Hay cosas que damos por sentadas y que descubrimos un día que no han existido siempre; que antes de "Starship Troopers" existió "Aliens" o que antes de "El último escalón" existió "Al final de la escalera". No es que la película protagonizada por Kevin Bacon sea un calco de la que hoy os traigo, pero si que posee numerosas referencias o "plagios", si queremos ser mal pensados, a la misma. No me quiero meter en camisas de once varas, pero considero necesaria esta introducción para que entendáis, después de leer la crítica, el por qué de la nota, aunque lo explicaré un poco más al final.
"Al final de la escalera" empieza con un directo a la mandíbula del espectador que obligará al protagonista, John, a reiniciar su vida en una nueva ciudad y, por añadidura, en una nueva casa.
Se trata de una cinta con casa encantada, así que ya imaginaréis cómo transcurrirán las cosas. John empezará a notar como se suceden extraños fenómenos en su nueva y gigantesca morada de alquiler, es un tipo con posibles, lo cual le llevará a irlo contando por ahí hasta que su desazón desemboque en la típica sesión de espiritismo, nada de Ouija aquí, en la que ciertas cosas saldrán a la superficie.
A partir de aquí tendremos la típica investigación por parte de John y Claire, aparentemente la única amiga del protagonista en el lugar, que irá revelando los oscuros secretos de la mansión.
Las actuaciones del reparto las podemos considerar correctas sin más, destacando sobre el resto el protagonista George C. Scott y su parteneur Trish Van Devere, porque disfrutan de más minutos en pantalla.
Es de agradecer ver un cine donde no se usa el sonido para asustar simplemente a base de subidas brutales y puntuales del mismo, sino que el temor se apodera de ti poco a poco con las melodías adecuadas de una banda sonora que brilla a gran altura de la mano de Rick Wilkins. Los efectos de sonido también nos causarán cierta inquietud. Los efectos especiales brillarán en general por su ausencia y los que hay, como es evidente son totalmente artesanales comparándolo con la era digital en la que vivimos desde hace años.
El gran fallo de la película si se ve a día de hoy no está en la propia película sino en nosotros, me explico; si hemos sido asiduos al cine de terror y hemos ´"devorado" muchas películas de este género, podremos pensar, "esto ya lo he visto", pero lo cierto es que las que no son originales son las más recientes.
Por eso este film, pese a tener un guión sólido, no sorprende, estamos resabiados; lo que hoy día son clichés, empezaron y evolucionaron con esta y otras películas anteriores; lo que debería asustarnos solo nos sirve para ver los orígenes de este tipo de historias tan manidas a día de hoy.
Ver esta película sirve para disfrutar de una buena muestra de cómo debe ser el cine de terror psicológico con una historia interesante que alcanzará su apogeo en un final de gran intensidad y recordad, tiene treinta y cuatro años, así que lo que estrenan hoy, es lo que bebe de ella y no al revés...