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miércoles, 13 de enero de 2016

La Tribuna de Ricky: Dentro del laberinto, homenaje a un genio

Todo el mundo se habrá enterado ya de la triste muerte de David Bowie, un tipo que consiguió ser  cantante, actor, compositor, letrista, etcétera. Uno de los pocos artistas míticos que nos quedan de una época ya lejana junto a Bob Dylan quizás. Gente que se empeñaba en ser diferente. Aportar algo al mundo que no estaba inventado. Más allá de que te gustara o no, sabías que en cualquier proyecto en el que este tipo de personas se embarcaban, eran un soplo de aire fresco en el mundo artístico (Momento abuelo cebolleta: qué lejos quedan esos momentos viendo el panorama actual de cantantes, actores y demás personajes de la televisión).
Bueno, pues mi homenaje en este espacio que Rudy me cede en el Motel Purgatorio no puede ser otra cosa que recordar la que tal vez sea su película más conocida, una de las películas de aventuras que toda una generación adoró hasta el extremo por su originalidad y divertimento. No es otra que Dentro del laberinto (Labyrinth). Un ejemplo más de que cualquier tiempo pasado fue mejor, por lo menos en el aspecto del cine de aventuras. Hace 30 años no existían efectos visuales que coparan el 80% de una película, simplemente se hace un buen guion y se usaba la imaginación, algo cada vez más en desuso tristemente. Sólo hacía falta un argumento coherente y unos personajes bien trazados. Estamos sin duda ante uno de esos casos. En la peli vemos que la joven Sarah se ve en la tesitura de atravesar un laberinto lleno de seres increíbles y situaciones que nunca hubiera imaginado para salvar a su hermano pequeño de las garras del malvado Rey Jareth y sus duendes.
La película cuenta con muchas virtudes, la primera y más evidente es que la historia te engancha desde el primer momento. Te ves identificado con la jovencita protagonista y te va embriagando a través de una banda sonora magnífica que por supuesto encabezaba Bowie. Estaba producida por nada más y nada menos que George Lucas, que entre Jedis y Darth Vaders sacó algo de tiempo, y el encargado de la animación fue el gran Frank Oz, responsable entre otros de los personajes de Los Teleñecos o Barrio Sésamo y colaborador del director en la saga Star Wars. En cuanto al reparto, pues aparte de destacar el histriónico y a la vez genial papel que interpretaba el homenajeado de hoy, hay que destacar el nacimiento de una estrella, Jennifer Connelly. Una actriz siempre impecable en su trabajo, con actuaciones memorables en muchas ocasiones y que sin duda es una de las mejores actrices de aquella generación.
No puedo acabar de otra manera que no sea diciendo que siempre es triste que muera alguien, pero más si es alguien que te ha acompañado durante muchos años de tu vida. Sirva como homenaje a David Bowie, ese artista camaleónico, esta humilde crítica de una película que como en su caso fue, es y será icono de una época que todos los que la vivimos añoramos.
D.E.P. David Bowie

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