Con muchas cintas de terror sucede que empiezan de una manera prometedora y, si encima tiene encabezando el reparto a la maravillosa Julianne Moore, aun abrigas más esperanzas de que la cosa pueda acabar siendo cuando menos decente. Ese es un error habitual que cometemos los aficionados a pasar miedo viendo una película.
El que haya psiquiatras de por medio, los personajes de Moore y su padre lo son, y el juego que da eso entre si todo es un producto de la mente o algo más oscuro, si es que hay algo más oscuro que las enfermedades mentales, es especialmente atractivo para mi. Lo sobrenatural puede ser aterrador pero lo real aun puede serlo más.
Durante un rato la trama consigue mantener ese interés y Moore, sin alardes, y Jonathan Rhys Meyers, con una muy buena interpretación que seguramente será solo apreciable en VO, porque su gestualidad es magnífica pero las diferentes entonaciones de su voz lo son más si cabe.
Una ambientación lograda y esa dualidad que nos quieren vender no consiguen ser suficientes para impedirnos ver que, según avanzan los minutos, los clichés son cada vez más y más, en una espiral que nos lleva de más a menos hacia un desenlace demasiado visto y recurriendo, como es habitual ya desde hace años, a continuos flashbacks que pueden ser necesarios pero que cansan y que nos hacen darnos cuenta de que estamos ante otro "más de lo mismo", que por desgracia es lo habitual en el cine de terror, donde la mayoría de proyectos se quedan en buenas intenciones que no llegan nunca a alcanzar la capacidad de sorprender, algo muy difícil, lo sé, ni las cotas de calidad mínimas exigibles para cualquier aficionado al cine en general o a este género en particular.
La verdad es que al final la mayoría de las críticas sobre casi todo este tipo de películas son muy similares entre si pero creo que es porque en el cine de terror ya no se arriesga casi nada y no se sale del sota, caballo, rey que hace que sintamos que estamos una y otra vez ante lo mismo, salvo honrosas excepciones como "La huérfana", que cuando menos tienen aunque sea un giro de esos que de verdad te deja boquiabierto.
Como ya he dicho, si os gusta Moore y no sois muy exigentes ya puede ser suficiente para ver esta película, aunque para mi lo mejor es el primer tercio de la misma y un Jonathan Rhys Meyers que consigue poner los pelos de punta en varias ocasiones a lo largo del film, siempre y cuando lo disfrutéis en VO. En esta ocasión si puedo decir que una traducción más literal del título original sería contraproducente pues sería un destripe directo para cualquiera que esté un poco atento desde los primeros minutos de la cinta.