miércoles, 9 de diciembre de 2015

La guerra de las galaxias. Episodio II: El ataque de los clones

Ayer hablábamos del Episodio I, que sin ser una mala película, ya os decía que para mi estaba muy lejos de las originales, las cuales considero todas sobresalientes, y con ese ánimo me puse a ver esta segunda entrega de la trilogía más reciente.
En esta ocasión, desde los primeros instantes, todo transmite una sensación de un fruto que ha madurado algo más, todo se ve mejor, la historia abandona un poco la grandilocuencia de la anterior, cosa que a mi entender le favorece, y nos ofrece una trama que casi podríamos encuadrar en el cine negro o detectivesco pero con Jedis de por medio y con la historia de romance típica entre uno de los investigadores y la víctima de los ataques, una Amidala/Portman que, al igual que nuestro Anakin/Hayden Christensen, ha crecido aunque ella lo ha hecho en el terreno emocional mientras él lo ha hecho en el físico, porque el actor, a pesar de sus limitaciones, consigue transmitirnos muy bien esa falta de madurez que correspondería a un joven entrenado bajo el auspicio de alguien como Obi Wan/McGregor.
Seguramente lo dicho en el párrafo anterior es lo que hace que en esta ocasión el guión, que ya no está a cargo solo de Lucas, funcione bastante mejor, pues es ahora donde veremos el auténtico germen del que acabará siendo el Sith por excelencia. La incapacidad de Anakin para controlar sus deseos, tanto los más humanos como los de poder, mucho más peligrosos según iremos viendo al avanzar la película. No sé si porque me pilló con un buen día o porque la vi en VO pero he de reconocer que Christensen me ha gustado mucho en bastantes momentos, que no son precisamente en los que pone cara de malote, aunque algunos de esos también le salen muy bien. De niñato malcriado, a asesino despiadado, pasando por un joven contaminado por la soberbia, consigue plasmar bastante bien muchas de las emociones que le acabarán llevando al reverso tenebroso, sin olvidar esa parte de luz que todos tenemos aunque pueda acabar desapareciendo.
De nuevo me sobra y mucho Jackson que me convence menos como Jedi que aquella vez que comí un "Tigretón" por recordar viejos tiempos y me pareció asqueroso. Actúa mejor un ser digital como Yoda, aunque aun no me acostumbro a verlo dando esos saltos, que este hombre. Por fortuna estaba Christopher Lee para dar presencia y clase en la figura de Dooku que solo por su vozarrón ya te impone de una manera brutal.
Técnicamente se nota el salto en muchos aspectos respecto a su hermana mayor y encima tenemos de nuevo a Williams, siempre inspirado aunque no alcance las cotas de maestría de la trilogía original. Además de eso conoceremos de dónde salieron los soldados imperiales y cómo se inició la leyenda de uno de los personajes más carismáticos de la franquicia a pesar de sus contadas apariciones, Boba Fett, por no hablar de que al fin vimos a muchos Caballeros Jedi juntos en acción, algo impagable para fans.
De momento ha conseguido reconciliarme un poco con esta trilogía y cambiar el recuerdo tirando a muy malo que tenía de ella. Ah y para quienes no pueden ni ver a Jar Jar, tranquilos, su protagonismo aquí es meramente testimonial.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo contigo en algunas cosas.
    Yo la recordaba peor, pero ahora que la he revisionado, me ha gustado más... Pero sigo opinando lo mismo que pensé hace años... ¿cuáles son las mejores películas de la saga? Precisamente las que Tito George no tiene tanto control.
    En esta trilogia, y sobre todo en esta, abusa del croma y de lo digital (la manzana que vuela para dársela de comer a padme... Por ejemplo)
    Pero lo que más odio de esta película es que si han madurado, como hemos madurado nosotros, esa escena que se respira una tensión sexual en la chimenea, la encuentra mal acabada....
    En fin es mi opinion.
    Enhorabuena por el blog!!

    ResponderEliminar