viernes, 27 de noviembre de 2015

Casino Royale, ¿ser Bond o ser Bourne? Esa es la cuestión

A pesar de que siempre me gustaron las películas de Bond antiguas, especialmente con Sean Connery, no pude con las de Pierce Brosnan, al que no trago y que además, a pesar de seguir los pasos del 007 más clásico a mi no me terminó de convencer. Así, en su momento me acerqué con cierto miedo a esta revisión del "mito" y, hasta que ha llegado Spectre, la única que había visto y he vuelto a revisionar para traer las cuatro entregar protagonizadas por Craig al Motel era esta que hoy nos ocupa de la que no recordaba absolutamente nada.
Que el actor elegido en esta ocasión me pega mucho más es casi tan claro como que si a este film, y aun más al segundo de la era Craig, se le pone cualquier otro título habrían pasado por una más de esas cintas de acción que proliferan cada año y además con cierto tufillo a otro agente salido de las páginas de una novela como es Jason Bourne. Decir otra cosa sería no querer ver la realidad. Los primeros minutos de Casino Royale encajarían perfectamente en cualquiera de las entregas de la trilogía protagonizada por Matt Damon y eso es bueno en cierto sentido, porque nos acerca más a la realidad de lo que debe ser pertenecer a un servicio secreto pero también elimina mucho del atractivo que tenía ese espionaje basado en gadgets, tanto es así, que aquí "Q" ni siquiera existe.
Si obviamos esos aspectos, nos encontramos ante una trama interesante a la que Eva Green y, sobre todo, Mads Mikkelsen le dan una fuerza que es de agradecer y también un tono más serio que el que tengo en el recuerdo de las de Brosnan. Quizá en este sentido lo único que me parece es que está alargada en exceso en ese error narrativo que para mi cometen algunos guiones, de darnos varios finales en los últimos minutos de la cinta. Me parece un recurso simplista eso de los giros de tuerca constantes en la recta final en lugar de habértelos currado a lo largo de la parte central del film. No me entendáis mal, si es un giro de esos que te dejan ojiplático en el último segundo, vale, pero si es para luego alargarnos y tener finales dentro de finales como que me aburre.
En definitiva, me quedé con la sensación de un bond que es un quiero y no puedo que trata de adaptarse a lo nuevo sin abandonar del todo lo viejo pero descuidando todo un poco, incluso lo que es la intro, que me pareció bastante mala, incluida la canción, que no me pega nada con el espíritu del personaje y lo que llevamos visto hasta ese momento. Aunque si he de ser sincero, la única que me ha convencido en ese sentido de la nueva hornada es Skyfall pero de eso ya hablaremos cuando le llegue su turno.
Buena película de acción y espionaje y regular como parte del universo de 007, te deja con un sabor agridulce que no pierdes hasta que Sam Mendes toma las riendas.

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