jueves, 14 de enero de 2016

Zipi y Zape y el club de la canica, dos palabras clave, cine infantil

Todos tenemos películas que son especiales por algún motivo, sea cual sea la calidad de la misma, y aunque os pueda resultar sorprendente a muchos, esta lo es para mi y por eso cuando la emitieron en televisión le propuse a Aurora que fuera la escogida esa noche.
Este paso a carne y hueso de los dos niños más gamberros de la ficción española fue la primera película "para mayores" que vio mi Laurita y que su hermano no fue a ver porque como yo no soy de los que mete a los niños a ver algo que no esté seguro que puedan soportar y además tengo en cuenta lo de las edades recomendadas, allí que nos fuimos ella y yo solos. Sé que para ella al menos ese día fue especial porque era la primera ocasión en que eso sucedía y además puedo deciros que disfrutó enormemente de la sesión.
Ese disfrute me lleva a lo que considero más importante con este film y es tener claro que es cine infantil, o sea que tildarla de ser demasiado infantil o decir que es simple cuando está pensada para entretener a todos los públicos y no para ser una aventura épica y oscura es injusto; más aun cuando siempre estamos pidiendo que en el cine patrio se pruebe a hacer otras cosas.
Es evidente que la historia no es nada novedosa pero es innegable el cuidado que se ha puesto en la ambientación y en respetar al menos lo más icónico de los tebeos en los que se inspira. A día de hoy la figura del padre habría olido a rancio y anacrónico, por no hablar de que las historias de estos gemelos no se caracterizaban por ser largas o muy elaboradas, algo que se ha de corregir al dar el salto a la pantalla y que se ha conseguido de manera digna si recordamos que se trata de un producto enfocado a los más pequeños de la casa o disfrute en familia con hijos principalmente.
En cuanto al reparto habréis visto niños mejores en el cine y quizá chirríen en alguna escena pero para el tono de la película y de la trama salen muy airosos, no tanto así los adultos donde el único realmente salvable es Javier Gutiérrez que hace muy bien de lo que le toca, malo malísimo. ¿No esperaríais que los personajes tuvieran aquí muchas dobleces y luchas internas y esas cosas no? Quizá algunos si lo esperaran y por eso luego le den palos a la cinta desde una perspectiva adulta y objetiva.
Pese a que pueda tener algunas reminiscencias a los Goonies, de la que evidentemente está muy lejos, compararla con ella sería tremendamente injusto. Lo que es innegable es que recuerda a las películas de aquellos años que no pretendían otra cosa que entretener a la familia que va al cine. Yo siempre os digo que trato de valorar las cosas en su justa media a pesar de mi subjetividad y si, en cuanto en nuestro cine se intenta hacer realmente de todo, para alcanzar un público objetivo cada vez más amplio al final volveremos a quedarnos con lo mismo de siempre. Otro detalle que me gustaría aclarar en cuanto a estas críticas sobre sine infantil es que, por lo general atiendo mucho a mis propios peques y también a los demás que están en la sala, ellos son el barómetro y no adultos que ni tienen críos y creen que saben lo que una mente de entre cinco y diez años disfruta, por poner una edad. Los que no los tenéis o aun ni habéis empezado a ir con los vuestros al cine ni os imagináis los truños que te tragas y que ellos salen tan contentos pero de eso se trata.

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