Páginas

domingo, 20 de diciembre de 2015

El puente de los espías, no dejéis de observar a ese hombre

Creo que habiendo visto parte de la filmografía de Spielberg es imposible no ser consciente de la importancia que da, o la obsesión que tiene, con los conflictos bélicos principales de nuestra historia reciente, S. XX, incluyendo esta que muchas veces es olvidada porque se trató de una guerra en la sombra como, esto es, La Guerra Fría.
Reconozco que lo último que vi de Spielberg, que me decepcionó profundamente, fue War Horse y que eso siempre te marca un poco a lo hora de volver a sentarte en una sala de cine a ver un nuevo largometraje del director en cuestión. Pero al igual que mi tío, con el que fui a ver esta cinta, me gusta mucho toda la temática de juicios y aprender en la medida de lo posible de aquellos tiempos. Además está también Tom Hanks que para mi ya es motivo suficiente para pagar la entrada.
Como suele ser habitual con este grande de la actuación, el personaje al que encarna es un hombre sencillo que de repente se ve envuelto en una serie de circunstancias en las que lo que se espera de él y lo que se siente obligado o con la necesidad de hacer no coinciden. En ese sentido es muy esclarecedora la conversación que tiene con su defendido en el primer tercio del metraje.
Podríamos decir que este film es una obra en tres actos, donde el más largo es el tercero y en el que tiene lugar la negociación que da nombre a la película y que a pesar de su duración, los hermanos Coen —curioso que ellos sean los guionistas de Spielberg para un proyecto como este—, consiguen que no se nos haga pesado, siempre y cuando disfrutemos con la temática y la época en que se ambienta. Porque no deja de ser cierto que el trasfondo es muy serio pero la película tiene casi constantemente un humor que subyace y que, sin ser de carcajadas, hace más ameno el visionado y al mismo tiempo muestra lo ridículo de la forma de proceder de las dos grandes potencias mundiales de aquellos años. Como bien decía Donovan/Hanks, ellos debían tener la conversación que sus gobiernos no podían.
La ambientación, la banda sonora, el ritmo narrativo, teniendo en cuenta el tipo de historia y de film que vamos a ver, un realizador que parece volver a tener el pulso más firme y un protagonista que es la película en sí misma, enorme Tom Hanks de nuevo, hacen de ella una de las mejores del año para mi y me ayudan a reconciliarme un tanto con Spielberg aunque nunca ha dejado de ser uno de mis directores favoritos. De nuevo ha sabido conjugar profundidad con entretenimiento en una historia que, por momentos, puede resultar hasta risible pero que no se olvida de recordarnos en determinadas escenas la fortuna que tenían ya entonces y que tenemos muchos hoy de vivir en países donde, con ciertas salvedades, se respetan los derechos por encima de todo.
Como sabéis que yo soy muy emocional, hubo dos fragmentos que no olvidaré y que coinciden mucho con mi manera de ver el mundo. Espero poder ser, llegado el caso, ese hombre firme.

1 comentario:

  1. La verdad es que he visto bastantes críticas negativas que han hecho que le pierda un poco las ganas, ¡pero tu entrada me ha vuelto a subir los ánimos!

    ResponderEliminar