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lunes, 25 de enero de 2016

JOAN FONTAINE, ¿LA REBECA MAS CÁLIDA?


Hija de expatriados británicos Joan de Beauvoir de Havilland, nació un 22 de octubre de 1917 en Tokio, Japón. Tanto ella como su hermana, la también famosa Olivia de Havilland, recibieron una espartana educación con una madre formada como actriz en la Real Academia de Arte Dramático que las obligaba a recitar a Shakespeare con perfecta dicción, de lo contrario recibían golpes en los nudillos.
Sus primeros pinitos en el mundo de la interpretación fueron en el teatro con dieciocho años y su debut en el cine fue con alias, Joan Burfield y Joan St. John después de estudiar arte dramático (a este respecto he encontrado informaciones contradictorias sobre el lugar, así que omito este detalle). Katherine Hepburn la puso en contacto con un productor de la RKO que le consiguió  un papel en la película "Olivia" en 1937 en la que la propia Hepburn participaba.
Comenzó a recibir cierta notoriedad a partir de un papel junto a Fred Astaire en "Señorita en Desgracia". Como consecuencia recibió papeles de cierta relevancia como en "Gunga Din" junto a mi adorado Cary Grant o en "Mujeres" de la mano del director George Cukor. Pero sin duda su salto a la fama lo dio en 1940 interpretando a la cándida, tímida y dulce Rebeca en la película de mismo nombre dirigida por el maestro Hichtcock. Gracias a esta interpretación recibió su primera nominación al Oscar.
Fue su aspecto dulce lo que hizo que recibiera mas papeles de semejante calado llegando a quedarse encasillada.  Es curioso este hecho con respecto a su apariencia ya que era bien conocida por su afilada lengua y su enconado enfrentamiento con su hermana Olivia de Havilland, enemigas hasta la muerte. Ella misma dijo que su hermana era un león y ella un tigre y según las leyes de la jungla jamas podrían ser amigas.
Solo un año después de Rebeca y de nuevo de la mano del maestro del suspense protagonizó "Sospecha"  una vez mas junto a Grant, pasando a englosar la lista de rubias de tito Alfred. Su magnifica interpretación le reportó un Oscar a la edad de veinticuatro años, siendo la actriz mas joven en recibir el preciado galardón en la época dorada de Hollywood.
Su tercera nominación la obtuvo con el director Edmund Goulding, por su trabajo en "La Ninfa Constante". Papel por cierto que logró mientras paseaba con su marido, también del mundo del celuloide, gracias a un desaliñado aspecto que hizo que el director se fijara en ella y la propusiera para el rol antes incluso de que la llegara a reconocer, tal era su apariencia.
En 1947 salió de su encasillamiento de mujer tímida interpretando roles perversos y malvados como en "Ivy" (Abismos) de Sam Wood o "Nacida Para el Mal" de Nicholas Ray.
En los años cincuenta se vio envuelta en un escándalo a raíz de su papel en "Isla al Sol"
junto a Harry Belafonte. Según palabras de la propia actriz "fue una cinta que se anticipo a su tiempo. El beso que Harry Belafonte, actor de raza negra, y ella se dan, levantó ampollas
llegando a recibir denuncias y amenazas de todas las ligas de la decencia incluido el KuKuxKlan. Resultaba chocante una escena en la que un negro en aquella época entrara en un restaurante para blancos y mas aun que se besara con una mujer blanca. Era demasiado para una América tan puritana".
Cuando Joan Fontaine le concedió una entrevista a Terenci Moix, (gracias a él llegue a conocer innumerables anécdotas de la época dorada de Hollywood) hablaba de sus diferentes compañeros de reparto como Orson Welles con el que coincidio en "Jane Eyre", definiéndole como un hombre muy difícil al que se le notaba que no disfrutaba actuando.  De Laurence Olivier, su compañero en "Rebeca", comentó que era magnífico y que Charles Boyer, su partenaire en "La Ninfa Constante", era un hombre dulce y gentil que se preocupaba por la interpretación de ella facilitándole el trabajo lo máximo posible. Otras grandes cintas de la actriz son "Ivanhoe"de Richard Thorpe  y "Otelo" de Orson Welles en 1952.
Casada y divorciada cuatro veces consideraba que el matrimonio terminaba en el momento que escuchaba la marcha nupcial. Tuvo dos hijas y además fue una excelente piloto profesional.
Joan Fontaine falleció en su casa de California el 16 de diciembre de 2013, sera siempre recordada por "Rebeca" llegando a dar nombre a la prenda que la actriz luce durante gran parte del metraje.

viernes, 22 de enero de 2016

Rebeca, mejor si hubiera sido chalequito

La lista es tan larga y las obras maestras tantas que resulta sumamente difícil escoger una película para nuestra noche de clásicos, aunque independientemente de cuál sea es siempre una noche mágica y especial, tan especial como tú querido. Así que en esta ocasión me decanté por esta cinta de Hichtcock  de perturbador comienzo que yo definiría como un melodrama gótico. Nuestra protagonista, Joan Fontaine, es una joven humilde que trabaja como dama de compañía de una ricachona ligeramente déspota. Durante una de sus visitas a Montecarlo conoce al rico y viudo Maxim de Winter/Laurence Olivier. Su enamoramiento es tal que de inmediato se casan trasladándose a la mansión Manderley donde una más que inquietante ama de llaves le recordará constantemente la hermosura y elegancia de la anterior Sra. de Winter, Rebeca.
La primera parte hasta que finalmente se trasladan a la mansión resulta realmente tediosa y falta de fluidez, digamos que carece del encanto que se presume a un flechazo de este calibre, como una Cenicienta y su príncipe. Laurence Olivier me parece muy forzado en su papel, sin un ápice de química con su pareja cinematográfica, resultando sus escenas amorosas como si estuviera besando a una mugrienta y harapienta Cenicienta.  Joan Fontaine encarnando la joven y tímida esposa  de pocos arrestos, realiza bajo mi punto de vista una buena interpretación aunque en más de una ocasión dan ganas de zarandearla para que espabile. La palma se la lleva el ama de llaves, la Sra. Danvers/Judith Andersson con un rostro que raya en la locura y una relación un tanto enfermiza con la anterior Sra. de Winter. La música de la cinta me gustó mucho desde el primer momento y como en muchas otras obras del cine clásico, seguramente muy conocida por muchos de vosotros. A pesar de todo lo comentado considero que aunque es una buena película dista mucho de ser de las mejores de Hichtcock bajo mi humilde punto de vista. Ganadora de dos Oscar, a mejor película y mejor fotografía, es de esos clásicos que bien merece al menos un visionado. Por suerte para mí ningún ama de llaves me dirá que las habitaciones del Motel están decoradas al gusto de la anterior Sra. Purgatorio, porque la Sra. Purgatorio soy yo.
Como ya ves, la habitación que es tuya en exclusiva siguió tal y como la dejaste cuando tuviste que irte pero ni hubo antes no habrá después ninguna otra Sra. Purgatorio. Lo de la decoración además lo dejo totalmente en tus manos. igual que la elección de los clásicos, porque ya sabes que esos temas a mi se me dan mal tirando a fatal.
Es muy difícil aportar algo distinto a lo que ha dicho mi amada porque realmente creo que para pocos resultará difícil darse cuenta de que en este film a "Tito Alfred" se le nota que eso de hacer introducciones largas en sus historias no le funciona excesivamente bien. Si nos damos cuenta, es un director que siempre nos mete muy rápido en el meollo del asunto y opino que si la cinta hubiera empezado cuando los recién casados llegan a esa mansión que asusta nada más verla, igual que a la joven protagonista, no nos habríamos perdido nada y la manera de ser de la segunda Sra. de Winter habría quedado bastante clara en la interacción con el servicio de la casa y con su marido.
Es impactante para mi ver tan poca química en estos visionados de cine clásico como la que vemos entre Olivier y Fontaine, dándome la impresión incluso en algún momento que cuando él intenta ser cariñoso con ella por una escena, la joven de alguna manera lo aparta de sí. Es que generalmente en estas películas transmiten tanta pasión y tanto deseo con tan poco que me noto que me falta algo cuando eso no sucede. Además he de decir que al menos en esta cinta ninguno de los dos que encabezan el reparto me ha dejado esa sensación que si me dejaron Audrey Hepburn, Cary Grant o tantos otros. Incluso me atrevería a decir que me quedo con los secundarios pues me dejaron mucho más satisfecho en términos generales.
En los aspectos técnicos si que considero que Hitchcock vuelve a demostrar que es un genio del suspense, con planos geniales, juegos de luces y sombras impresionantes y sabiendo esconder el giro muy bien casi hasta el final para sorprendernos y que suframos con esa muchacha que no sabe muy bien qué hace en esa casa ni en ese matrimonio y que demuestra en el último tercio del metraje una fuerza y una personalidad inesperadas.
Un buen film, como suele ser habitual en el que me atrevo a decir a falta de ver muchos clásicos, que difícilmente será desbancado como mi director favorito, que habría sido mucho más redondo simplemente con acortar bastante la parte inicial y cumplir esa frase que se atribuye al maestro de que ninguna película debe durar más de lo que aguante la vejiga humana. Qué ganas de la próxima peli cariño con ese caprichito que me has permitido :)