Hola de nuevo moradores del Motel más prestigioso de los lares cinéfilos. Hace apenas un mes se estrenó Point Break (Sin límites), remake de la película que trataremos hoy y de la que está a años luz en muchas cosas: Le llaman Bodhi. Lo que nos vuelve a llevar a la pregunta de por qué es necesario un remake de todas las pelis que ya tuvieron éxito. Son productos generalmente peores y completamente olvidables. Pero bueno, eso es tema de otro artículo más extenso y lejos de mis “competencias” en este blog. Me limitaré a dejaros por aquí la crítica de esa película, que es la mejor manera que tengo de recomendaros que la veáis.
Le llaman Bodhi es una película que narra las peripecias de Johnny Utah, un joven policía que se infiltra en la sociedad surfera de Los Ángeles, donde cree que se oculta una banda de ladrones que está aterrorizando a toda la ciudad. Todo se complicará cuando conozca a Bodhi, el jefe de la banda, un hombre con una visión muy particular de la vida y con un gran poder de atracción, y a la bella Tyler, una mujer de la que se enamorará perdidamente. Un desarrollo trepidante que te llevará de un sitio a otro sin apenas darte la oportunidad de coger un poco de aliento.
Las dos caras visibles de la película son Patrick Swayze y Keanu Reeves. Es evidente que hay que empezar por el desaparecido actor protagonista de Ghost, un actor que personalmente nunca me entusiasmó por lo que a mí me parecía una gran falta de carisma, he de admitirlo, pero al que hay que reconocer el mérito de estar en dos o tres películas de esas que siempre quedarán en el recuerdo de todos como la mencionada Ghost, Dirty Dancing o la que hoy nos trae por aquí. En esta ocasión me parece que lo hace bien, posiblemente en el que a mí me parece la mejor interpretación de su carrera. En contraste tenemos ahí a un jovencísimo Keanu Reeves que venía de demostrar buenas maneras en Mi Idaho Privado y que estaba ya encaminando su carrera a lo que luego sería, una gran estrella. Para mí siempre fue alternando grandes pelis con otras menos buenas o directamente bodrios. Es el problema de hacer todo lo que te ofrecen sin ningún tipo de criterio, que los éxitos se diluyen entre tanta bazofia. Hasta que llegó Matrix y su eclosión completa, lo que curiosamente también implicó que su carrera terminó. No ha vuelto a hacer nada ni medio decente por mucho que sus admiradores lo crean. En fin, en Le llaman Bodhi, que es lo que estamos analizando hoy están ambos bastante bien, secundados por un Gary Busey eterno secundario pero siempre muy fiable en el género de acción, como demuestran sus trabajos en Alerta Máxima, Arma Letal o Pasajero 57, siempre de un estilo muy definido y haciendo buenos trabajos. Podemos destacar también al alma femenina de la peli, Lori Petty, una actriz de la que prácticamente no hemos vuelto a saber nada, y que en esta ocasión no aporta más de lo imprescindible. Y por último destacar al gran Tom Sizemore, un actor típico secundario que siempre suma y que muy a pesar de todos los fans cinéfilos trabaja menos de lo que merecería. En esta peli su papel es residual, pero si un tipo así aparece en una peli hay que nombrarlo por lo menos.
Al cargo de la cinta está Kathryn Bigelow, una mujer a la que casi siempre le ha acompañado el éxito y que nos ha dejado otros grandísimos trabajos como En Tierra Hostil o Zero Dark Thirty. En este caso, a pesar de la juventud del protagonista, consigue llevar a muy buen puerto la película, sin excederse en las escenas de acción y desarrollando bien la trama para hacerla atractiva de principio a fin y dejándote siempre la incógnita de cómo se va a cerrar el argumento, algo que personalmente siempre agradezco en una película. Además, la fotografía es realmente buena, en especial las escenas de surf en las que prácticamente te sumerges con los protagonistas.
En fin, que no siempre es norma, pero casi siempre sí: no aceptéis imitaciones. Si queréis ver una buena película de acción, con trama interesante, bien interpretada y original no lo dudéis, Bodhi es vuestro hombre a seguir.