viernes, 12 de septiembre de 2014

La pesca del salmón en Yemen

Tengo el vago recuerdo de que cuando estrenaron esta película, las dispares opiniones que había sobre ella me hicieron decidirme a dejarla pasar, pese a que Ewan McGregor es uno de esos actores que me gusta mucho ver en pantalla. Tras verla anoche en Telecinco, me arrepiento y mucho de aquella decisión. Es un film que habría disfrutado y eso, como en el cine, en ningún sitio.
Desde los primeros minutos se respira ese aire de comedia "british", con ese humor ácido que solo ellos saben hacer tan bien, pero también eres consciente de que la historia va a ser agridulce. Esto irá sucediendo paulatinamente, cuando vayamos conociendo las circunstancias que rodean las vidas de el Dr. Alfred Jones/McGregor y Harriet/Emily Blunt, y el proyecto en el que se ven inmersos, llevar salmones a Yemen por lo que parece un capricho de un jeque loco, enamorado de la pesca, comience a sufrir numerosas vicisitudes y reveses.
El peso de hacer que esta cinta cale en el espectador, recae sobre los hombros de McGregor y Blunt y los dos lo consiguen, vaya si lo consiguen, demostrando una química en pantalla que va de menos a más, la de los personajes, que va uniendo poco a poco a dos almas solitarias, golpeadas por los devenires de una vida que ha sido o es injusta con ambos.
También son destacables las interpretaciones de Amr Waked y Kristin Scott Thomas como jeque y asesora del primer ministro respectivamente. El primero sorprenderá con una personalidad que no es la esperada, casi desde su primera aparición en la película; la segunda, servirá para la mayor parte de los "gags" más esperpénticos y también como crítica hacia la ambición y a la ignorancia de la que hacen gala muchos políticos de hoy en día.
De Lasse Hallström había visionado Hachiko, me cautivó totalmente, y Chocolat, con Depp que tendría que volver a ver pero que en su día me dejó buen sabor de boca. Aquí ha vuelto a convencerme su manera de dirigir, la cual está genialmente acompañada por una sencilla banda sonora, pero que destila mucha clase, obra de Dario Marianelli.
Puede que esta tragicomedia no sea de las más originales que se hayan hecho en los últimos años, en lo que a las relaciones entre los personajes se refiere, porque el temita de llevar los salmones a Yemen si tiene su miga. Creo que es difícil no sentirse cautivado por la ternura del personaje de McGregor y su sempiterna sonrisa, una de las más francas que he visto en el cine, o por Blunt, bellísima en determinados momentos de la película y, si me permitís la licencia, amable del verbo amar.
Sin duda gustará a los fans de los dos protagonistas, pero también a quienes gusten del humor británico, aunque este acabe convirtiéndose en un drama que nos dará pocos descansos; los más hermosos, los impresionantes paisajes que disfrutaremos a lo largo del film.

2 comentarios:

  1. Gracias Rudy, porque yo también la he dejado pasar y tu crítica me ha convencido!!
    ;)

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    1. Pues te diría que haces bien, porque es una buena película y con algo de mensaje.

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