Siempre que me trago un mojón como este me acuerdo de un amigo cinéfilo de Twitter que decía que para ver buen cine primero hay que tragar mucha mierda; razón no le faltaba. El problema del cine de terror de bajo presupuesto es no ser consciente de en qué liga juegas. La idea inicial de este film no es mala pero va tomando unos derroteros de pero que me estás container de manual. Si no te llega para contratar a un elenco decente y para los CGI pues sacrifica lo segundo y se un poco más artesanal; los aficionados al género te lo vamos a valorar, crecimos en o vivimos los 80/90. Las actuaciones son tan infumables por momentos, incluyendo una de las muertes peor fingidas que recuerdo, que estás deseando que los maten uno por uno y sádicamente. Encima los diálogos y la trama entre los amigos parecen de primero de guión de un curso de esos que te salen anunciados en redes. Nota mental: ser más selectivo con las películas que descargo para ver en los viajes en avión.
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