jueves, 28 de enero de 2016

30 días de oscuridad, el anti Crepúsculo

En los últimos veinte años, año arriba, año abajo, el mundo del celuloide se ha nutrido de historias salidas de la industria del cómic, unas veces con más fortuna que otras e incluso en muchas ocasiones ni siquiera sabemos que lo que estamos viendo no es una trama original de los guionistas del film. Seguramente es lo que a muchos nos pasó en su momento con esta historia de vampiros que, al menos, tiene algo tremendamente original y que lo desmarca de otros, esto es, que los hominis nocturna aprovechan un suceso ambiental como es el hecho de que el pueblo esté situado en una zona donde tienen un mes completo de noche.
Aunque durante los primeros minutos se nos presente a algunos de los habitantes del pueblo para que podamos identificarnos de algún modo con ellos, aquí ni vamos a tener unos vampiros con problemas hormonales adolescentes, ni tampoco esos otros con clase y gran atractivo erótico que es la imagen más arquetípica de los chupasangre.
Steve Niles, autor de la obra original y que participa en el guión de la cinta, opta por unos vampiros brutales, casi animales, que recuerdan a los típicos apocalipsis zombi e incluso se nos muestra de esa forma en una maravillosa escena cenital, para amantes del género, a la que el blanco de la nieve ayuda a ser más impactante.
En lo referente a la ambientación y a la apariencia de los monstruos he de reconocer que esta producción me parece notable pero, en este nuevo visionado años después, me doy cuenta de que hay muchas cosas que se dan por supuestas para el espectador y que tengo entendido, tras consultar la red, que en el cómic si se dejaban claras. Esto hace que algunas de las situaciones en la pantalla desconcierten un tanto e incluso puedan parecer muy poco creíbles, dentro de lo increíble que de por sí es lo que estamos viendo. La ficción a veces necesita de un poco más de atención al detalle, más que nada porque no todo el que se siente a ver el film conocerá la historia de antes.
Hay que dejar claro, no obstante, que esa debilidad argumental no le resta un ápice de calidad en lo que es, terror de Serie B con muchas escenas que encantarán a quienes crecimos con esas pelis en los ochenta y noventa o lo han descubierto ahora pero que se harán excesivas e incluso asquerositas para quienes sean un poco sensibles con estos temas.
En definitiva, terror entretenido, con un reparto que cumple con lo que se puede esperar de ellos en un producto así pero que va perdiendo mucho fuelle hacia una resolución que a mi, personalmente, me pareció lo más flojo de la cinta con bastante diferencia. Recomendable para quienes disfruten del uso de litro y litros de sangre en pantalla.

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