Ninja Turtles. Megan Fox le hace la competencia a Renée Zellweger.

Cuando Michael Bay está presente en una producción, aunque solo sea produciéndola como aquí, sabemos más o menos lo que nos vamos a encontrar. Generalmente un producto de entretenimiento vacío del que poco hablaremos tras salir de la sala.

Al empezar la peli esta tarde, me imaginé que ese inicio estilo cómic que dura unos pocos minutos iba a ser lo que más me gustara de la película y no me equivoqué. Pienso que eso ha sido todo un acierto, la mejor manera de dar entrada a unos personajes como estos quelonios mutantes.

Historia, lo que se dice historia, no vamos a encontrar salvo lo típico, con todos los clichés imaginables y más bien se trata de una sucesión de escenas de acción, unas mejor ejecutadas que otras, que entretienen si eres consciente de qué vas a ver.

Pese a que el diseño hiper musculado y más "humano" de las tortugas quizá no case mucho con lo que hemos visto hasta ahora, sin lugar a dudas Leonardo, Donatello, Raphael y Michelangelo y sus personalidades son lo mejor del film. Algo que puede resultar un poco cansino es que a veces parecen unos adolescentes, pero es que eso son, al fin y al cabo son las "Teenage Mutant Ninja Turtles".

Para paliar esas salidas de tono hormonales tienen a Splinter, el maestro rata, si, una rata mutada literalmente, y en menor medida a Leonardo que es el más maduro dentro de lo que cabe.

Si me quedo con una escena de las tortugas es la subida en el ascensor en la que acaban haciendo música con sus armas y algo similar al beat box. Simpática escena y un buen descanso de tanta acción palomitera desenfrenada antes del combate final.

Hablemos de su némesis Shredder, cabecilla de "El Clan del Pie", que trata de apoderarse de la ciudad de Nueva York. No soy contrario a que se adapten las historias a la época en que se desarrollan y tal, pero este villano parece más una navaja suiza que otra cosa y no acabo de entender cómo, en muchas de las peleas con los héroes, no les corta mil y una veces con todas esas cuchillas cuando les arrea los puñetazos...

En cuanto a los personajes con menos efectos digitales, los de Megan Fox son de cirugía o sea que no cuentan, son muy planos y están ahí porque algunos salían en los cómics o porque se necesita algún personaje que haga también de malo. Fox está... irreconocible y no por su soberbia actuación, sino porque yo veo la peli sin saber que es ella y, en muchos momentos, no habría creído que era ella. Vamos, que en breve superará a Renée Zellweger en eso de no parecerse a si misma de tanta operación. El cámara que acompaña a April O'Neil/Fox tiene algún momento con cierta gracia pero si no hubiera estado ahí, tampoco habría pasado nada.

Sin temor a equivocarme es una película que podéis pasar sin ver, pero que, pese a estar vacía de contenido, entretiene y es mucho menos aburrida que algunas de Transformers. Será porque Bay en este caso solo produce.

El conocido "Cowabunga" sonaba mejor en los noventa.
Si queréis disfrutar de una crítica con más mala baba pero muy divertida aunque con destripes, aquí tenéis al amigo "El crítico de cine" sacando la basura de esta película:

 

Nota: 4