miércoles, 12 de octubre de 2016

La Tribuna de Ricky: Cortocircuito

Cortocircuito, una aventura cibernética


Después de mucho tiempo de ausencia por este gran Motel decidí que si me volvía a alojar en una de estas lujosas habitaciones sería para algo especial, y creo que la elección es la correcta. Ya sabéis que el amigo Rudy me tiene designado el periodo años 80 y 90, y creo que puedo acercaros a una de las películas que más nos marcó allá por el año 1986: Cortocircuito.

Antes de que la tecnología, los ordenadores y los robots nos rodearan por todos lados, a S. S. Wilson y Brent Maddock se les ocurrió contarnos la historia de Número 5, un robot diseñado por los profesores Newton Crosby y Benjamin Jahrvi, de la división robótica de Laboratorios NOVA. Durante una demostración al aire libre para el ejército a ese robot le cae un rayo que le provoca un cortocircuito. Cuando después de eso llega a casa de una lugareña cercana todo se desmadra y empieza una persecución entre los creadores que concibieron originalmente el droide para uso civil de ayudar a la gente y los militares que lo quieren para un uso menos lúdico. Mezclado en la típica película de aventuras y de lucha entre el desarrollo de la inteligencia artificial contra el intelecto humano se crea una divertida comedia que te hace pasar grandes ratos.


La película está dirigida por John Badham, un director tremendamente prolífico tanto en su número de películas como en la temática de las mismas. Algo que llama poderosamente la atención, porque no suele ser habitual. Dentro de su filmografía hay que destacar grandes títulos como Fiebre del sábado noche (1977), Juegos de Guerra (1983) o incluso ya en los noventa con Salto al peligro (1994). Después de eso poco destacable, se ha dedicado últimamente a dirigir capítulos de series como Héroes o Mentes Criminales. En este caso se decantó por darle a la película un tono de comedia y divertido aunque también con un trasfondo social más serio. Más o menos la misma fórmula que le funcionó en Juegos de Guerra y que aquí vuelve a funcionar.

En cuanto al reparto el protagonista es un robot de 350 Kg. Que costó más de 11 millones de dólares y que entre otras cosas podía alcanzar los 50 Km/h, manejar los brazos con gran fuerza y usar las numerosas herramientas de las que dispone en su estructura. Por su cara expresiva con esos grandes ojos y su manera extrovertida de comportarse, fue un éxito total de empatía con el público infantil y juvenil. A su lado tres actores medio decentes como Steve Guttenberg (famoso sobre todo por su icónico papel de Mahoney en Loca Academia de Policía), Ally Sheedy (que ya participó con el director en Juegos de Guerra) y el carismático Fisher Stevens que se ha prodigado estos años por muchos papeles secundarios. Juntos forman un elenco que hace lo justo para que Número 5 sea el centro de atención de la peli entera y claramente lo consiguen.



La historia continua

Recibió un premio por su banda sonora a cargo de David Shire, el BMI Film Music Award, aunque personalmente a mí no me pareció que la música sea algo tan fundamental en la película como para destacarla sobremanera. Pero todo contribuyó a que se hiciera una secuela pocos años después, aunque ya sin dos de sus cuatro protagonistas, sólo Stevens y el genuino robot Johnny 5, porque después de un año su personalidad ya está completamente desarrollada: es un tipo muy curioso con una sed insaciable de información y datos de todo tipo que coge de todos los libros que ve y en menor medida la televisión. Tiene un gran respeto por la vida y se niega a usar sus habilidades para lastimar a otros, por lo que decide hacer transformaciones de las características que le vimos al final de la primera película. Cambia el láser por una caja de utilidades con cosas como paraguas, un cuerda o un gancho imán y se instala con su buen amigo Jahrvi e intentará pasar desapercibido, pero su inocencia y credulidad le juegan malas pasadas y no lo pasará bien durante mucho tiempo.


Esta segunda aventura de Johnny 5 resultó algo más floja, porque ya se había perdido la magia de la sorpresa y porque no estaban dos de sus carismáticos protas, más allá de que el grueso de dirección ejecutiva (guionista, director, músico,…) tampoco estaba en la cinta y se nota. Además, el ambiente urbano deja de aportar cosas originales y divertidas hacia la mitad de la peli, por lo que se queda algo descafeinada.

Bueno, espero que este acercamiento a uno de nuestros héroes de niñez y juventud os haya gustado y os haga recuperar recuerdos que os lleven hasta esos magníficos años 80 que tanto echamos de menos. A los que no lo hayáis visto por diferencia de edad o por cualquier cosa, espero haberos animado a verla porque aunque ahora os puede parecer un poco mala en cuanto efectos especiales, Cortocircuito merece la pena, aunque sea para verla una vez.

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