Hoy os vengo a hablar de una de esas películas que generan muchas dudas a la hora de ir a verlas en el cine a mucha gente, "Corazones de acero". En mi caso tenía bastante claro que quería verla porque Brad Pitt es uno de mis actores de cabecera en los últimos años y porque el tráiler, única información que tenía, me hacía intuir que iba a tener esa épica y ese compañerismo que tanto me gusta; no me equivoqué.
No voy a cometer el error de decir que sea la primera cinta en la que se centra el tema en la tripulación, si es que se puede llamar así, de una de las máquinas de guerra más poderosas que el hombre ha creado, un tanque, porque no lo sé. Pero el "Fury", que da nombre a la película en su versión original, no es solo un vehículo blindado, es un hogar para unos hombres que más que compañeros son una familia, y es más de eso que de la guerra en si de lo que trata "Corazones de acero".
Pero tampoco nos equivoquemos, va a haber batalla y una de las más crudas y realistas que recuerdo en pantalla, porque Chacal/Pitt y los suyos se hayan en una Alemania que resiste con uñas y dientes el avance de los aliados en los últimos días de la peor guerra que ha vivido el mundo. Si buscamos similitudes con otras grandes producciones, podríamos decir que "Fury" está a caballo entre "Salvar al soldado Ryan" y "Black Hawk derribado", porque hay correspondencias entre los personajes con la primera y en las situaciones bélicas que vemos en pantalla con la segunda.
Lo más importante aquí son los personajes, y el casting, en mi opinión, no podía ser más acertado. Hagamos un repaso porque creo que se lo merecen. Brad Pitt hace su mejor interpretación en años, con un "Chacal" al que lo único que le importa es sacar a sus hombres, a su familia, vivos del infierno en que se encuentran envueltos y hará lo que sea necesario; Gordo/Michael Peña es el conductor del "Sherman" —el modelo del tanque que estos aguerridos hombres han convertido en su casa— y quizá sea uno de los personajes que menos se desarrolla a lo largo del metraje junto con Grady/Jon Bernthal, a quien much@s conoceréis por "The walking dead" y que se está haciendo un hueco, con acierto, en este tipo de papeles en el cine; Norman/Logan Lerman, el último en llegar a la brigada al mando del "Fury" y que es el personaje con el que, a priori, más nos podremos identificar todos y que sin duda os recordará a uno de los miembros del pelotón de "Salvar al soldado Ryan". Podríamos decir incluso que es en el fondo el auténtico protagonista de la historia. El chaval lo hace de lujo en determinados momentos; llego al final, para el que he dejado a uno de los actores que me resultan más odiosos en los últimos años y al que he visto, al fin, actuar de verdad, porque Biblia/Shia LaBeouf, es lo mejor después de Pitt en esta película y con diferencia respecto al resto. Así que Chapeau, señor LaBeouf, espero que siga usted haciéndome "zas en toda la boca" por muchos años.
La dirección de David Ayer me parece magnífica aunque no puedo comparar con anteriores trabajos suyos, ya que no he visto ninguna de sus películas, aunque no deja de parecerme curioso la cantidad de actores de renombre o muy conocidos con los que ha contado en sus repartos. Ojito a la decisión que ha tomado para que los combates sean más comprensibles, tema disparos, y que es muy chocante al principio pero luego agradeces. La música de Steven Price acompaña muy bien al trabajo de ayer, aunque no es de esas que se quedará en tu memoria para siempre ni de las que ganan premios o están siquiera cerca de las nominaciones, pero cumple su cometido de sobra.
Corazones de acero es una cinta que va de menos a más, no en calidad, sino en intensidad y ritmo, para llevarnos a un final repleto de épica, de esos que a mi tanto me gustan, y que consigue, que, pese a que al principio incluso desprecies a algunos de sus protagonistas, acabes empatizando con ellos, usando como vehículo al joven Norman. Para mi, solo por ver a Pitt y al impresionante y sorprendente Shia —quizá no sea tan buena su actuación, pero después de verle haciendo subproductos me ha encantado— ya vale la pena su visionado, sobre todo si vais en días del espectador como fue mi caso ayer. Y si eso no es suficiente aliciente, para quienes gusten de lo militar, es impresionante ver las tácticas de combate de los tanques y las escenas desde el interior de los mismos. Aviso, eso si, de que es muy cruda y dura, es como ver el desembarco del principio de "Salvar al soldado Ryan" durante dos horas, porque Ayer y su equipo no ahorran en violencia, pero, amig@s, era una guerra.