jueves, 10 de septiembre de 2015

Estas son mis opiniones; si no le gustan tengo otras

Hoy pensaba escribir sobre la película que había visto anoche pero la verdad es que como hacía tiempo que no me sentaba a redactar reflexiones sobre lo que es este mundillo bloguero y twitero me he dicho que hoy era tan buen día como cualquier otro.
Espero que el gran Groucho Marx no se levante de su tumba en plan zombi para despedazarme por haber usado una de sus frases más conocidas para dar título a esta entrada, sé que en la original se trataba de principios y no de opiniones pero como aquí al final lo que hacemos es opinar, que lo llamemos reseña, crítica o lo que os venga en gana no cambia nada, me he tomado la libertad de tunear la cita.
En los últimos meses he seguido escribiendo, leyendo y, por qué no decirlo, observando y estudiando los movimientos y la manera de actuar de determinadas cuentas y personas de la red del pajarito. En realidad se trata de deformación profesional porque en mi vida laboral de lo que más he trabajado ha sido de vigilante de seguridad y lo más importante era tener siempre controlando mi entorno y la posibilidad de que las personas que en él se encontraban pudieran ser o no una amenaza. Es obvio que en una red social, poca amenaza hay, máxime cuando desde que empecé con esto solo compito conmigo mismo por superarme y que, pese a publicar a diario, no se note demasiado desgaste.
Analizando te das cuenta de lo intransigentes que son algunas personas con las opiniones que difieren de las suyas y como llegan incluso a atacar de manera personal a otros por algo tan pueril como puede ser una película, serie, libro, personaje de cómic, etc... Y que conste que esto lo dice alguien que es muy vehemente cuando se trata de defender su posición pero considero que eso no es incompatible con el respeto. Lo que si es una realidad es que odio los diálogos de besugos, en los que alguien intenta convencerme de que tiene razón sobre algo subjetivo, como es valorar cualquier obra cinematográfica o literaria; cada vez contesto menos a ese tipo de tweets y es que además, no voy a cambiar mis opiniones para que nadie se sienta mejor consigo mismo y sus gustos o preferencias.
Con el camino recorrido a través de las líneas anteriores llegamos al curioso caso de cómo hay gente que si es capaz de opinar diferente de lo que de verdad piensan porque es lo que toca para contentar a su editor —las webs grandes o que creen serlo funcionan así, tienen editor y luego redactores porque suena mucho más cool y profesional— que a su vez ha de contentar a las distribuidoras que les dan pases de prensa, les llevan a premiers, les dan cosas para sortear, etc.
Es en ese momento cuando llegamos al lugar donde ves en twitter a gente que dice públicamente que a ver cómo escribe ahora la crítica de tal o cual película porque le ha parecido muy mala. Algunos estaréis pensando, pues se dice y punto. No, no, no, amigos, porque para que en una página de ese estilo se dé a una película menos de tres estrellas sobre cinco, tiene que ser tan infame que casi os diría que podéis descartarla sin miedo a equivocaros.
Así las cosas, embellecen, usan metáforas o expresiones tan tibias y neutrales que su jefe y la empresa que ha puesto pasta en ese bodrio de cinta queden satisfechos. Otra cosa ya son sus lectores que si se fían de dicha opinión para ir al cine y se sienten engañados ya se les pasará, aunque en todo caso, lo que realmente importa son las visitas que esa gente proporciona pues será eso lo que les dará poder negociador llegado el caso.
Lo que más me ha impactado siempre de este tema es que en cierto modo es como vender tus principios u opiniones a cambio de notoriedad o poder poner en tu perfil de twitter que eres redactor de no sé qué en no sé donde. Si fuera para ganarse la vida con ello lo entendería, porque en el curro todos hacemos cosas que no nos terminan de convencer y pasamos por el aro pero por alguien que seguramente te dará la patada a las primeras de cambio si le conviene o cuadra otra persona más que tú, perdonadme, pero no lo acabo de ver. Y quien quiera rebatirme esto lo tiene difícil porque soy consciente del baile de personas que hay en este tipo de webs y de cómo alguna gente desaparece sin saber por qué, incluso después de haber estado mucho tiempo ahí dando el callo y promocionando a la susodicha página desde su perfil personal, pues seguramente no cuadra ahora que se hacen grandes y hay que buscar colaboradores con otro perfil.
En mi caso solo tengo una opinión que nunca cambio y que es la que veis cada día cuando entráis a leer la entrada del día. Soy además de esa gente rara que prefiere ser cabeza de ratón que cola de león porque, si reflexionáis un poco, el cerebro, con el cual pensamos y gestamos nuestras opiniones, está en la cabeza y no en el rabo aunque algunos sean la demostración práctica de lo contrario.

2 comentarios:

  1. Creo que ya lo hablamos en más de una ocasión. Estoy completamente de acuerdo contigo.
    Está claro que nadie, o casi nadie, se va a hacer rico o a vivir de lo que gane escribiendo en un blog o en una web (al menos en el nivel que nos movemos nosotros) así que escribir lo que los demás quieren leer en vez de escribir para uno mismo me parece, como bien dices, venderse por nada.

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    1. Hola Alex,
      sé que algunas de las cosas que he escrito a algunas personas no les gustará leerlas, pero es lo que pienso y ya lo he dicho muchas veces públicamente. Sobre todo porque luego ves como a gente que aprecias, cuando la web de turno crece, les dan la patada. En esos sitios pocas amistades de verdad hay e incluso a veces es obvio que algunas páginas escogen a sus redactores porque tienen incluso más seguidores que ellos mismos.

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