jueves, 5 de noviembre de 2015

Mi gran noche, "Esto lo arreglamos en montaje"

Que Alex de la Iglesia es uno de los directores más especiales, en el buen y mal sentido de la palabra, y más suyos del panorama del cine patrio es indudable así que cuando uno se va al cine a ver su nueva película sabe los riesgos que corre y las altas probabilidades que hay de quedarte con ese "si pero no" que te deja satisfecho a medias salvo en sus obras más redondas.
La gigantesca metáfora que se nos presenta en esta visión libre, aunque seguro que algunas cosas son incluso peores en la vida real, de lo que debe ser grabar una gala de fin de año semanas o incluso meses antes de la fecha es sin duda lo mejor. Lo que vemos es la vida misma y muy bien representada en las pequeñas metáforas que son los estereotipados personajes que desfilan por la pantalla desde el primer minuto.
Desde los divos del espectáculo, genialmente encarnados por Raphael, Mario Casas y Hugo Silva, que aunque a mi sigue sin convencerme, aquí me ha gustado, pasando por las chonis y llegando a los perdedores eternos, gafe mediante, será difícil no identificarnos o identificar a algún conocido, amigo o familiar. Evidentemente todo está exagerado hasta el esperpento, algo que en España se nos da de maravilla, y es por eso que funciona tan bien la cinta en algunos momentos, sobre todo los de humor más negro.
Me es muy complicado destacar a nadie en una película tan coral, seguramente una de las más de la historia de nuestro cine junto con "Amanece que no es poco", pero, a pesar de lo que se nos vendió el duelo entre los dos protagonistas, a título personal me quedo con Carlos Areces que me parece que brilla con luz propia con un papel que quizá esté hecho muy a su medida porque nunca me había gustado tanto como en este film.
A pesar de que el conjunto funciona mejor que en otras de sus películas, el realizador vasco cae de nuevo en un ritmo irregular que se plasma en un humor que a ratos es para todo el mundo —lo digo por las risas de los demás espectadores en la sala— pero que en su mayor parte es tan negro, casi cínico, que lo disfruta más la gente que es de sonrisa que de carcajada. He leído a Boyero sobre esto que lo peor de la peli es que se te queda cara de palo, que no te ríes y es una comedia, pero es que yo pienso que esta no es una cinta de humor para la carcajada, es más para la ironía y lo absurdo salvo quizá la parte final. Si la gente esperaba un "ji, ji, ja, ja" continuo saldrán muy decepcionados.
Porque es una manera de hacer reír con la que yo conecto bastante, esta última película de Alex de la Iglesia me ha dejado bastante satisfecho, me he divertido mucho con ella aunque no es fácil recomendarla porque el humor es de lo más personal que hay en gustos a la hora de ver cine y series. Ideal para disfrutarla en días como estos en que las entradas están a un precio que debería ser el habitual y no la excepción.

1 comentario:

  1. Mira que no me llama para nada, pero todavía no he encontrado ninguna crítica negativa. ¡Al final me haréis verla! jaja Buena crítica ;)

    ResponderEliminar