mueven como peces en el agua en ese primer tercio del metraje y consiguen presentarnos muy bien algunas incógnitas e hilvanar muy bien todo lo que incumbe a las relaciones interpersonales de los protagonistas que sin duda luego conducirán a momentos tensos a lo largo del desarrollo de la historia.
Desgraciadamente, cuando empiezan a suceder los acontecimientos extraños, sobrenaturales o como queráis definirlos, la cosa se va yendo al traste sin prisa pero sin pausa. A diferencia de la pequeña película que hemos mencionado unas líneas más arriba, aquí se nos quiere ocultar con tanta vehemencia lo que sucede, aunque hay cosas obvias, que el camino se convierte en un seguir avanzando hasta el siguiente suceso inexplicable, gritos, lloros, y vuelta a empezar. No se profundiza realmente en casi nada y en casi nadie y hay unas cuantas escenas que son un sinsentido.
Curiosamente toda esa incoherencia parece afectar al reparto, que también va de más a menos de forma descarada, salvo Carmen Ruiz, Maribel Verdú y Daniel Grao. El resto se desdibujan de una manera patente y, por más que lo intento, y ya van unas cuantas películas en  las que aparece que he visto, no entiendo qué se le ve a Clara Lago; como actriz es de lo más justito que he visto, con una expresividad que casi no existe, lo mismo puede estar enamorada que oliendo algo desagradable, y encima tampoco la veo como una mujer de esas que te dejan huella en pantalla. Seré raro supongo.
Técnicamente es de lo mejorcito que he visto en el cine patrio en los últimos años y los parajes espectaculares por los que pasan nuestros protagonistas producen aun más impacto visual en nuestra retina, pero aunque Torregrossa apunta maneras, que se confirmarían en La vida inesperada, el resultado es muy irregular y el final casi que para olvidar. Espero que la novela me deje más satisfecho cuando pueda leerla.

sábado, 29 de agosto de 2015

La habitación del pánico, hubo vida antes de Crepúsculo

Circunscribir toda la acción de una película a una casa o, rizando aun más el rizo, a una habitación de dicha vivienda, hace que todo el peso recaiga sobre el guión y la capacidad que este posea para generar tensión y también en los hombros de todo el reparto que son los que han de conseguir ponernos el corazón en un puño.
David Fincher, director de culto para unos y sobrevalorado para otros, consigue que la cosa funcione a medias, porque está claro que su dirección en lo que respecta a las interpretaciones debió ayudar a que Foster, Whitaker, Leto y una muy jovencita pero reconocible Kristen Stewart consigan que lo pasemos extremadamente mal en algunos momentos. Es obvio que el tic de mantener la boca abierta de la crepuscular niña debió llegar mucho después de esta cinta; lo siento pero tenía que decirlo.
Por contra, el guión es muy plano y a pesar de algunas escenas donde madre e hija interactúan de alguna manera con los atracadores, no podemos decir que haya conversaciones de esas que se te quedan grabadas ni nada más allá de recursos más que vistos en muchos otros films similares antes de que Fincher y su guionista nos quisieran vender la historia de esta madre coraje.
Casi me atrevería a decir que lo mejor, aunque Foster está muy bien, son las discusiones entre los delincuentes, que son especialmente inquietantes mientras uno de ellos mantiene oculta su identidad con un pasamontañas; curiosamente es el actor menos conocido de los que se encuentran dentro del inmueble. Whitaker hace una de sus mejores actuaciones aunque no es que salga realmente demasiado de su rol habitual y supongo que para otros no pero a mi me fue imposible reconocer a Leto pero he de decir que es un actor del que poco sabía antes de la actuación que le valió el Oscar por "Dallas Buyers Club".
Tiene un buen ritmo narrativo y va bastante al grano, porque el atraco/secuestro no tarda en llegar más que unos minutos, en cuanto hemos visto la típica introducción de familia que se ve obligada a iniciar una nueva vida por cuestiones de separación/divorcio. No es una cinta que dé mucho respiro y es por eso que se sostiene a pesar de ser sumamente predecible.
Con el revisionado de este thriller me ha sucedido lo mismo que con Perdida en su momento, no es una mala película y técnica e interpretativamente está a un nivel notable pero en otros aspectos se me hace como del montón. Sé que esto levantará ampollas entre los adoradores del director pero, qué le voy a hacer, parece que solo conecto con sus primeros trabajos.
Nota: 6

viernes, 28 de agosto de 2015

Operación U.N.C.L.E. La guerra fría de Ritchie si que mola

Esa música que se te va como metiendo por las venas, esa ambientación tan lograda, esas letras en pantalla que huelen a añejas, todo desde el principio de esta cinta me hizo meterme de lleno en ella al ritmo de la dirección de Ritchie y de una banda sonora que conjuga de manera notable temas musicales muy adecuados a la época en que se desarrolla la historia, en plena guerra fría, con una partitura de Daniel Pemberton que nos trasladará a los films de suspense y espionaje de los años cincuenta y sesenta.
No obstante lo dicho en el párrafo anterior no os voy a llevar a engaño, "U.N.C.L.E." es lo que es, entretenimiento sin más pretensiones, adrenalina a tope desde el primer al último minuto, con las pausas justas para que la sencilla trama avance y conozcamos un poco más a los personajes. Vamos, que estamos para mi ante la que completa el trío de películas que vuelven a los orígenes del cine pensado para divertir al espectador en este 2015 junto a Mad Max: Furia en la carretera y la más reciente Misión Imposible: Nación Secreta. No busco compararlas ni dilucidar cuál es mejor, espero que se entienda a qué me refiero.
Que los dos mejores hombres de ambos bandos, EEUU y la URSS, se vieran obligados a unirse estaba claro que iba a dar juego y con la química que consiguen Henry Cavill y Armie Hammer eso se ve elevado a la máxima potencia. Fui en compañía de mi tío, curiosa coincidencia teniendo en cuenta el título, y los dos nos reímos con ganas varias veces con las conversaciones y ocurrencias de Napoleón y Kuryakin; hay muchos momentos destacables pero si me quedo con uno es con la clase de moda que tiene lugar en la escena a lo "Pretty Woman" con Gaby, una Alicia Vikander que completa el triángulo, no exactamente amoroso, del que disfrutaremos a lo largo de casi todo el metraje de una manera sensacional.
La aparición casi testimonial de Hugh Grant fue para mi otro de los grandes aciertos, con esa flema británica que tan bien sabe transmitir y como contrapunto al fanatismo del bando de los malvados, donde cabe señalar la escena de la tortura, que inicialmente te pone un mal cuerpo que no puedes con él para luego... Bueno, eso mejor lo dejo para que los descubráis en la sala.
La acción y las persecuciones están maravillosamente rodadas y ejecutadas, con unos primeros minutos por ejemplo, donde ya descubriremos los puntos fuertes de nuestros protagonistas, esto es, la sutileza de Napoleón/Cavill y la preferencia de Kuryakin/Hammer por la contundencia y la fuerza bruta. He de reconocer que lo pasé teta con todas y cada una de las escenas de acción que Ritchie y su equipo tuvieron a bien brindarnos durante las dos horas de duración del film.
Puede gustaros más o menos la forma de hacer cine de este realizador británico, pero lo cierto es que desde "Snatch" hasta las más recientes y exitosas de "Sherlock Holmes" ha demostrado que es capaz de entretener al público con un humor a caballo entre la inteligencia y la chabacanería, usando recursos visuales que le diferencian, al menos en la medida de lo posible, de la mayoría de productos similares que nos llegan cada año. Un ejemplo de eso es la forma en que se plasma el asalto final en esta cinta que analizamos hoy.
Me parece una de las opciones más recomendables, si no la más, en este final de verano para ir a disfrutar en la gran pantalla de dos horas de divertimento sin pretensiones. Yo, qué queréis que os diga, espero que la taquilla haya respondido lo suficientemente bien para ver más operaciones de este equipo.

jueves, 27 de agosto de 2015

Cuatro Fantásticos y patéticos, la película "inempezada"

Cuando lo único que te mueve a hacer una película es que te quedan pocos años para perder los derechos de los personajes y quieres hacer caja a toda costa, como le sucede a Fox con algunos cómics de Marvel, está claro que lo más probable es que salga un mojón y así ha sido.
Todos sabéis de mi animadversión por la "Daredevil" de Affleck pero creo que, sin contar el Conan de Momoa, estamos ante la peor adaptación de cómic que se ha hecho desde que se empezaron a tomar las cosas en serio con Blade. Esto es aun más evidente después de haber visto la mejor cinta de inicio/presentación desde Iron Man hace unas semanas, Ant-Man.
Lo que acabo de decir no deja de resultar curioso, porque durante los cien minutos que dura el film es a eso a lo que se dedican los guionistas, a hacer una eterna presentación de los personajes en la que poco o nada se profundiza en sus motivaciones, sentimientos, etc... ni se nos da el placer de verlos realmente aprender a utilizar sus poderes. Tampoco había visto metidas más con calzador como he visto aquí frases icónicas del cómic como "Es la hora de las tortas" o "Llamas a mi".
Ahora vamos a hablar del despropósito de los personajes y empezaré con un tema sobre el que me he hasta planteado hacer una entrada de opinión y es lo de la idiotez esta de ser políticamente correctos e intentar contentar a todos los colectivos. El guión puede ser una mierda, que lo es, pero como hay que quedar bien pues ahora Johnny Storm/Michael B. Jordan es negro, su padre también y Sue/Kate Mara es adoptada y una de las heroínas más inexpresivas que he visto nunca; no sé si es que querían darle el rollo de inadaptada o qué pero ha quedado como el culo y encima le ves la cara y no aciertas a dilucidar si es feliz, está enfadada o se intenta hacer la interesante.
Por desgracia el tema no termina ahí porque da pena ver a un chaval como Miles Teller con un futuro increíble, salvo que lo de Whiplash fuera casualidad, arrastrándose por la pantalla y construyendo un Reed Richards que más que una mente preclara y científicamente apabullante parece alguien leyendo la Wikipedia cada vez que aporta una solución a lo que se les viene encima. Y es entonces cuando he pensado que faltaba para ser políticamente correctos del todo que hubiera un personaje gay y la verdad es que viendo la relación que se intuye que une a Ben Grimm/Jamie Bell con Richards desde la infancia quizá haya temita ahí.
Ayer de nuevo me cagué en todos los muertos de los traductores cuando de nuevo escuche eso de Victor von Muerte, ¿de verdad han vuelto a hacer la misma cagada que en la primera adaptación de este cómic? En serio tíos, sé que el personaje, interpretado por un Toby Kebbell con menos carisma que un político español que intenta hacerse el guay, es de lo más penoso que te puedes echar a la cara pero al menos no lo empeoréis con estas traducciones de mierda. "Dr Muerte" suena bien pero es que lo de "von Muerte" es como cuando uno se pone a hablar en coña en alemán o francés, que entre colegas puede tener su gracia pero es tirando a penosillo.
El remate final es una historia que ni siquiera podemos decir que nos cuenten a retazos porque lo que hay es una trama que va a saltos, según le convenga a los guionistas y con cosas tan inverosímiles como el discurso del tío del gobierno en el que nos dice el objetivo una vez descubierta esa nueva dimensión gracias a la cual los cuatro chavales obtienen sus poderes y "Muerte" se convierte en una especie de "Ultrón" venido a menos. La resolución es de las peores que recuerdo con un combate final descafeinado y con un epílogo que se hace cansino a más no poder.
No sé que parte de culpa tendrá Josh Trank como director de esta broma de mal gusto pero espero que en un futuro próximo sepa resarcirse si es que lo llaman para algo después de un bodrio así. Estos son proyectos que pueden dar alas a tu carrera o destruirla, veremos si consigue escapar de la destrucción.
Teniendo en cuenta el presupuesto y los años que han pasado desde las primeras películas de "Los 4 Fantásticos" es increíble lo cutres que se ven la mayoría, por no decir todos los efectos y más aun que entre todos hayan manchado el buen nombre de unos héroes que dan para mucho más en todos los sentidos, por no mencionar que han logrado crear un "Doom" aun peor. Si no se lleva un "1" de nota es porque a lo largo de la proyección y luego en los créditos finales, Marco Beltrami y Philip Glass , a cargo de la banda sonora, demuestran que son los únicos que se han tomado su trabajo en serio y con profesionalidad y eso hay que premiarlo de algún modo. Miedo me dan las que están por llegar de fuera de "Marvel Studios", con Deadpool, Gambito y la última de Lobezno. Lo que ha hecho Fox con los últimos años de licencias es de vergüenza y demuestra que los fans les importamos muy poco.
Nota: 2

miércoles, 26 de agosto de 2015

Mystic River, el secreto está en las actuaciones

Que Clint Eastwood es uno de los mejores directores de los últimos treinta años es indudable y es algo que en esta película de 2003 queda más que patente. No obstante el mérito de este gigante del celuloide en la realización, este thriller es tan grande por el sobresaliente rendimiento del reparto.
Empecemos por los secundarios, con unos Kevin Bacon y Laurence Fishburne que lo bordan como pareja de detectives encargados del caso en torno al cual gira todo lo que sucede, como si de planetas alrededor de una estrella se tratara. También están fantásticas tanto Laura Linney como Marcia Gay Harden, como mujeres de los protagonistas, en un entorno donde su lugar es el de esposa y madre, lo cual les hará tomar decisiones con las que por un lado nos identificaremos y por otro llegaremos incluso a asquearnos.
No sorprende que Sean Penn y Tim Robbins coparan respectivamente los galardones que se otorgan en los Oscar en las categorías de mejor actor y mejor secundario respectivamente. La actuación de Penn es violenta, tierna, desgarradora e inspiradora al mismo tiempo, mientras que con Robbins nunca sabremos qué sucede realmente dentro de la cabeza de su personaje, tremendamente marcado por sucesos del pasado que le unen a Jimmy/Penn y Devine/Bacon.
Al estar basado en una novela no sé hasta qué punto el mérito es de la misma o del traslado a guión cinematográfico pero lo cierto es que, pese a no ser una historia novedosa, Eastwood y su equipo saben jugar muy bien al despiste con nosotros, tan bien de hecho, que si ves la cinta por primera vez, los giros de tuerca finales te pillaran por sorpresa, salvo, claro está, que seas de esos que ya sabías de qué iba el tema cuando salió "Mystic River" en la pantalla. Digo esto porque siempre están los que dicen que todo se veía venir desde el primer minuto, lo cual me hace pensar qué hacen trabajando en una oficina, supermercado, etc. cuando los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado necesitan sus preclaras mentes para resolver crímenes.
Estamos ante un film denso y duro, muy duro, no quizá tanto por lo que se ve explícitamente sino porque nuestros protagonistas crecieron en un barrio difícil, extremadamente difícil, en el que tratan de evolucionar y ganarse el sustento de la manera más honrada posible pero donde la vida les pone una zancadilla tras otra, obligándoles en ocasiones a abandonar el camino recto y hacer lo que hay que hacer, aunque ello suponga lastimar incluso a personas inocentes. Es por ello que, pese a ser una gran película, pueda no ser recomendable para todos los públicos aunque yo la considero imprescindible, sobre todo por las actuaciones.

martes, 25 de agosto de 2015

2013: rescate en L.A. Cutrerío muy entretenido y con mensaje de fondo, muy de fondo

Que John Carpenter es el "Rey" del cine "cutre" creo que es indudable para todos los que le adoran o para los que hemos visto unas cuantas de sus películas y aquí lo demuestra de nuevo. Con esto no quiero decir que sus trabajos sean prescindibles ni mucho menos, es más, con presupuestos ajustados o incluso ridículos, es capaz de hacer que historias que en otras manos serían total y absolutamente ridículas, pasadas por su tamiz, entretienen mucho y además casi siempre esconden alguna crítica, velada o explícita, a las sociedades del primer mundo o a las personas individualmente, como en "La Cosa".
La obsesión del director por intentar que sus cintas parezcan westerns a toda costa —decía Berto Romero en su programa de Paramount Channel que el propio cineasta considera que todas sus obras lo son— queda patente en sus personajes, en las vestimentas por ejemplo, y sobre todo en las melodías de la banda sonora. Eso hace que a ratos sea un tanto extraño lo que vemos en pantalla porque al mismo tiempo es sin duda una película que podría haber estado merecidamente en nuestra primera edición de la "Semana de la testosterona"; vamos, chulería barata de macho muy macho, frases lapidarias y un protagonista tan casposo o más que aquellos que veíamos en los ochenta, no en vano, estamos ante una secuela/remake encubierto de una película de 1981 del mismo realizador y con mismo protagonista Snake Plissken/Kurt Russell.
Evidentemente no es este un film al que le puedas pedir profundidad en la trama ni unas actuaciones memorables porque aquí los personajes están en un continuo "Pa chulo, chulo, mi pirulo" y tanto los diálogos como las situaciones son risibles en la mayoría de los casos e incluso ridículos en algunos momentos. ¿Es eso malo? No, porque es lo que este tipo de cine en general, y el de John Carpenter en particular, busca, ya es cosa vuestra si queréis ir más allá y reconocer a ese "Che Guevara" de andar por casa y las implicaciones morales y políticas que hay tras la historia pero tampoco es necesario.
La cinta está pensada para que se luzca Kurt Russell, es curioso que participó en el guión, y eso es lo que vamos a ver durante todo el metraje. Eso no impide que sea curioso e incluso divertido ver a Buscemi y a Pam Grier por ahí, con atención especial al rol de esta última.
Si os gusta la manera de rodar de Carpenter o simplemente queréis echaros unas risas es una opción más que recomendable. Es posible que la original de principios de los ochenta se cuele en la próxima semana de machos en el Motel.
Nota: 5,5

lunes, 24 de agosto de 2015

Agua para elefantes pero para el espectador a cuentagotas

Esta película es una de esas que a tu chica y a ti os ha parecido interesante para ver en casa y tienes algunas reservas porque Pattinson ha demostrado muy poco fuera de "Crepúsculo" y Reese Witherspoon nunca te ha parecido tan gran actriz como la mayoría parece creer o, simplemente, a ti no te gusta. La cuestión es que de vez en cuando apetece ver algo romántico y a priori piensas que el film pueda dar la talla aunque no sea ninguna maravilla para recordar.
Como siempre decimos en el Motel, en este tipo de cintas, "No química, no party". Puedes ponerte frente a la pantalla y que la historia esté más vista que el manubrio de Nacho vidal, que si la pareja protagonista tiene feeling, te hace identificarte con ellos y con su epopeya de amor, vas a sentirte plenamente satisfecho si de vez en cuando te gusta eso de ponerte un poco moñas. El fallo aquí es que hay más química, y empatizaremos más, con las escenas en que Jacob/Pattinson se relaciona con los animales del circo que cuando están juntos él y Witherspoon.
No sé muy bien si la culpa es del chaval, que es más inexpresivo que un gato de escayola, o de que él y su compañera de reparto no conectaron o había desmotivación pero es bastante difícil de entender que la única pasión que veamos en todo el metraje, pasión de verdad, sea la de Christoph Waltz y la de su alter ego, porque este genial intérprete pone todo lo que tiene y eso se nota en cada una de las escenas en las que aparece.
La cuestión es que ahora, mientras escribo sobre "Agua para elefantes" me doy cuenta de que incluso "El aguador" de Sandler tiene más chicha que morder en lo que se refiere al romance y con ello no quiero decir que me parezca mejor película pero es que si cambiamos los animales por los jugadores de fútbol americano de la segunda, por lo menos nos echaremos algunas risas y andaba Kathy Bates por ahí, que podría suplir la calidad de Waltz.
Ahora en serio, si sois romanticones, lo que buscáis es una historia, una pareja, que os toque el corazón de alguna manera y aquí difícilmente lo vais a encontrar salvo que os valga casi cualquier cosa. Si os decidís a verla, al menos podréis disfrutar de un actor que se ve que no baja el pistón por muy típico y tópico que pueda ser el guión o el personaje que le toque en suerte, pero la verdad es que hay películas mucho mejores donde verle y que son apuestas un poco más seguras que este fallido intento de trío amoroso que seguramente funcionaba mucho mejor en la novela en la que se basa, o eso espero al menos.