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sábado, 7 de enero de 2023

En dos patadas: A todo tren 2

Siempre que tenemos a mis hijos aquí vamos mínimo una vez al cine y escogen ellos o entre todos algo que sea familiar y entretenido. Esta vez estaba entre esta y la nueva de El Gato con botas. La primera de A todo tren también la vimos con ellos y nos divertimos mucho. Como suele ocurrir, esta continuación no es tan graciosa, entre otras cosas porque, aunque Paz Vega tiene algunos momentos destacables, queda claro que hacer humor es más difícil de lo que pudiera parecer. En ese sentido lo más risible son las situaciones de los críos en el tren con Florentino y una Paz Padilla que recuerda a su mejor época de humorista y que mete incluso una referencia a un programa de la competencia de Antena 3, productora de la película. Me pregunto si eso se lo habrán metido doblado en el guión o habrá sido un añadido de ella que Segura ha dejado pasar. Soy consciente de que es una cinta que pocos pagarían por ver en el cine, pero si quieres ver algo en familia y aprovechas el Día del espectador, te puede divertir tanto o más que cualquier comedia familiar de Hollywood.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Mi gran noche, "Esto lo arreglamos en montaje"

Que Alex de la Iglesia es uno de los directores más especiales, en el buen y mal sentido de la palabra, y más suyos del panorama del cine patrio es indudable así que cuando uno se va al cine a ver su nueva película sabe los riesgos que corre y las altas probabilidades que hay de quedarte con ese "si pero no" que te deja satisfecho a medias salvo en sus obras más redondas.
La gigantesca metáfora que se nos presenta en esta visión libre, aunque seguro que algunas cosas son incluso peores en la vida real, de lo que debe ser grabar una gala de fin de año semanas o incluso meses antes de la fecha es sin duda lo mejor. Lo que vemos es la vida misma y muy bien representada en las pequeñas metáforas que son los estereotipados personajes que desfilan por la pantalla desde el primer minuto.
Desde los divos del espectáculo, genialmente encarnados por Raphael, Mario Casas y Hugo Silva, que aunque a mi sigue sin convencerme, aquí me ha gustado, pasando por las chonis y llegando a los perdedores eternos, gafe mediante, será difícil no identificarnos o identificar a algún conocido, amigo o familiar. Evidentemente todo está exagerado hasta el esperpento, algo que en España se nos da de maravilla, y es por eso que funciona tan bien la cinta en algunos momentos, sobre todo los de humor más negro.
Me es muy complicado destacar a nadie en una película tan coral, seguramente una de las más de la historia de nuestro cine junto con "Amanece que no es poco", pero, a pesar de lo que se nos vendió el duelo entre los dos protagonistas, a título personal me quedo con Carlos Areces que me parece que brilla con luz propia con un papel que quizá esté hecho muy a su medida porque nunca me había gustado tanto como en este film.
A pesar de que el conjunto funciona mejor que en otras de sus películas, el realizador vasco cae de nuevo en un ritmo irregular que se plasma en un humor que a ratos es para todo el mundo —lo digo por las risas de los demás espectadores en la sala— pero que en su mayor parte es tan negro, casi cínico, que lo disfruta más la gente que es de sonrisa que de carcajada. He leído a Boyero sobre esto que lo peor de la peli es que se te queda cara de palo, que no te ríes y es una comedia, pero es que yo pienso que esta no es una cinta de humor para la carcajada, es más para la ironía y lo absurdo salvo quizá la parte final. Si la gente esperaba un "ji, ji, ja, ja" continuo saldrán muy decepcionados.
Porque es una manera de hacer reír con la que yo conecto bastante, esta última película de Alex de la Iglesia me ha dejado bastante satisfecho, me he divertido mucho con ella aunque no es fácil recomendarla porque el humor es de lo más personal que hay en gustos a la hora de ver cine y series. Ideal para disfrutarla en días como estos en que las entradas están a un precio que debería ser el habitual y no la excepción.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Pacific Rim, así debería haber sido Transformers a partir de la segunda entrega

En su día, después de una primera entrega esperanzadora, todos esperábamos que Michale Bay fuera capaz de hacer una franquicia digna con la licencia de aquellos robots que se escondían entre nosotros en forma de vehículos y con los que muchos crecimos; no obstante, fue Guillermo del Toro quien, con una historia de Mechas dio la auténtica medida de lo que podía ser un espectáculo visual que no diera vergüenza ajena como si la causaban las continuaciones de Transformers.
Acertadamente, no se pierde mucho tiempo en explicarnos cómo la humanidad creó estas máquinas gigantescas para poder defenderse de unas criaturas llegadas de otra dimensión, aunque si que veremos cómo se inició todo y se nos contará algo que va a ser de la máxima importancia: los "Jaeger", que así se llaman los robots de marras, deben ser tripulados por dos personas con una conexión emocional que hace muy complicado que cualquiera pueda llegar a ser piloto.
Si aun no habéis visto esta orgía de acción y destrucción, yo la vi en cine y hace poco he vuelto a visionarla en casa, tenedlo claro antes de sentaros frente a la pantalla, el guión es más básico que el mecanismo de un chupete porque de lo que se trata aquí es de ver en acción a esos seres mecánicos, enfrentándose a los "Kaijus", así se llaman las criaturas, para salvar al mundo.
Es ahí, en las batallas, donde está el mayor acierto del director mejicano y su equipo, porque pese a no darnos respiro, es mucho más sencillo seguir el desarrollo de las mismas que en la mayoría de cintas de acción de la última década, donde el tembleque de la cámara en unos casos o el movimiento demasiado rápido de la misma, marea más que otra cosa. Es destacable cómo se nos presentan las diferentes capacidades en combate de los diversos robots que pasarán por pantalla y que en algunos casos, como cuando van a dar un puñetazo con la máxima potencia, son mucho más realistas de lo que podríamos esperar. Capítulo aparte para algo que siempre pedimos los aficionados de los videojuegos, que el entorno sea totalmente interactivo y aquí lo es; los "Jaeger" usan todos los medios disponibles a su alcance independientemente de su tamaño.
En cuanto a los monstruos, la mezcla de animales que presentan y sus poderes dejan a mi entender en bragas al nuevo Godzilla que llegó a nuestras salas en 2014. También en este aspecto me quito el sombrero ante Guillermo y su cuadrilla.
Algo que no podemos negar es que las actuaciones no os van a dejar marca especialmente aunque todos cumplen a la perfección con los personajes que interpretan. Destacaría a Idris Elba y los cameos de Ron Perlman y Santiago Segura, siendo este último un destripe andante en las producciones de su colega mejicano al nivel de Sean Bean. Todo es muy épico, testosterónico e incluso patriótico y es en esa grandiosidad en lo que se centra la historia y la destacable banda sonora de Ramin Djawadi, compositor de la tan conocida melodía de "Juego de Tronos".
Estamos ante una cinta tremendamente recomendable para quienes disfrutan del anime de "mechas" y para esa gente que de vez en cuando le gusta sentarse frente a la pantalla con la única aspiración de pasarlo bien. Si sois muy exigentes o de cine independiente y a pequeña escala es mejor que volváis a cerrar la puerta de esta habitación y sigáis buscando.

jueves, 14 de agosto de 2014

El día de la bestia. Angulo y Segura se encuentran en La Iglesia.

Cuando un actor tan grande y a la vez tan modesto en sus maneras como era Alex Angulo se nos va, siempre es buen momento para recordar uno de sus mejores papeles y por el que con toda seguridad sea más conocido por los cinéfilos, hablo de el padre Ángel Berriatúa en El día de la Bestia.
Es una película que demuestra que el cine español domina a la perfección ese humor absurdo y surrealista que nos ha dejado obras maestras como "Amanece que no es poco" y que quedan muy por encima de clichés repetidos hasta la saciedad.
Estaba claro que el Apocalipsis visto por Alex de la Iglesia no podía ser una venida del Anticristo al uso, sino una enfermiza visión plagada de personajes cuasi inverosímiles, empezando por el mencionado cura, pasando por el metalero de Santiago Segura y acabando por el vende humo y profesor del ocultismo Cavan, interpretado por Armando de Razza.
El ritmo narrativo no decae, al son de la música más cañera, llevándonos de una situación hilarante a otra sin darnos un respiro y conduciéndonos poco a poco hacia un final marca de la casa, donde a Alex de la Iglesia y a su guión se le va un poco la olla, cosa que le ha seguido sucediendo y que se hace más patente según ha ido avanzando su filmografía.
La sensacional interpretación de Angulo, la sorpresiva irrupción de Segura, que incluso le valió el Goya a actor revelación, y el resto del reparto, con Razza, Terele Pávez y Nathalie Seseña dando lo mejor de sí mismos, hacen de esta cinta una de las mejores y más originales que ha dado nuestro cine.
 
Reconozco que la comedia española me entusiasma cuando es de este tipo, cuando busca algo diferente que contarnos y se sale de los temas tan manidos ya y que sin usar a los actores y actrices de moda, salidos de series y que tienen poco más que ofrecer que su físico, que conste que no lo digo por gente como Mario Casas —ojito a él en otra cinta de Alex, Las brujas de Zugarramurdi—, nos trae una historia bien hilvanada aunque muy loca, bien contada aunque muy surrealista y bien acabada aunque a nuestro querido De la Iglesia se le vaya este tema un poco de las manos, como casi siempre.
¿Os gusta reíros y queréis ver una sutil crítica a la televisión que nos ha tocado vivir y sufrir en la figura de Casdan? Entonces no lo dudéis porque además podréis recordar a un "pequeño" gran actor como es Alex Angulo y ver que Segura no es solo Torrente.