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martes, 19 de mayo de 2015

The walking dead suma y sigue en su quinta temporada.

Más tarde que la mayoría, como suele ser habitual, he terminado con el visionado de una de esas series que sigo a pesar de que sea evidente que su trama nunca va a tener una evolución real más allá de lo que ya se ha visto pero, y sé que ya estáis cogiendo las piedras, salvo que a partir del tomo once o doce haya cambiado mucho la cosa, no es que el cómic en que se basa fuera muy diferente en lo que a profundidad y originalidad de la trama se trata.
Cualquier apocalipsis zombi que vaya más allá de una película no deja de ser más de lo mismo: encuentran refugio, se sienten seguros y dejan de estarlo cuando ellos mismos, otros vivos o los muertos vivientes revientan esa felicidad cual bomba puesta en el sitio adecuado del edificio que va a ser derribado. Yo es algo que he tenido claro desde que empecé a ver esta serie y es lo que me hizo dejar de leer libros sobre esta temática porque al final, la única diferencia era si se ambientaba en Galicia, Málaga o en Maine —escojo esos sitios a sabiendas porque son escritores que me gustan y que de algún modo han tratado esta temática—, pero no dejaba de ser esa misma sucesión de hechos, esto es, buscar un refugio donde defenderse de las criaturas o en realidad, del resto de supervivientes.
¿Por qué sigo viendo "The walking dead"?
Es simple, me entretiene. Los episodios de relleno para muchos, donde casi no encuentran ni un podrido y la trama se centra en los personajes, que a muchos os aburren, a mi me gustan, siempre y cuando se centre en alguien de esos que me hacen seguir con ganas de ver la serie, como por ejemplo Daryl, Glen, Rick, Michone, aunque esta última se ha ido desdibujando bastante según transcurrían los capítulos, y uno de los nuevos, Abraham, del cual me entusiasma su evolución aunque fue un tanto curioso ver como del final de la temporada cuatro al principio de la cinco, perdía tripa y ganaba definición cuando se supone que no transcurre tiempo entre una y otra. Son chorraditas pero yo soy así y me fijo en ellas.
Al no hacer aquí análisis pormenorizados de las series no hay mucho de donde rascar sin entrar en detalles que puedan destripar la temporada para aquellos que hayan llegado tarde a este fenómeno televisivo o para quienes se estén planteando retomar la serie pese a su, subjetivo como todo, cacareado bajón de calidad. No sé si decir que hay más casquería aunque si que la hay más explícita en algunos momentos, cosa que seguramente agradecerán los fans de lo "romeriano", y como es marca de la casa, veremos perecer a personajes sin importar cuánto tiempo lleven con nosotros o su peso en el reparto, cosa que no se puede echar en cara a esta serie. Vamos, que si hay que morir se muere, aunque morir para nada sea tontería.
Está claro que si habéis seguido la serie hasta aquí porque os gusta, esta temporada os habrá gustado y, si la tenéis aparcada porque hay demasiado que ver, puede ser una buena idea para el verano. Ya, si la seguís para luego decir en twitter que es una mierda y que cada vez es peor, casi que os diría que, con todo lo que hay para ver, veáis otras cosas, que no solo podréis descubrir series o cine que os gusten más, sino que además echaréis menos bilis que siempre es saludable. Por lo tanto, recomendada para fans y para "haters" que les sobre el tiempo también.
Nota: 6,5

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