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miércoles, 12 de octubre de 2016

La Tribuna de Ricky: Cortocircuito

Cortocircuito, una aventura cibernética


Después de mucho tiempo de ausencia por este gran Motel decidí que si me volvía a alojar en una de estas lujosas habitaciones sería para algo especial, y creo que la elección es la correcta. Ya sabéis que el amigo Rudy me tiene designado el periodo años 80 y 90, y creo que puedo acercaros a una de las películas que más nos marcó allá por el año 1986: Cortocircuito.

Antes de que la tecnología, los ordenadores y los robots nos rodearan por todos lados, a S. S. Wilson y Brent Maddock se les ocurrió contarnos la historia de Número 5, un robot diseñado por los profesores Newton Crosby y Benjamin Jahrvi, de la división robótica de Laboratorios NOVA. Durante una demostración al aire libre para el ejército a ese robot le cae un rayo que le provoca un cortocircuito. Cuando después de eso llega a casa de una lugareña cercana todo se desmadra y empieza una persecución entre los creadores que concibieron originalmente el droide para uso civil de ayudar a la gente y los militares que lo quieren para un uso menos lúdico. Mezclado en la típica película de aventuras y de lucha entre el desarrollo de la inteligencia artificial contra el intelecto humano se crea una divertida comedia que te hace pasar grandes ratos.


La película está dirigida por John Badham, un director tremendamente prolífico tanto en su número de películas como en la temática de las mismas. Algo que llama poderosamente la atención, porque no suele ser habitual. Dentro de su filmografía hay que destacar grandes títulos como Fiebre del sábado noche (1977), Juegos de Guerra (1983) o incluso ya en los noventa con Salto al peligro (1994). Después de eso poco destacable, se ha dedicado últimamente a dirigir capítulos de series como Héroes o Mentes Criminales. En este caso se decantó por darle a la película un tono de comedia y divertido aunque también con un trasfondo social más serio. Más o menos la misma fórmula que le funcionó en Juegos de Guerra y que aquí vuelve a funcionar.

En cuanto al reparto el protagonista es un robot de 350 Kg. Que costó más de 11 millones de dólares y que entre otras cosas podía alcanzar los 50 Km/h, manejar los brazos con gran fuerza y usar las numerosas herramientas de las que dispone en su estructura. Por su cara expresiva con esos grandes ojos y su manera extrovertida de comportarse, fue un éxito total de empatía con el público infantil y juvenil. A su lado tres actores medio decentes como Steve Guttenberg (famoso sobre todo por su icónico papel de Mahoney en Loca Academia de Policía), Ally Sheedy (que ya participó con el director en Juegos de Guerra) y el carismático Fisher Stevens que se ha prodigado estos años por muchos papeles secundarios. Juntos forman un elenco que hace lo justo para que Número 5 sea el centro de atención de la peli entera y claramente lo consiguen.



La historia continua

Recibió un premio por su banda sonora a cargo de David Shire, el BMI Film Music Award, aunque personalmente a mí no me pareció que la música sea algo tan fundamental en la película como para destacarla sobremanera. Pero todo contribuyó a que se hiciera una secuela pocos años después, aunque ya sin dos de sus cuatro protagonistas, sólo Stevens y el genuino robot Johnny 5, porque después de un año su personalidad ya está completamente desarrollada: es un tipo muy curioso con una sed insaciable de información y datos de todo tipo que coge de todos los libros que ve y en menor medida la televisión. Tiene un gran respeto por la vida y se niega a usar sus habilidades para lastimar a otros, por lo que decide hacer transformaciones de las características que le vimos al final de la primera película. Cambia el láser por una caja de utilidades con cosas como paraguas, un cuerda o un gancho imán y se instala con su buen amigo Jahrvi e intentará pasar desapercibido, pero su inocencia y credulidad le juegan malas pasadas y no lo pasará bien durante mucho tiempo.


Esta segunda aventura de Johnny 5 resultó algo más floja, porque ya se había perdido la magia de la sorpresa y porque no estaban dos de sus carismáticos protas, más allá de que el grueso de dirección ejecutiva (guionista, director, músico,…) tampoco estaba en la cinta y se nota. Además, el ambiente urbano deja de aportar cosas originales y divertidas hacia la mitad de la peli, por lo que se queda algo descafeinada.

Bueno, espero que este acercamiento a uno de nuestros héroes de niñez y juventud os haya gustado y os haga recuperar recuerdos que os lleven hasta esos magníficos años 80 que tanto echamos de menos. A los que no lo hayáis visto por diferencia de edad o por cualquier cosa, espero haberos animado a verla porque aunque ahora os puede parecer un poco mala en cuanto efectos especiales, Cortocircuito merece la pena, aunque sea para verla una vez.

martes, 29 de marzo de 2016

La Tribuna de Ricky: Cocoon, un milagro de la tercera edad

Hola de nuevo Moteladictos. Aquí estoy de nuevo para acercaros al mejor cine de los 80 y los 90 con una película que no fue grandiosa en casi nada, pero que sin embargo es deliciosa y embriagadora de principio a fin: Cocoon.
Esta película del año 1985 que dirigió el galardonado director Ron Howard (Willow, Llamaradas, Una mente maravillosa, Frost Vs Nixon, etc…) narra la entrañable historia de unos ancianos que recobran la energía y las ganas de vivir cuando por accidente descubren unos huevos alienígenas sumergidos en la piscina que hay en la casa al lado de su residencia. Las implicaciones que este hallazgo implica y las consecuencias que tendrá para cada uno de ellos y sus respectivas familias harán que te impliques en un mar de sensaciones y optimismo que pocas veces he sentido después de ver una película.
Tal y como dije antes, la peli no es grandiosa en casi nada. Ni por medios ni por presupuesto podía catalogarse a Cocoon como una superproducción. Pero sin duda alguna tiene algo de lo que carecen muchos de esos filmes grandilocuentes con millones y millones de presupuesto: una idea original y un reparto que te lleva en volandas durante todo el metraje. Si a eso le sumas el talento que ya empezaba a mostrar Howard para dirigir grandes obras, pues obtienes un bombón en forma de éxito de taquilla y crítica arrollador. No obstante obtuvo dos premios Oscar, a mejor actor secundario y a los mejores efectos visuales. Algo que pocos podían presagiar si ven el reparto o si sólo miran lo que cuestan las películas.
Tres años después se lanzó una secuela con todos los protagonistas de nuevo a bordo, pero sin el concurso de Ron Howard. La cinta, en la que vemos cómo han progresado todos los personajes, se centra en esa ocasión en una lucha contra un laboratorio que ha encontrado uno de los huevos alienígenas y la lucha de los protas por recuperarlo. No tuvo tanto éxito ni repercusión. Aunque también es una peli que se puede ver, carece de ese punto de frescura que sí tenía la primera y que tanto te engancha.
El reparto sin duda es lo mejor de la película. Te llegan al alma desde el minuto uno. Liderados por el gran Don Ameche (el que ganó el Oscar mencionado antes), el conjunto de ancianos también cuenta con Wiltford Brimley, Hume Cronyn, Jessica Tandy, Maureen Stapleton y la genial Gwen Verdon. Un grupo de actores y actrices ya pasados de vueltas que demuestran que lo de actuar no era un capricho, sabían hacerlo realmente bien y lo seguirían haciendo hasta que el cuerpo les dejara. Un elenco brillante de gente que probablemente muchos no conoceréis pero que si veis la cinta recordaréis para siempre. Junto a ellos, en papeles más secundarios pero igual de importantes en la trama: Brian Dennehy, el mítico sheriff que se las tiene tiesas con Rambo en Acorralado, y Steve Guttenberg, el también recordadísimo Mahoney de Loca Academia de Policía que abandona por un rato el cine de humor para meterse a algo un poco más serio con un resultado aceptable.
Poco más hay que añadir a esta crítica salvo que la banda sonora corre a cargo del gran James Horner, uno de los mejores compositores de música que ha tenido el cine a lo largo de su historia. No es su mejor trabajo, eso seguro, pero su sello queda impregnado a fuego en esos momentos cumbres de Cocoon. Otra razón más para que corráis a vuestro buscador o a vuestra filmoteca de confianza para buscarla. No os arrepentiréis y de verdad que os encantará.

miércoles, 13 de enero de 2016

La Tribuna de Ricky: Dentro del laberinto, homenaje a un genio

Todo el mundo se habrá enterado ya de la triste muerte de David Bowie, un tipo que consiguió ser  cantante, actor, compositor, letrista, etcétera. Uno de los pocos artistas míticos que nos quedan de una época ya lejana junto a Bob Dylan quizás. Gente que se empeñaba en ser diferente. Aportar algo al mundo que no estaba inventado. Más allá de que te gustara o no, sabías que en cualquier proyecto en el que este tipo de personas se embarcaban, eran un soplo de aire fresco en el mundo artístico (Momento abuelo cebolleta: qué lejos quedan esos momentos viendo el panorama actual de cantantes, actores y demás personajes de la televisión).
Bueno, pues mi homenaje en este espacio que Rudy me cede en el Motel Purgatorio no puede ser otra cosa que recordar la que tal vez sea su película más conocida, una de las películas de aventuras que toda una generación adoró hasta el extremo por su originalidad y divertimento. No es otra que Dentro del laberinto (Labyrinth). Un ejemplo más de que cualquier tiempo pasado fue mejor, por lo menos en el aspecto del cine de aventuras. Hace 30 años no existían efectos visuales que coparan el 80% de una película, simplemente se hace un buen guion y se usaba la imaginación, algo cada vez más en desuso tristemente. Sólo hacía falta un argumento coherente y unos personajes bien trazados. Estamos sin duda ante uno de esos casos. En la peli vemos que la joven Sarah se ve en la tesitura de atravesar un laberinto lleno de seres increíbles y situaciones que nunca hubiera imaginado para salvar a su hermano pequeño de las garras del malvado Rey Jareth y sus duendes.
La película cuenta con muchas virtudes, la primera y más evidente es que la historia te engancha desde el primer momento. Te ves identificado con la jovencita protagonista y te va embriagando a través de una banda sonora magnífica que por supuesto encabezaba Bowie. Estaba producida por nada más y nada menos que George Lucas, que entre Jedis y Darth Vaders sacó algo de tiempo, y el encargado de la animación fue el gran Frank Oz, responsable entre otros de los personajes de Los Teleñecos o Barrio Sésamo y colaborador del director en la saga Star Wars. En cuanto al reparto, pues aparte de destacar el histriónico y a la vez genial papel que interpretaba el homenajeado de hoy, hay que destacar el nacimiento de una estrella, Jennifer Connelly. Una actriz siempre impecable en su trabajo, con actuaciones memorables en muchas ocasiones y que sin duda es una de las mejores actrices de aquella generación.
No puedo acabar de otra manera que no sea diciendo que siempre es triste que muera alguien, pero más si es alguien que te ha acompañado durante muchos años de tu vida. Sirva como homenaje a David Bowie, ese artista camaleónico, esta humilde crítica de una película que como en su caso fue, es y será icono de una época que todos los que la vivimos añoramos.
D.E.P. David Bowie

martes, 17 de noviembre de 2015

Los ochenta y los noventa llegan al Motel para quedarse

Después de estar missing, volvemos a la vida con una noticia que espero que sea de vuestro agrado, esto es, la colaboración, con cine de las dos décadas en las que muchos de nosotros crecimos, de @frickyblog, una de esas personas que encuentra por las redes y a las que al final puedes llamar amigo sin temor a equivocarte.
La idea de tener semanalmente, o lo que el ritmo de vida le permita a Ricky, una entrada con película de los ochenta o los noventa partió de él y me llevé una sorpresa enorme al ser él quien desee formar parte de este proyecto que está últimamente de capa caída porque, de algún modo he necesitado una desconexión total de blog, redes, etcétera. Quizá por eso me alegra aun más volver de esta manera, con una notica que me hace feliz y sentirme orgulloso de que otros quieran participar de esta manera.
No es que el Motel carezca de cine de esa época, pero si coincido con Ricky en que, salvo en blogs especializados en recordarnos ese pedazo de la historia del cine, o más allá de las típicas cintas que todos conocemos se olvida un tanto en beneficio de lo más actual o lo más antiguo, así que me pareció una propuesta genial.
Como pasó en su momento cuando @GpAurora formó parte del blog, la libertad a la hora de escoger las películas y de escribir será total y por supuesto puede no coincidir para nada lo que opine Ricky con lo que opinaría yo del film. Esto ha sido, es y será siempre igual en el Motel. Aquí no valoramos pensando en satisfacer a nadie, lo hacemos buscando compartir nuestra pasión por el cine, respetando lo que piensan los demás y esperando recibir lo mismo aunque a veces sea muy difícil.
A Ricky ya lo conocemos la mayoría así que más que darle a bienvenida es como tenerlo en casa simplemente así que espero que lo tratéis muy bien y, al igual que en su momento con los clásicos, si queréis retarlo a ver determinadas películas seguro que estará más que dispuesto a escuchar las sugerencias.
Terminaré diciendo que me llena de orgullo y satisfacción contar con él mientras las ganas le acompañen o mientras sea capaz de aguantarme.

lunes, 12 de octubre de 2015

Los Goonies, una de aventuras para celebrar el medio millar


No puedo empezar a comentar sobre esta película sin antes deciros lo inmensamente feliz que me hace estar aquí hoy aunque sea de manera excepcional. Ni os podéis imaginar lo que echo de menos este sitio que siento como mi hogar, con su calor tan acogedor como el dueño del Motel.
Una entrada como la número 500 bien merecía una crítica especial y por votación popular la elegida fue Los Goonies. ¡Qué maravillosa elección! Allá que nos dispusimos a verla de nuevo y, a pesar de sus treinta años, ha resultado ser tan disfrutable como en nuestra adolescencia. Yo ya tenía mis diecinueve añitos pero me enamoré de esta cinta desde el primer momento. Y como tengo un espíritu joven, como muy bien me dijeron no hace mucho unos mozalbetes por twitter, la volví a disfrutar anoche junto a mi querido Sr. Purgatorio.
Aventura, misterio, persecuciones, chascarrillos y como no, su punto de romanticismo, hacen de esta una cinta obligado visionado para todo amante del cine de aventuras. Una película llena de anécdotas durante su rodaje con escenas rodadas en una sola toma, como por ejemplo el momento en el que los niños descubren el barco. Su cara de sorpresa no es fingida, para ellos fue una auténtica sorpresa ver aquel barco pirata que, estoy segura, todos nos habríamos deleitado en recorrer, aunque no fue esa la toma que usaron porque Brolin soltó un taco que era demasiado para una película como esta. O cuando los padres se reúnen con sus hijos, Data se encuentra con su padre, con su padre de verdad, tierno momento que no podía ser más auténtico.
"Tiene la cara hecha un lío" o "hueles a clase de gimnasia" refiriéndose a Sloth o "un goonie jamás dice muerto", son frases que permanecerán para siempre en la memoria colectiva de los que rondan los cuarenta (y los cincuenta también). Adorables son todos y cada uno de sus personajes igual que el dueño de este Motel con el que os dejo para que disfrutéis de su análisis pasional y tierno porque él es así y por eso lo adoro.
Qué sufrimiento fue vivir los últimos días de la votación cuando, quizá anticipándome demasiado, le dije a mi señora que si ganaba "Los Goonies", iba muy destacada para el número total de votos, quería que ella estuviera en esta pequeña celebración que es llegar a 500 entradas en el blog sin haber llegado a los dos años. Desde aquí quiero agradeceros la gran participación, porque para un alojamiento tan modesto como el nuestro, 64 votos únicos en dos semanas es mucho más de lo esperado.
Volver a ver esta cinta tras tantos años sin hacerlo y más aun con otra persona que la adora y a la que adoras ha sido maravilloso, aunque sea en la distancia, comentando casi cada frase de las decenas con un gran y blanco sentido del humor —aunque me sorprendió la cantidad de tacos que decían los chavales viniendo el film del mercado norteamericano—, patente sobre todo en el enorme "Gordi", para mi sin duda el mejor personaje de largo de la producción.
Es que ha sido increíble porque ha sido como tener un flechazo de nuevo, un volver a enamorarse a primera vista en cuanto suena la magnífica banda sonora de Dave Grusin, un compositor al que desconozco y que no sé si hizo algo de más importancia que esto a lo largo de su carrera, y nos presentan a todo el elenco con el que viviremos casi dos horas de aventuras sin cesar.
Está claro que esta es de esas pelis que marcaron a una generación o, más bien, a toda la gente que conectó con ella de manera muy personal cuando se estrenó o cuando la alquilábamos en el videoclub en el caso de otros. Es complicado no identificarse con alguno de los jóvenes, que además hacen algo que, seguramente, de algún modo muchos han hecho de otro modo, es decir, intentar ayudar a sus padres con lo poco que tenían; en unos casos es una hucha con forma de cerdito, en el caso de esta película los chavales lo apuestan todo a un sueño.
A lo largo del tortuoso camino que les conducirá hasta el tesoro de "Willy el Tuerto" veremos cómo terminan algunos de ellos ese proceso de madurez que la ejecución de las hipotecas de sus casas —tema muy en boga hoy en día tristemente—, con especial atención a la conversación referente a los deseos.
"Los Goonies" tiene un guión sencillo, una historia donde lo que importan son las relaciones entre los personajes y por ende los diálogos tienen un peso brutal, lo cual explica que se hayan cuidado tanto y que pueden parecer un tanto infantiles, algunos de ellos, pero que son maravillosamente adecuados para cada personaje y situación. Escrito por Chris Columbus sobre una idea de Spielberg y rodada por Richard Donner, director entre otras de la saga "Arma letal" y "Lady Halcón". Ahí es nada el trío que se nos juntó para crear este diamante del cine ochentero. Ojalá hoy en día fueran capaces, ellos mismos, o alguno de los directores actuales de hacer este tipo de cine para que nuestros hijos pudieran disfrutar esas mismas sensaciones en pantalla grande. 
Otra cosa que dejó fue al menos un par de actores que luego han conseguido o bien ser considerado un grande en los últimos años, Josh Brolin, o cuando menos meter la cabeza en otra producción que haría historia en el cine como "El Señor de Los Anillos", como es el caso de Sean Astin.
Seguro estoy de que visitaré de nuevo a Sloth, Gordi, Bocazas, Mikey, Data y los demás para vivir de nuevo estas aventuras con ellos, aunque vuelva a pasar años sin hacerlo, porque con los amigos de toda la vida es así, puedes estar la tira sin cruzarte con ellos que en cuanto te sientas a charlar, todo fluye como si hubiera sido ayer la última vez que los viste. Eso mismo ha demostrado mi amada compañera Aurora, que ha vuelto a poner de manifiesto que tenerla de co-propietaria durante el tiempo que fue posible fue todo un acierto. Espero que cuando llegue la entrada 1000, su "Habitación de invitados" y los "Clásicos con Aurora" hayan vuelto y contribuido a alcanzar esa cifra que queda lejana y da mucho más vértigo que la que celebramos hoy.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

La jungla 2: alerta roja, muchos tiros, muchas leches pero muy poca alma

Si en televisión se quieren empeñar en poner todas las películas de la saga yo recojo el guante y las voy viendo y haciendo crítica. Hoy nos encontramos con la segunda entrega, para mi la peor con diferencia de la trilogía original, y que está realizada para mayor gloria de John McClane/Bruce Willis y se olvida prácticamente de todo lo demás.
Salvo las dos más recientes, que he visto en el cine y aun no he vuelto a visionar, esta es la que menos veces me he sentado frente a la pantalla para disfrutarla. Poca cosa recordaba de ella pero es que no hay mucho que guardar en la memoria una vez se acaba así que no es de extrañar que sufriera esta amnesia selectiva.
No voy a decir que esperara una gran profundidad de guión y la verdad es que la cinta entretiene desde el primer minuto gracias al carisma y a la mala baba del protagonista, que se irá enfrentando e insultando con todo el mundo, bueno o malo, que se cruce en su camino. En ese sentido hay que reconocer que quienes estaban al frente del proyecto sabían qué había sido lo que había calado en los espectadores e hicieron uso y abuso de ello. 
El problema llega cuando todo lo demás está falto de personalidad y te tienes que agarrar al clavo ardiendo de las gracietas y piruetas de McClane en los numerosos tiroteos y no menos abundantes peleas a puño limpio —los héroes de acción de los ochenta y noventa reventaban a golpes a sus enemigos sin quejarse de sus manos casi— que hacen que el conjunto se vuelva repetitivo y quede muy lejos del primer film, donde al menos el jefe de los malotes le hacía algo de sombra a Willis. Aquí todo está pensado para su lucimiento y todo lo demás es tan secundario que lo mismo habría dado que la acción sucediera en un aeropuerto que en un centro comercial.
Es muy posible que gran culpa de todo esto la tenga la ausencia de John McTiernan, que si bien no destacaba por realizar películas cuyas tramas tuvieran una gran profundidad si que sabía conseguir que todo encajar con sentido y no resultara tan cogido por los pelos como lo son muchas de las situaciones que se nos presentan aquí. Salvo por el propio McClane, el resto de personaje pasarán sin pena ni gloria, únicamente destacando los cameos largos de Bonnie Bedelia como mujer de nuestro héroe y de Reginald Veljohnson que presta cierta ayuda desde la distancia.
Estamos ante una de esas secuelas que, sin ser innecesarias, si que dejan un sabor agridulce por lo que podrían haber sido y no fueron, echando en falta un guión un poco más trabajado y unos personajes que no sean meras comparsas o blancos en movimiento para nuestro protagonista.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Jungla de cristal, cuando los héroes de acción eran de verdad

La mayoría de los que crecimos en los ochenta y en los noventa nos sentimos hace ya muchos años huérfanos en lo que a cine de acción se refiere, no porque no haya donde escoger, sino porque ya lo único que importa es que todo sea más espectacular, más grande, más políticamente correcto incluso y con un abandono del realismo en favor de las flipadas de los protagonistas que antes no eran tan habituales.
John McTiernan hizo grande este género y revisar su filmografía te deja con la boca abierta pensando cómo es posible que un solo director tenga tantos films imprescindibles para cualquier aficionado al cine de entretenimiento, algo que ya mencioné cuando hice la crítica de El guerrero Nº 13 y en lo que me reafirmo.
El secreto de este hombre y de otros que desde sus sillas hicieron inmortales a Arnold, Stallone o el protagonista de la película de hoy, Bruce Willis, es que la historia podía ser de ciencia ficción o en una ciudad cualquiera y reconocible o incluso no ser muy original pero nuestros héroes eran humanos; sí, eran tipos duros, que soltaban más frases lapidarias por minuto que un revolver pero que no hacían todo en plan Matrix, desde mil ángulos de cámara y con acciones tan inverosímiles, que hasta te acaban cortando el rollo —cosas como las que se veían en el tráiler de "A todo gas 7" por ejemplo— y haciendo que eches de menos escenas como las de esta cinta, en las que vemos a un John McClane/Willis pasarlas putas de verdad y recibiendo y dando estopa que se ve tremendamente real: los puñetazos duelen, los cristales cortan con facilidad los pies descalzos y los malos saben hacer algo más que disparar y decir que quieren dominar el mundo o el barrio, según sea el caso.
Además de eso en aquellos tiempos sabías que ibas a tener el típico personaje que sería el único que realmente entendería al héroe y que aquí está genialmente interpretado por Reginald Veljohnson, al que la mayoría identificaréis fácilmente como Caaaaaaaaaaaaaarl —creo que el meme me afectó más de lo que pensaba— de la serie "Cosas de casa".
Si algo hizo grande de verdad a esta película fue sin duda el duelo interpretativo entre Bruce Willis, con su sempiterna media sonrisa, y Alan Rickman, dando ambos el máximo en sus registros, diferentes pero complementarios, y que dejaron imágenes que han quedado para siempre en nuestra retina.
Estamos ante una de esas obras cumbres del celuloide comercial que nunca te cansas de ver y que nos hacen suspirar pensando en qué parte del camino se quedó esta manera de hacer cine y que dejaba frases o coletillas que aún a día de hoy seguimos repitiendo:
 
YIPPI KAI YEI, HIJO DE PUTA
 
Nota: 9



martes, 8 de septiembre de 2015

House, una casa alucinante y un gran héroe americano

Con el cambio de contrato con nuestro operador de telefonía no solo ahorramos cada mes sino que además viene incluido en el servicio un videoclub online que, sin tener grandes novedades, está surtidito y la otra noche, buceando por él, me llamó la atención esta cinta ochentera.
La década de los ochenta estuvo plagada de películas que trataban de ser terroríficas y eran risibles pero luego había casos como el de esta, donde en seguida descubres que no se toma en serio a sí misma en ningún momento, y que trata de contarte una historia de fantasmas o lo que sea que son esos seres que salen de armarios o aparecen de la nada prácticamente.
Salvo un hilo principal, el guión carece de profundidad y asistiremos a una sucesión de enfrentamientos entre nuestro protagonista y las criaturas y a situaciones de enredo cómico que se producen a raíz de la llegada de los bichos a la casa, incrementadas por la torpeza de Roger Cobb, nuestro héroe o algo así. He de reconocer que con algunas de ellas me reí mucho y tienen guiños al género en si e incluso me atrevería a decir que a films estrenados en años anteriores en aquella prolífica época para la "Serie B".
La verdad es que teniendo de cabeza de cartel a William Katt, conocido por muchos gracias a su papel en aquella serie donde se enfundaba un traje rojo para salvar al mundo —El gran héroe americano— no es de extrañar que la comedia se imponga a cualquier otro género durante la hora y media que dura esta casposa producción. Katt da la talla en este tipo de papel porque consigue en todo momento transmitirnos ese desconcierto que siente, por un lado, y por otro tiene la vis cómica necesaria para que pases por alto el despropósito constante que desfila ante tus ojos y te centres en ver cómo va solucionando cada entuerto en el que se va metiendo.
No es tan bestia como podían ser otras de aquellos tiempos e incluso se podría decir que el gore es muy light e incluso para descojonarse en algunos momentos. A pesar de eso, está claro que es una cinta que solo gustará a nostálgicos o a aquellos que adoren ese tipo de cine y lo disfruten pese a su evidente falta de calidad. Si tuviera que compararlo con algo sería con productos como "Sharknado" y similares, que saben que son basura y que con esos mimbres intentan hacernos reír mientras se ríen de sí mismos.
Según con los ojos con los que se mire os puede parecer una soberana mierda, en cierto modo lo es, o podéis acercaros a ella con unos amigos y unas birras para echaros unas buenas risas. Yo la vi sin amigos ni alcohol y carcajadas no me faltaron pero también la vi sin pretensiones. Además de reíros podréis ver cómo se hacían las cosas cuando no había toda la parafernalia digital de hoy día.
Nota: 5

sábado, 8 de agosto de 2015

Alerta máxima, si Chuck es Dios, Steven es su profeta

Si esta película y este actor están aquí, en esta "Semana de la testosterona", es principalmente porque la idea original era hacer esto con mi amada @GpAurora y que hubiera incluso una película clásica de macho, muy macho. Que no haya podido ser así no me impide que esta cinta cierre este ciclo de cine casposo, unos films más que otros, ni que exprese públicamente mis sentimientos.
Sea como fuere, "Alerta máxima" no es nueva para mi, pues de chaval me nutría básicamente de este tipo de cine en el videoclub así que es muy posible que con este visionado vayan ya más de diez. Lo primero que sorprende es ver a un Seagal tan expresivo desde los primeros momentos; que si sonrisas, que si cuenta chistes con los compañeros en la cocina del barco, vamos, que debió hasta dolerle luego la mandíbula y todo pero no os preocupéis porque eso es algo transitorio, luego le veremos asistir impasible a la salida y posterior exhibición de "pechonalidad" de uno de los mitos eróticos de la chavalada de aquellos años, la anteriormente vigilante de la playa Erika Eleniak.
Si os soy sincero esta escena y el beso final me hacen plantearme si el amigo Steven se merece estar en esta semana porque algo de testosterona le tenía que faltar para no cambiarles el rictus de la cara y comerle el morro a la muchacha, muy mona ella además de otras consideraciones, con tan poca gracia. Tendré que consultarlo con Aurora para cuando podamos hacer una próxima semana de la testosterona juntos.
Se nota mucho que el director, Andrew Davis, había iniciado el camino ascendente que le llevaría a rodar la más que notable versión cinematográfica de "El Fugitivo" en esa misma época, en esa ocasión con un actor mucho más versátil y capaz de demostrar emociones como es Harrison Ford.
Uno de los grandes aciertos es tener a Tommy Lee Jones como el villano porque tiene unos cuantos momentos ciertamente memorables que nos harán dudar sobre la cordura, o falta de la misma, de su personaje en varias ocasiones a lo largo de la proyección. También veremos a más actores que nos sonarán de aquellos tiempos o de verlos luego en series con el paso de los años.
La chicha del asunto está en Seagal y en su capacidad para enfrentarse a hordas de enemigos, usando armas de fuego solo cuando es absolutamente imprescindible, sin recibir ni un rasguño hasta el combate final, una pelea con cuchillos que, sinceramente, ha sido una gozada disfrutar de nuevo. Vale que todos sabemos que este hombre no puede ser un simple cocinero y ya iremos descubriendo cosas de su pasado pero es que, guau, darle una leche a este tío es más difícil que recibir una respuesta correcta a cualquier pregunta que se le pueda hacer a los concursantes de MYHYV. Además esta es una cualidad, la de no recibir golpes, no es que sea exclusivo de esta película, es que los personajes de Seagal, sumándolos a todos, han sangrado menos que cualquiera de Van Damme en un solo combate, por poneros un ejemplo.
Así las cosas, no podemos asegurar que este hombre, que rivaliza en falta de expresividad con Norris, se acerque a la divinidad de este, pero está claro que extiende la palabra a base de mamporros igual que su "Dios".
Película entretenida, que pilla a director y protagonista en estado de gracia en una época en que este tipo de cine era el que partía la pana a base de que sus protagonistas partieran huesos. Ideal para admiradores de Seagal o para nostálgicos de aquellos años en que, a edades tempranas, valía la pena ver una peli solo porque tus amigos te habían dicho que se veían tetas, ¡¡¡tetas!!! Dos, enteritas y respingonas aunque muy poco naturales, pero eso son cosas que aprecias cuando te haces mayor.

viernes, 7 de agosto de 2015

Cobra, el brazo fuerte de la ley, del guionista de "Rocky"

Pues con esta ya van cuatro de cinco películas de esas que abres la caja del DVD y el disco tiene más pelo que el pecho de Chuck Norris y encima esta vez con un Stallone que no solo la protagoniza, sino que se atreve a adaptar una novela, escribiendo él mismo el guión, aunque dudo que en el libro el personaje llevara los guantes de cuero puestos hasta para comer y la cerilla no se le cayera de la comisura de la boca en ningún momento.
En lo que si notaremos que no es Sylvester por sí solo quien redacta es en todo el tema de la especie de secta, una pena que no se profundice algo más en eso, y en el discurso final del malo, porque es de los mejores que recuerdo en una película de acción. Quiero decir, no es solo en plan megalómano sino que dice cosas con mucho sentido y que son una muy buena crítica al sistema judicial.
Pero lo importante en estas cintas es si funcionan como lo que son, acción pura y dura y hay que decir que en ese sentido entretendrá a la mayoría con casi total seguridad y conseguirá que os echéis unas risas también. El momento investigación policial en clave de videoclip con Brigitte Nielsen demostrando sus encantos, que son muchos aunque en esta película solo los vais a intuir, mientras "Cobra" y su compañero recaban información en los suburbios es para darle de comer aparte.
Lo mejor sin duda son las escenas de auténtica tensión que se vivirán cuando empiece a cobrar protagonismo Brian Thompson, ese malencarado y enorme actor, por lo físico, que pone los pelos de punta en casi todas sus apariciones en la pantalla. El mejor némesis de lo que llevo visto hasta ahora en esta "Semana de la Testosterona".
Como ya os comentaba en la crítica de Commando, se nota el cuidado en las persecuciones motorizadas, porque aquí tenemos una de esas que te mantienen esperando ver cuál será el próximo sitio por el que se meterán con sus vehículos y lo duros que eran aquellos coches, que rebotaban contra el asfalto sin perder nada importante y lo único que parecía sufrir era la chapa; luego tu raspas un poco el coche por debajo y ves por el retrovisor que te dejas el tubo de escape atrás...
La verdad es que hay unos cuantos puntazos de guión en los que no sé si "Sly" iba en serio o trataba de quedarse con nosotros, como ese en que le pregunta al personaje de Nielsen si no puede dormir mientras él prepara las armas haciendo un ruido del copón en una mesa a un par de metros de la cama en la que está ella. y así hay unos cuantos.
Stallone nunca me ha gustado tanto como Arnold aunque tiene películas memorables como la primera de "Rambo" o "Rocky". Esta no es memorable y más bien la recordaréis por lo casposa que es muchas veces pero la parte de acción compensa de sobra esa cutrez.
Nota: 5

miércoles, 5 de agosto de 2015

Commando, la pongo con dos "Emes" porque si no, Arnold se puede enfadar y no queremos eso

El Matrix de los Wachowski no fue el primero de la historia del cine, en los ochenta había un tal John Matrix/Arnold que mataba soldados de países latinoamericanos ficticios a docenas y que se montó su propia versión de "No sin mi hija". Porque esa es la clave; Matrix es un tío que vive ya de "tranquis" con su única hija y que no quiere saber nada más de la carrera militar pero resulta que los problemas vienen en su busca.
He de deciros que el principio de la cinta me gustó porque demuestra que lo de que "Arnie" protagonizara "Poli de guardería" no debió ser casualidad; no hay más que verlo con la jovencísima Alyssa Milano —hay que ver, de cría en una peli del "Chuache" a icono erótico televisivo con "Embrujadas"— para comprender que a este hombre le gustan los niños y que se entiende con ellos porque, sinceramente, dudo que sea tan buen actor como para tener esa química que se ve en las escenas juntos.
Pero bueno, aquí hemos venido a hablar de leches con la mano abierta, cerrada, de canto y de todas las maneras que se os ocurran y de tiros, porque sí, en esta película hay más tiros que en una fiesta de... Oh Wait! Vamos a dejar a Maradona tranquilo que ya tiene de sobra con lo suyo. En fin, que las reservas de munición de los EEUU cayeron en picado cuando se rodó esta película y eso que en determinadas escenas vemos como la ristra de balas esa de las ametralladoras parecen reproducirse o ser mágicas.
Hoy en día, la acción es todo saltos imposibles en los que el prota se agarra a un coche que va a doscientos kilómetros por hora para acto seguido subirse al capó del coche a darse de lo lindo con el enemigo cuasi inmortal que al final morirá de la manera más ridícula e increíble posible. En los ochenta en cambio, ahora que estoy revisionando estos films de mi infancia, me he dado cuenta de que si obviamos lo de las armas, todo lo que es persecuciones en coche y combates cuerpo a cuerpo son mucho más realistas, dentro de lo que cabe.
He de ser sincero y decir que me lo pasé teta con las sobradas de "Chuache" en esta película, con las frases lapidarias de la pequeña, que suelta unas cuantas, y con ese Némesis que parece haber ido a una tienda de camisetas medievales y si no, ya me diréis con
 el modelito que se marca el amigo.
Como curiosidad, por ahí anda Bill Paxton haciendo de militar a las órdenes del dictador que monta todo el sarao y la banda sonora corre a cargo del gran y tristemente fallecido James Horner. Todos hemos tenido un pasado ;)
No sé, creo que estoy muy nostálgico con esta "Semana de la Testosterona" porque, salvo Desaparecido en combate, del amigo Chuck, que me ha parecido un truñaco casi insalvable, siento que estoy ante un cine de acción que, quizá en aspectos técnicos no, pero que en otros muchos no tiene nada que envidiar o que incluso está por encima del actual.