
La historia es simple, como la de cualquier videojuego de lucha que se precie, y más o menos como si nos pusiéramos a los mandos de la consola nos sentiremos cuando vayamos viendo las someras presentaciones que se nos hacen de los futuros combatientes haciendo gala de su fuerza y de sus músculos. Del único que realmente sabremos algo más es de Frank Dux/Van Damme, de cuyo pasado y motivaciones iremos conociendo más detalles progresivamente. Los demás parecen estar allí solo para demostrar que son el mejor luchador del mundo en el torneo secreto de el "Kumite".
Lo cierto es que la fauna es variopinta y entre ellos nos encontraremos desde un africano que lucha casi como si fuera un mono, hasta a uno que parece antepasado de Gattuso el futbolista italiano. No obstante, el gran protagonista, aparte del personaje de Van Damme será Chong Li/Bolo Yeung, un enorme coreano que exuda hormonas masculinas por cada poro de su piel y que tiene uno de los movimientos de pectoral más usados y abusados de la historia del cine —quienes hayan visto la película lo entenderán jajaja— por no hablar de que está dispuesto a lo que sea necesario para ganar en un torneo donde el resultado puede ser la muerte.
Para quienes gustan de actores y de coreografías al estilo oriental probablemente queden decepcionados, porque aquí todo es, dentro de lo que cabe, mucho más realista. Los golpes buscan hacer daño y ganar combates, no entretener al espectador sin más como puede suceder con Jackie Chan o similares. Si que os diré, que si prestáis atención, veréis lo cuidado que está el rodaje en ese sentido, porque hay una charla entre Dux y Jackson/Donald Gibb, en la que el primero le dice cuáles son los puntos débiles de Li y luego veremos al alter ego de Van Damme aplicar todo eso durante la pelea contra el coreano. Puede parecer una tontería pero demuestra una atención al detalle que pocas veces se tiene.
Música típica de la época, hombres descamisados dándose hasta en el carnet de identidad y la confirmación de que Forest Whitaker lleva toda la vida encasillado como agente de CIA/FBI o cualquier otra fuerza del orden.
Película recomendable para nostálgicos y preparaos cuando "Juan Claudio" se quite la parte de arriba de su kimono, porque a partir de entonces empieza lo bueno de verdad y todo será muy de machos.