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martes, 29 de septiembre de 2015

El invitado, Ryan Reynolds consigue ser un buen anfitrión

En la última década hay dos hombres que se han convertido en el paradigma del cine de acción que trata de recuperar el espíritu de aquellos thrillers donde todo era un no parar en el que descubrir lo que pasaba no era tan importante como saber hasta dónde era capaz de llegar nuestro protagonista para dar su merecido a quien corresponda. Uno de esos actores es Liam Neeson y el otro, que hoy nos ocupa, es Denzel Washington.
En esta orgía de persecuciones y peleas a guantazo limpio, Washington compartirá el protagonismo con un Ryan Reynolds que está a la altura de las circunstancias, construyendo al típico don nadie que se ve obligado por las circunstancias a convertirse en el personaje al que más decisiones importantes se le plantean a lo largo de la trama y que además ha de tomar un camino u otro en segundos mientras las balas silban sobre su cabeza.
Es en ese sentido donde la cinta destaca sobre muchas otras del mismo estilo; todo se ve muy realista, como viéramos en su día en la trilogía de Bourne; los golpes te duelen hasta a ti solo de verlos, los disparos hacen pupita de verdad y nadie es tan bueno ni tan malo como parecen a simple vista, aunque eso estando las agencias secretas yanquis por medio no es algo que sorprenda mucho.
Tampoco vamos a decir que el guión sorprenda mucho, con unos giros a los que estamos ya más que acostumbrados pero eso se compensa con unas buenas actuaciones, incluyendo a secundarios como Brendan Gleeson y Vera Farmiga —una actriz por la que siento especial debilidad después de disfrutarla en Bates Motel— y con una dirección de Daniel Espinosa que sabe perfectamente qué y cómo quiere dar al público esa adrenalina que es una constante a lo largo de las casi dos horas de duración. En este último aspecto ayuda y mucho el saber hacer de Ramin Djawadi que a caballo entre el cine y la televisión se ha convertido en uno de los compositores más versátiles e interesantes de cara a futuro que podemos disfrutar en el panorama actual.
Es agradable y muy satisfactorio encontrarse con thrillers como este de vez en cuando, que recuerdan a la vieja escuela y que sin grandes artificios entretienen y te mantienen con ganas de saber cómo acabará todo aunque estén lejos de los grandes. No acabará ocupando un lugar de honor en tu videoteca, ni siquiera en tu memoria pero si eres fan de la acción y el suspense, de las conspiraciones, de Reynolds o de Denzel la disfrutarás.

martes, 4 de noviembre de 2014

Código Fuente. Ocho minutos para salvar al mundo.

Hoy os hablaré del segundo largo de Duncan Jones, director de Moon y que ayer tuvo su crítica en el blog. Se nota que el británico disfrutó aquí de un mayor presupuesto; ventajas de irte ya a los U.S.A. cuando has tenido un cierto éxito con tu primer trabajo.
Es ese hecho, el de tener más recursos, el que hace que el resultado con Código Fuente sea agridulce y notemos además la influencia de Hollywood. A lo largo de la crítica me iré explicando.
La premisa es interesante y en cierto modo nos recordará a "Deja Vu" de Denzel Washington, "Atrapado en el tiempo" con Bill Murray o la más reciente "Al filo del mañana" de Tom Cruise. Lo que las diferencia es que aquí el protagonista, Colter Stevens/Jake Gyllenhaal, es consciente casi desde el principio de que está viviendo un bucle temporal, pues descubriremos en los primeros minutos que forma parte de un proyecto militar destinado a acabar con la amenaza terrorista.
Stevens dispondrá de los ocho minutos previos al suceso que debe evitar en un tren que se dirige a Chicago para cumplir con su cometid. Como es de esperar, necesitará revivir ese momento en numerosas ocasiones para poder llevar su investigación a buen puerto y es aquí donde Duncan Jones nos sigue demostrando su gran manejo del ritmo y del género de thriller.
Para Stevens será imposible no empatizar con los viajeros, hasta tal punto que la historia acabará girando en torno a la relación entre él y una de las pasajeras, Michelle Monaghan, con lo cual salvar dicho tren se convertirá en algo personal para el militar.
Según evoluciona el film descubriremos que Stevens se encuentra en una especie de cápsula donde su única comunicación con el exterior se produce a través de una pantalla; al otro lado estará una mujer, también militar, interpretada por mi gran debilidad en los últimos dos años, Vera Farmiga.
Las interpretaciones de los tres actores principales son una de las ventajas del mayor presupuesto, pues Gyllenhaal nos presenta un personaje bien construido y cuya evolución a lo largo de la cinta será la que mayor variedad de registros tenga; Monaghan nos irá enamorando como corresponde a su rol, hasta quedar tan prendados de ella como el protagonista y Farmiga esta correcta como interlocutora ambigua que da, pero no termina de dar la información que le es requerida por Stevens cuando comienzan a surgir las dudas.
El ritmo es aquí mucho más frenético que en Moon, más al estilo americano, aunque el guión no trata de escondernos casi nada, más allá de lo estrictamente necesario para mantenernos pendientes de la pantalla, al igual que en la película mencionada. Es curioso, sin embargo, que Jones no toma parte en dicho guión y que es ahí, donde llega el mayor fallo de la película. Después de que nos hagan dar por sentado que ciertas cosas son así y no pueden ser de otra manera, nos "engañan" en el tramo final para darnos un final no amable, como el de Moon, sino un "happy ending" que no casa en lo científico, teniendo en cuenta que es ciencia ficción, con lo que nos habían explicado hasta ahora sobre el código fuente.
La conclusión es que estamos ante una historia entretenida y bien construida hasta que llega la parte final, pero que demuestra cómo algunos realizadores se "venden" demasiado pronto a la industria, porque estoy seguro que de haber dependido en mayor parte el guión de Jones, habría sido más redondo.
No es una mala película y no pierdo la fe en su director ni mucho menos, pero tengo la sensación de que algo que podía haber sido mucho mejor se queda en simplemente interesante.

sábado, 30 de agosto de 2014

La huérfana. No todas las adopciones salen bien.

Casi todo el mundo que conoce mi gusto por el cine de terror no dejaba de recomendarme "La huérfana" de Jaume Collet-Serra. Eso es algo extraño con la cantidad de películas que se quedan en un intento de ser "la nueva maravilla" de un género y que luego solo saben usar pantallazos o subidas de volumen repentinas, la saga Paranormal Activity es un buen ejemplo de ello; de las que se basan en la sangre y las escenas explícitas ya ni hablamos.
No le hago ascos a una peli como Saw o similares, pero como de verdad me gusta que me asusten o me metan el mal rollo en el cuerpo es con el terror más bien psicológico al estilo de "Los otros" "Insidious" o incluso "Session 9" una cinta que adoro.
Así las cosas, y después del rollo que os acabo de meter, aproveché que mi tía, con quien he disfrutado la mayoría de cine de terror que he visto en compañía, la tenía en DVD y me dispuse a comprobar si la cosa era para tanto.
No es que en "La Huérfana" Collet-Serra nos traiga nada nuevo, pero si que nos brinda un producto de calidad notable y una sobriedad muy de agradecer, cuyos pilares son las actuaciones de Isabelle Fuhrman y Vera Farmiga como Esther, la niña protagonista, y su madre adoptiva respectivamente.
Se trata de un duelo interpretativo donde Farmiga vuelve a demostrar que este tipo de personajes y películas son su hábitat natural y donde la joven Fuhrman demuestra lo poco que hace falta para que una criatura adorable se convierta en repulsiva y odiosa.
El resto del reparto se convierten en planetas que giran alrededor de estos dos potentes soles que son el epicentro de un film de corte clásico con una música que nos recordará a otras cintas del género y unos tópicos bien utilizados, que pese a estar mil veces vistos, Collet-Serra sabe hacer que no nos resulten aburridos; más aun si tenemos en cuenta que estamos ante un terror real, nada sobrenatural.
Si he de ser sincero, en términos generales es una película interesante que pasa a merecer un notable por tener uno de los mejores giros argumentales que recuerdo en muchísimo, pero muchísimo tiempo. Cuando consiguen sorprenderte de esa manera sabes que el director y sus guionistas han hecho bien su trabajo.
Si a esa sorpresa le añadimos la capacidad de Jaume Collet-Serra para entretener y la de Vera Farmiga, una de mis debilidades, para emocionarnos y vivir con intensidad lo que su personaje va sufriendo en pantalla, tenemos una de las mejores opciones de los últimos años en lo que a cine de terror de calidad se refiere. Igual no produjo desmayos en los cines ni nada de eso que tanto nos quieren colar cada vez que sale una nueva saga, pero si que te deja un mal cuerpo de esos que disfrutamos los que amamos el género.

domingo, 20 de abril de 2014

Expediente Warren, cine de terror hecho con buen gusto.

Si eres amante del cine de terror, como es mi caso, siempre andas buscando productos que al menos hagan gala de una cierta calidad y que traten de asustarte o de meterte el mal rollo en el cuerpo sin necesidad de recurrir únicamente a subidas de volumen o a pegarte la cara del fantasma, monstruo o serial killer, a la pantalla.
Lo cierto es que Expediente Warren (The Conjuring), lo consigue.
Nos encontramos ante una historia clásica de posesiones demoníacas con un guión sobrio, sin nada realmente nuevo en el horizonte, pero con una historia y unos personajes que enganchan.
Muy bien dirigida por James Wan, lo cual no me sorprende, pues sus últimas incursiones en el género con Insidious son también de lo mejorcito que ha dado este terror psicológico en los últimos años, la película nos cuenta la historia de la familia Perron y como son ayudados por los Warren, investigadores de lo paranormal, que incluso diría que son los auténticos protagonistas; especialmente Lorraine, interpretada por una espléndida Vera Farmiga.
 
Precisamente otro de los grandes aciertos del film es el reparto, sin nombres de relumbrón pero con unos actores y actrices solventes que transmiten muy bien todo lo que se solicita de ellos. Además de Farmiga, destacaría a Lily Taylor y Patrick Wilson, creíbles al cien por cien como madre superada por lo que sucede en su casa y a su familia y como Ed Warren respectivamente.
 
Personalmente los mayores momentos de tensión fueron los que implicaban a las hijas de la familia cuando se encontraban en sus habitaciones y empezaban las manifestaciones de la entidad sobrenatural.
Teniendo en cuenta que todo lo que nos cuentan en este tipo de historias es, cuando menos, difícil de creer, todo en Expediente Warren es verosímil y no se recurre al susto fácil ni a giros de guión pasados de rosca. Inicio, nudo y desenlace, como toda buena historia debe tener, ya sea cine o cualquier otra expresión literaria o audiovisual.
 
Quedé plenamente satisfecho también con el apartado sonoro, tanto en lo que a efectos de sonido se refiere como musicalmente hablando. Todo encaja, cada momento de tensión, cada manifestación de la entidad... Un sobresaliente en ese aspecto.
Estamos hoy ante una cinta que ningún amante del género de terror en general, y del cine de posesiones en particular, debe perderse. Si no la disfrutasteis en el cine, ya tardáis en hacerlo en casa.
Nota: 7,5