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domingo, 6 de diciembre de 2015

CLARK GABLE, EL REY DE HOLLYWOOD


Vamos con uno de los más emblemáticos galanes de la época dorada de Hollywood, el rey. William Clark Gable nació en Cadiz, Ohio el 1 de febrero de 1901. Su padre era un trabajador en los campos petrolíferos que por todos los medios intentó cultivar en su hijo el deseo de trabajar en ese ambiente. Su madre falleció cuando él solo contaba con siete meses de edad, no obstante su padre se volvió a casar y el pequeño Billy, que así era como le llamaban, tuvo una maravillosa madrastra que le crió y quiso como si fuera su propio hijo.
Sus primeros contactos con la farándula fueron como tramoyista y chico de los recados pero cuando su madrastra murió volvió con su padre a los campos de petróleo. Sin embargo su deseo más intenso era volver al mundo que le había cautivado y así lo hizo dando un gran disgusto a su padre que estuvo sin hablarle por diez años.

Fue una actriz retirada la que le introdujo completamente en el mundo del celuloide con papeles en el cine mudo. Mujer cultivada catorce años mayor que él con la que se casó por cierto. En aquella época tenía fuertes competidores como James Cagney, Humphrey Bogart o Spencer Tracy, (Gable no era el hermoso galán que ahora todos recordamos, en una ocasión fue rechazado para un papel porque consideraron que sus orejas eran demasiado grandes y despegadas de su cabeza llegándole a decir que parecía un mono). Pasó hambre en su juventud, tenía un aspecto delgaducho y con mal color, y poseía una dentadura desastrosa que la Metro se encargó de arreglar con un hermoso juego de dientes postizos. Su carrera era lo más importante para él llegando a primarla por delante de sus parejas así que por interés se divorció de su primera esposa y se casó con una mujer poderosa que le ayudó a mejorar como actor diecisiete años mayor que él.
Los papeles de hombre tierno y romántico no casaban muy bien con él. Su aspecto era rudo y agresivo. Sin embargo la Depresión preparó al pueblo para un nuevo tipo de protagonista, un hombre que dominaba a las mujeres con su fuerza y cinismo. En Un Alma Libre de 1931 interpretó su papel de "súper macho sexy" catapultándolo a la fama.
Una de sus parejas cinematográficas fue Jean Harlow, protagonizaron cinco películas juntos y hacían saltar chispas en la pantalla en sus escenas de amor.
Rodando Casado por Azar en 1932, conocería a la que más tarde sería su tercera esposa, la también actriz Carole Lombard que por aquel entonces estaba casada con William Powell. No obstante su felicidad juntos duraría poco ya que Lombard fallecería en un accidente de aviación solo tres años después de la boda, lo cual sumió a Gable en una profunda depresión que al final hizo que se alistara en el ejército.
En 1934 decidió que ya estaba harto del papel de hombre rudo y le consintieron protagonizar una comedia en la que no puso mucho interés, Sucedió una Noche, que sin embargo le reportó su primer Oscar. También tuvo un papel destacable en una cinta que seguramente muchos de nosotros conocemos, Rebelión a Bordo que se llevó el Oscar a la mejor película. Pero sin duda el punto culminante de la carrera de Gable sería Lo que el Viento se Llevó en 1939. El personaje de Rhett Butler permanecerá para siempre en la memoria colectiva con su prestancia y carácter. Gable no se llevaría ninguna de las estatuillas de las diez que la película ganó aunque estaba nominado.
Después de abandonar el ejército volvió al cine con algunas películas bastante mediocres y en 1953 protagonizó una de sus más conocidas películas Mogambo de la que existe crítica en el Motel.
Finalizado su contrato con la Metro fichó por la Century Fox protagonizando dos películas de acción, Cita en Hong Kong de Edward Dmytryck y Los Implacables de Raoul Walsh. Creó más tarde su propia productora pero sin demasiado éxito así que decidió probar con la Warner y rodar La Esclava Libre con Yvonne de Carlo y Sidney Poitier, una mala réplica de Lo que el Viento se Llevó que pasó sin pena ni gloria.  Poco después Burt Lancaster le propuso coproducir y coprotagonizar Torpedo, un tema bélico con cierta repercusión en las taquillas. Su última película fue Vidas Rebeldes, 1960, un western contemporáneo junto a Marilyn Monroe.
Se casó en total cinco veces y cuando supo que al fin iba a ser padre falleció de un ataque al corazón dos días después de finalizar el rodaje de Vidas Rebeldes, el 16 de noviembre de 1960. No llegó a conocer a su hijo.
Gable tenía fama de tacaño ya que el hambre pasado en su juventud hacía que tuviera tendencia a guardar para enfrentar una eventual escasez, sin embargo nadie puede negar que su imagen de virilidad era fácilmente aceptable para hombres como para mujeres.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Mogambo, amores y desamores en la África profunda

Los triángulos amorosos siempre generan gran expectación en el mundo del celuloide y este caso no es ninguna excepción. Con Africa como telón de fondo y un próspero negocio de captura de animales para vender a los zoos de todo el mundo, transcurre esta historia que nos trae John Ford en la que una bellísima Ava Gadner interpreta el papel de dama de la farándula con una estupidez propia de los chistes malos de rubias. El macho-man de la historia es un estupendo Clark  Gable, hombre curtido en los negocios pero irresistible para las nenas que inicia una relación con la joven de la farándula. Hasta ahí todo ok, pero hemos dicho que es un triángulo amoroso, así que en escena entra una cándida y casada joven Grace Kelly que a pesar de asistir con su esposo al campamento no podrá evitar sucumbir a los encantos del macho-man, como yo sucumbí a los de mi querido Sr. Purgatorio que es irresistible.
Y ahora yo hago una reflexión, ¿realmente puede uno enamorarse de otra persona si tu relación de pareja va como debe ir? La respuesta es no. Si eso sucede es indicativo de que algo no va bien. Difícilmente en un triángulo amoroso las partes salen indemnes, pero al final en la película las cosas vuelven a su cauce y son como tienen que ser ¿o quizás no?
Cuando la película se iba a estrenar en España naturalmente tuvo que pasar por las manos de los censores que de ningún modo podían admitir una relación extramatrimonial de un hombre con dos mujeres de modo que propusieron a los dobladores que el personaje del hombre se relacionaría con una de ellas como su hermana y la otra como una amiga. Pero fue peor el remedio que la enfermedad: ¿por qué un hombre besa tanto a su hermana? La familia acabó teniendo relaciones incestuosas y la censura española alcanzó máximos históricos.
Os invito a que veáis la película y saquéis vuestras propias conclusiones de este clásico que tiene un más que merecido lugar en mi estantería de favoritos. Y aunque ahora mismo en el motel somos tres, su dueño es mi único vértice.
Ciertamente cielo, la única figura geométrica que hay entre nosotros es un círculo con un eterno retorno en el que siempre nos alimentamos como es debido para que todo vaya bien y no sucedan cosas como las que tantas veces vemos no solo en el cine sino en la vida real porque sí, es cierto que si se genera un triángulo amoroso como el de esta cinta es porque algo hay que falla y, como vemos en el guión de este film, ese algo está desde el momento inicial y no es de extrañar en aquella época. La gente se casaba, sobre todo las mujeres, porque es lo que debían hacer y no contaba tanto si había amor como si quien iba a estar al otro lado de la mesa podía mantenerte y tratarte al menos con respeto.
Esas son las sensaciones que viviremos con el personaje de Kelly, que se ve irremediablemente atraída por la hombría y el espíritu libre de un hombre que precisamente le da todo lo que jamás ha recibido ni recibirá de su esposo. Porque el simple respeto y ser un buen marido en determinados aspectos no es suficiente para hacer feliz a una mujer, ni al contrario tampoco; ni siquiera el cariño, porque eso te lo da incluso un animal. El ser humano necesita, salvo los que están vacíos por dentro, algo más, una cierta profundidad, que es la que la fémina interpretada por Gardner encuentra rascando bajo la pretendidamente dura superficie del cazador al que da vida Gable y que, en parte casi sin querer, ve llegar las presas a su puerta sin más esfuerzo que ser el típico galán duro de aquellos tiempos. Viendo cine clásico parece que podríamos hablar de una máxima de mi invención, esto es, no hay mejor manera de conseguir el aprecio que mediante el desprecio. Hemos de pensar en todo caso que era una época aun más machista que la actual, donde a pesar de todo nos queda mucho por recorrer.
De todos modos es obvio que, por esas personalidades tan diferentes entre nuestros tres protagonistas, es que la cinta funciona tan bien en su vertiente de romance por la variedad de situaciones que se van ocasionando y que mantienen el interés más allá de una más que decente historia de aventuras relacionada con la captura de los animales.
En todo el cine es como en botica, hay de todo, pero lo cierto es que, estos que fueron los grandes en su momento del cine clásico rara vez te decepcionan en sus interpretaciones y aquí no ha sido la excepción.
Es posible que el desarrollo de la trama y cómo acaba todo pueda dejar a muchos con la sensación de que al final mucho ruido y pocas nueces, pero lo cierto es que en la vida misma, muchas veces no nos damos cuenta de que lo mejor para nosotros es lo que pueda no parecerlo de entrada y que al final es el contenido y no el continente lo que nos hace felices. ¿Habríamos obrado nosotros de la misma manera que nuestro trío? ¿Podemos juzgarles? Son preguntas retóricas, abiertas o como las queráis ver pero si os diré algo, cada vez que veáis una de este estilo, pensad que a la persona que tenéis al lado hay que cuidarla, porque se puede cansar.