Las películas de temática paranormal han tenido un resurgir en los últimos años con la saga "Paranormal Activity", "Insidious" y "Expediente Warren" entre muchas otras, que sea a base de espíritus, posesiones o muñecas diabólicas es algo secundario. Es un cine efectista, de coste reducido y que genera buenos réditos en taquilla porque somos muchos a los que nos gusta eso de pasar miedo en la butaca. Así las cosas alguien pensó que, ya que en algunos casos les copiaban hasta cierto punto, por qué no coger y hacer un nuevo remake de un clásico del cine de terror como ya se hizo no hace mucho con "Carrie". Esta vez la elegida fue "Poltergeist".
Que se trata de uno de tantos sacacuartos era algo que ya sabíamos todos, máxime viendo que se ha escogido a un director, Gil Kenan, al que conocemos en el Motel por una más que correcta película de terror/animación como es Monster House, pero que entre medias solo ha dirigido "City of Ember", y de eso hace nada menos que siete años. Así las cosas, si el tema le salía bien, se metía de cabeza en el mundo del celuloide de nuevo como el que fue capaz de actualizar un mito del cine fantástico y de terror, y si no pues tampoco pasaba nada.
El problema es que buscando esa actualización se han tomado decisiones como cambiar a la medium de la trilogía original por una especie de mezcla entre Tristanbraker y los "Ghostfacers" de la serie "Sobrenatural", que, junto con muchas otras situaciones de la película causan más hilaridad que otra cosa e incluso llega a dar vergüenza ajena acerca del guión que evidentemente pasó a segundo plano en favor del uso de las nuevas tecnologías —lo del dron manejado desde una tablet con mejor alcance o cobertura entre dimensiones que la que tiene tu wifi de una habitación a otra es para descojonarse un rato— y del 3D. Que conste que yo vi la película en 2D pero es obvio que toda la representación de ese otro mundo esta ideada para hacernos sentir en medio de todas esas almas o de políticos en busca de votos, que es algo que no me quedó muy claro.
Lo más salvable de todo sea seguramente el reparto, porque los niños no lo hacen mal y además no son de estos que lo que te dan ganas es de darles un bofetón —igual la hermana mayor—, además de que Sam Rockwell consigue salvar el pabellón de los adultos, donde el resto de frikis de la parapsicología, o las interpretaciones de los actores que los encarnan, recuerdan un poco a lo mejor y más granado que suele llevar Iker a "Cuarto Milenio".
Es todo tan sumamente predecible y tan edulcorado en cuanto a cómo se va resolviendo todo, que los pocos momentos en que te hacen pasarlo mal se quedan en nada ante una película que no llega en ambientación a lo que Kenan logró con su cinta de animación que he de decir que asusta a los peques y tiene algunos momentos realmente memorables.
Vamos a tener un poco de todo: sillas voladoras, pelotas que se mueven solas, payasos —los payasos que no falten por favor— y una solución tan física a todo lo que nos van presentando en pantalla y tan poco espiritual y nos quedaremos sin el "Caroline, ve hacia la luz", aunque el "Ya están aquí" no faltará, aunque parece que inquieta menos frente a una pantalla plana de última generación que ante una de aquellas culonas de tubo.
Yo casi no recuerdo la original y a lo mejor esta es clavada en casi todo, pero lo poco que retuvo mi memoria me hace pensar que, para hacer estos remakes, que parecen más mezclas de lo último que hemos visto ya en cine, que de una evolución de lo que se hizo en los ochenta, mejor hagan una "Paranormal activity with a vengeance from Poltergeist" que total, los crossovers están cada vez más de moda.