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jueves, 24 de julio de 2014

Piensa bien a quien abres tu puerta.

Cuando me dispuse a ver "Déjame entrar" se instaló en mi el recelo típico que me ronda cuando la película tiene tan buenas críticas de público y profesionales como pasa con esta cinta sueca.
Está bien dirigida por Tomas Alfredson y el guión aborda el tema de los bebedores de sangre de una manera original, porque niños vampiros hemos visto, pero que sean protagonistas absolutos de un film sobre estos seres de la noche, eso si es novedad, al menos para mi.
El inicio de la historia te da ciertas esperanzas de ver algo entretenido cuando Oskar, el prototipo de niño solitario e incluso acosado por sus compañeros del colegio, conoce a Eli, una hermosa niña que solo sale de noche.
Acabarán forjando una amistad que será el epicentro de la trama y que en ocasiones decae puesto que la química entre los dos niños protagonistas tiene para mi altibajos que hacen que no te metas del todo en su historia. 
Una gran fotografía y unas actuaciones aceptables del resto del reparto no son capaces, por desgracia, de superar el mayor lastre de esta producción. El ritmo lento lo esperaba y es muy habitual en los films de vampiros de cierta calidad de los últimos años, pero por momento me llegó a resultar tediosa e incluso se me hizo un poco larga.
¿Es "Déjame entrar" una mala película entonces? En realidad no. Tiene una atmósfera adecuada, una historia con cierto punto de originalidad y unos niños que no durante todo el metraje, pero que si consiguen transmitir cómo evoluciona esa amistad a amor adolescente. Pero el cine ha de entretener también y conmigo esta cinta no terminó de conseguirlo.
Para vampiros con cierta clase me quedo con Byzantium y Solo los amantes sobreviven. Que pese a ser también muy lentas, sobre todo la segunda, mantuvieron mi interés durante todo el visionado.
Está claro que no siempre a todos nos gusta lo que a la mayoría. Ahora me queda ver el remake hollywoodiense porque igual yo soy de esos que disfrutan más de su gusto por la espectacularidad que por el cine europeo más tendente al intimismo.
Nota: 6