Mostrando entradas con la etiqueta Drama. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Drama. Mostrar todas las entradas

sábado, 4 de febrero de 2023

En dos patadas: Devotion

No sé explicar muy bien el por qué pero siempre me ha gustado el cine bélico centrado, o con gran importancia en los combates aéreos y principalmente por ello fuimos a ver esta película tan poco promocionada. Como bien dice el póster, se desarrolla la trama en una de tantas guerras olvidadas para el común de los mortales como es la de Corea en los inicios de la Guerra fría, lo cual hace que la historia real en que se basa sea fácil de asimilar. Si hoy en día ser negro en EEUU sigue siendo un riesgo, en 1950 lo multiplicaríamos exponencialmente; sin embargo, el escuadrón en el que se integra Jesse Brown, magistralmente interpretado por Jonathan Majors, está más preocupado de que el afroamericano que acapara portadas interesadas cumpla con su función que de su color. La historia de compañerismo y amistad etre los dos protagonistas se va extendiendo al resto y la química entre Glen Powell y Majors está muy lograda. Con una acción bélica espectacular y una trama que te toca la patata es quizá más recomendable para visionar en casa, en tele grande para los momentos en el aire, que en el cine pero no defrauda. Y vean los créditos finales para entender el por qué de la frase más importante de la película: Lo más importante es esto, traemos a todos a casa.

jueves, 26 de enero de 2023

Babylon, maravillosamente excesiva

 

Cuando vi el trailer sabía que la tenía que ver sí o sí y no me defraudó. La primera media hora es un frenesí de lujuria y desenfreno que aunque no sean imágenes de mi agrado era imposible no mirar. La música te envuelve de tal manera que formas parte de aquella "orgía" visual y sientes deseos de moverte al ritmo de la trompeta que uno de los protagonistas  toca con un virtuosismo propio de las orquestas negras del más delicioso jazz. 

A pesar de lo larga que es, no me resultó pesada en ningún momento, es dinámica y divertida aunque también pone de manifiesto la cara B del glamour del Hollywood de los locos años 20. El paso del cine mudo al hablado fue un cambio que para muchos actores supuso prácticamente el fin de su carrera pero también fue un salto de gigante para la industria. 

Margot Robbie está increíble, me encanta, me enamoré de ella en su papel de Harley Quinn, (algún día me vestiré como ella). De Brad Pitt poco se puede decir que no se haya dicho ya, es un actorazo como la copa de un pino.

Hubo momentos que me reí hasta llorar pero hubo otros de reflexión, no todo lo que brilla es oro. Ahora sí le doy paso a mi sol, el que más brilla entre tanta estrella y el que mejor analiza las pelis. Mejor que yo al menos. 

A veces brillo tanto que me ciego a mi mismo cariño. Aunque ni de lejos analizo las películas mejor que nadie porque todavía soy un cinéfilo sin carnet yo también te amo mucho.

Y de eso va esta cinta, de amor; de amor total y absoluto por el cine aunque también aproveche, una vez más, para poner el foco en los excesos que, aunque aquí sea una interpreación ficticia de lo que se sabe, de seguro se cometían. El poder y el dinero conlleva tener lo que se quiera y eso a la larga nunca es suficiente, así que se necesita más y más.

A pesar de lo dicho, la verdadera orgía del film no es la sexual sino la cinematográfica, no tanto de la que vivimos nosotros en la sala, más bien la de los rodajes a los que asistimos en un metraje largo pero que a mí se me pasó en un suspiro. No sé cómo lo hace Chazelle pero a mí me enamora con cada largometraje suyo que he visto; quizá es porque su innegable amor por la música y el uso que hace de ella me toca fibras que otros no consiguen.

Me gustaría destacar, además de lo ya señalado por mi esposa, que Diego Calva está sublime en la construcción de su Manny, tan identificable con el potagonista de otra oda al cine como es Cinema Paradiso. El resto del casting está también especialmente inspirado, con escenas tanto hilarantes como dramáticas en esta montaña rusa que sonrojaría a la Babilonia bíblica.


jueves, 8 de diciembre de 2022

As Bestas, gallegos contra franceses

No teníamos seguro que íbamos a poder ver esta película ya que no siempre las traen a nuestra localidad pero en un viaje que hicimos vimos la posibilidad de ir al cine y verla.

A pesar de lo larga que es no resulta pesada y sin duda transmite a la perfección la idiosincrasia de muchos pueblos de la España profunda. El mundo más rural de nuestra Galicia se plasma en la tozudez u obcecación de la gente del campo reacia a recibir nuevos miembros en su comunidad que son dueños de sus tierras y gozan de plenos derechos. Ni mucho menos todo el mundo rural es tan obtuso como para no percibir que les están intentando engañar y en el caso que nos ocupa obvian el consejo del forastero. Uno podría pensar que se ambienta en tiempos pasados sin embargo todo se desarrolla en nuestros días.


La cinta me parece fantástica al rodarse en gallego porque eso es lo auténtico así como la soledad que siente muchas veces la gente del campo. Lo cierto es que por lo que había leído de la película pensé que la historia iba a ser más tremebunda sin embargo no resulta ser nada novedoso. Hasta aquí mi opinión porque del reparto y de las buenas actuaciones se ocupa mi media naranja que también es medio gallego. 

Pues si cariño, mi sangre es mitad gallega aunque ni hablo el idioma ni conozco de la tierra de mi padre y su familia todo lo que me gustaría; a pesar de ello, siempre he sentido una atracción por todo lo que huele a esa hermosa comunidad. No en vano, hemos podido ver este film en Murcia porque uno de los genios gallegos de la actualidad, Carlos Núñez, daba un concierto allí. Al final mi amor, todo está conectado.

Muchas veces he dicho y si nos leen habitualmente lo sabrán, que hay cintas que para mi son de actuaciones y esta es una de ellas. Se ha hablado mucho de Luis Zahera y es obvio que lo de este hombre en As bestas es de diez pero, no le va a la zaga Marina Foïs, en un duelo interpretativo en el que saltan chispas entre los personajes y ambos me parecen merecedores de galardón. El resto del reparto hacen de escuderos de una manera muy remarcable también.

Además del aspecto interpretativo, quien brilla con una luz casi cegadora es Sorogoyen en la dirección, acompañado de una fotografía mucho más sombría pero que capta a la perfección el tono de la trama y la soledad que se respira y que nos transmiten los personajes en numerosas ocasiones.

Antes de finalizar quiero hablar del guión. Como bien dice mi amada esposa, la historia no te sorprende, algo muy difícil hoy en día, así que entiendo que quienes hablan de un gran guión aquí entiendo que solo pueden referirse a esos momentos de diálogos impagables, como el del bar entre Zahera y Ménochet o el de la cocina entre Foïs y Marie Colomb, madre e hija en la ficción de Sorogoyen. Ahí, justamente ahí, en esas escenas es donde el guión me parece sublime.

Siento haberme alargado tanto, porque sé que las entradas cortas gustan más, pero quería que quedara claro que nos ha parecido una gran película, enorme en determinados momentos, a pesar de que, como todas, tiene sus aciertos y errores o sus cosas mejores y peores.

jueves, 1 de diciembre de 2022

La mujer rey, Agojie

Cuando vi el trailer de esta película sabía que no me la podía perder. Ver a Viola Davis es un regalo para los ojos por su poderío como actriz y en el papel de la película que nos ocupa está soberbia. 

La película se desarrolla en los principios del siglo XIX cuando los barcos negreros eran el gran negocio que reportaba pingües beneficios no sólo a los colonizadores sino a las propias tribus africanas cuyos líderes no tenían reparo alguno en vender a los de su propia raza. Me entristeció en sumo grado saber que los propios negros participaron en la trata de personas contribuyendo al fomento de la esclavitud. 

Ese era el trasfondo, luchas tribales en las que participaban activamente mujeres que defendían a su rey como el más aguerrido de los soldados. Un ejército de amazonas dispuestas a morir matando por la soberanía de su pueblo. Me gustó ver a estas mujeres libres tomando su decisión sin coacción y formarse como valientes soldados bajo el mando de una general. Me encantó la música, los maravillosos tambores africanos que te transportan al continente negro y los pies se te van en la butaca. No solo Davis está soberbia sino que otras actrices menos conocidas bordan sus interpretaciones. Pero esto ya se lo dejo al Rey de mi corazón.

Pues si mi Reina, a Viola Davis hay que ir a verla siempre que se tercie. La fuerza que transmite esta actriz seguro que ha contagiado a sus compañeras de reparto, porque las sensaciones que transmiten todas son impresionantes. Te hacen sentir casi en esa África de hace dos siglos y por supuesto ponerte de su lado.


También te pones de lado del Rey masculino, interpretado muy bien por John Boyega, y que las respeta como lo que debieron ser, iguales e incluso superiores en estatus a muchos hombres.

La ambientación tan colorista, el ritmo, la dirección de Gina Prince-Bythewood y la acción, maravillosamente rodada compensan el mayor fallo de esta cinta, esto es, lo predecible que es. Nada te soprende pero la verdad es que, al menos en mi caso, lo perdono porque ver a las Agojie en faena es una auténtica gozada.

jueves, 13 de octubre de 2022

Modelo 77, en una prisión no hay quien viva

La verdad es que hay géneros cinematográficos que me cuestan un poco, la comedia romántica, el terror y las historias carcelarias. Pero lo cierto es que tenía curiosidad por esta cinta, básicamente porque uno de los protagonistas es Javier Gutierrez que me parece un actor como la copa de un pino. La primera vez que lo vi fue en la serie Águila Roja y me encantaba su papel de mayordomo/escudero torpón pero valiente, dispuesto a dar la vida por su amo y su familia. Así que cuando lo vi en otros papeles con un registro tan diferente, pensé "wow, es un actorazo". Y así me lo ha demostrado en esta ocasión una vez más. El tandem Gutierrez - Herrán funciona de maravilla. A este último no había tenido ocasión de verle en otros papeles, de hecho no lo conocía,  pero lo cierto es que no lo hace nada mal.


En cuanto a la historia basada en hechos reales, seguramente es fiel a lo que ocurrió en aquella cárcel de Barcelona en la que los reclusos no parecían tener siquiera derecho a un jucio. Cierto es que todo se ambienta en la España que empezaba a dejar atrás una dictadura y en la que se daba inicio a una transición a la democracia no exenta de dolor y sufrimiento. Y así era en aquellas cárceles en las que la policía hacía y deshacía a su antojo y sus funcionarios la máxima autoridad. Autoridad que ejercían sin miramientos. El extremo hasta el que los presos estuvieron dispuestos a llegar, creando un sindicato para reivindicar sus derechos se plasma perfectamente en la película. 

La cinta sin duda te sumerje en esas celdas y galerías en las que jamás quisieras estar, y mucho menos por tus ideales, creencias o condición. A mí personalmente me generó impotencia por las injusticias cometidas, por no tener voz y mucho menos derechos. 

Para escribir esta entrada me informé sobre el estado actual de La Modelo. Se cerró en 2017, no hace tanto en realidad, y se puede visitar con guía siendo considerado un lugar de interés histórico. 

Hasta aquí mi reseña básica, desde las tripas, como siempre. Ojalá llegara  un día en el que las cárceles no fueran necesarias porque solo hubiera bondad en el mundo, pero como esto es mucho pedir, yo solo quiero estar presa, si acaso, de tus encantos, mi querido Sr. Purgatorio.

Yo estoy preso de tu gravedad y no me puedo eleval, como no pude elevar mucho mi valoración sobre esta película en términos generales. Paso ahora a explicarme un poco.

Pienso que la trama intenta nadar entre dos aguas, pareciendo Mireia Belmonte en una de ellas y una piedra que, cuando la tiras al agua se hunde lentamente, en la otra. La parte que nos cuenta la amistad del preso joven que quiere cambiarlo todo con otro ya institucionalizado y que solo espera pasar el resto de su vida en prisión sin que le hagan la vida imposible los funcionarios funciona a la perfección; Gutiérrez y Herrán son los culpables de esto. Por contra, lo que se nos quiere transmitir de lo duro e injusto del sistema carcelario en la época de la transición queda muy desdibujado porque no se profundiza de verdad, sino que se nos cuentan las cosas como si se cogieran retazos de un telediario dónde vamos viendo cómo evoluciona el proceso pero casi que te da igual y prefieres que vuelvan dentro de las celdas a contarte lo que pasa allí.

Creo que el topic carcelario está ya muy explotado y que si no consigues darle un ritmo como el de "Celda 211" por ejemplo, acaba siendo un más de lo mismo constante que aburre. Además de esto, las actuaciones como la de Fernando Tejero, cuyo personaje, por su interpretación, sobra totalmente y me gustaría ver a Jesús Carroza haciendo algo que no sea el típico y tópico andaluz o gitano graciosete. O estamos ante uno de los casos de encasillamiento más sangrantes del cine patrio actual o es que, como pasa a demasiados intérpretes españoles, hace de sí mismo una y otra vez en cada papel.

Me da pena no poder decir que me ha gustado más, porque adoro "La isla mínima", también de Alberto Rodríguez, pero esta vez su dirección no me ha mantenido pegado a mi butaca deseando ver qué pasaba después, sino deseando que llegara el final para volver a casa.


lunes, 10 de octubre de 2016

La Tribuna de Amanda: Un monstruo viene a verme

A lo largo de mis años como lectora me he encontrado con dos libros que me han aportado grandes lecciones de vida. El primero de ellos fue El Principito, el segundo Un Monstruo Viene a Verme. Son libros que habría que leer por lo menos una vez en la vida pero que, curiosamente, aunque se lean en más ocasiones siempre pueden ser reinterpretados de diferentes maneras.

Tenía gran confianza en la capacidad de J.A. Bayona para poder captar la esencia de este libro ya que a lo largo de su trilogía sobre madres e hijos, formada por El Orfanato, Lo Imposible y Un Monstruo Viene a Verme siempre ha sabido conmoverme con su manera de conectar con las emociones.

Aún con todo ayer entré con cierto temor al cine ya que muchas de las críticas tachaban a la película de “fría” y de no saber “llegar al público”. Lo que yo me encontré fue una cosa totalmente diferente; Me encontré con una película con grandes interpretaciones, destacando sobre todo la de Liam Neeson y Lewis MacDougall, también me encontré con una excelente producción a nivel visual pero sobre todo con una película que ha sabido captar la esencia que Patrick Ness quiso transmitir con su libro y que ha sabido volver a plasmar en el guión de este largometraje.

A lo largo de estas semanas se escribirán muchas críticas en las que se hablará de la fotografía, de la producción, de la música, etc. Pero yo sólo voy a hablar de aquello que conozco, las emociones humanas. Tengo que reconocer que lloré muchísimo durante toda la proyección pero me llamó poderosamente la atención el hecho de que la mayoría de personas de la sala no lo hacían y al salir empecé a preguntarme el por qué de esa reacción. Después de darle bastantes vueltas creo que la razón de esta frialdad del público no es porque la película no sepa llegar a ellos si no que más bien son ellos los que han puesto una barrera para que ésta no les llegue.

¿Y qué sentido tiene esto, diréis? Pues sencillamente porque el poder de nuestra mente es demasiado grande y además la mayoría de veces todas estas acciones pasan desapercibidas por nuestra consciencia. En la sociedad en la que vivimos cada vez hay menos cabida para la muerte. Estamos acostumbrados a hablar de muerte, pero de muertes heroicas, victoriosas, pero no estamos habituados a tener que mirar a la muerte cara a cara, a la muerte sin ningún tipo de artificio y es lo que J. A. Bayona nos pide que hagamos.


Durante la película no sólo somos testigos de la enfermedad de la madre de Conor si no que eso nos conecta inevitablemente con nuestras propias pérdidas, nuestros más profundos temores a tener que enfrentarnos a una pérdida así y, por que no, con los miedos a nuestra propia muerte. Esto no está nada de moda en nuestra sociedad. Cuando pensamos en la posibilidad de perder a un ser querido o en nuestra propia muerte la gente de nuestro alrededor suele recurrir al típico “no pienses ahora en eso”, “mejor piensa en otra cosa” y el resultado es este, la imposibilidad por parte de muchas personas de poder conectar emocionalmente con una película de estas características.

A través de las historias que el Monstruo cuenta a Conor podemos ir observando todos los sentimientos que se nos despiertan cuando tenemos que hacer frente a la pérdida de un ser querido: la negación, la rabia, el enfado, la soledad, el aislamiento, la tristeza. Cada historia surge en el momento necesario para que Conor pueda poner palabras a todo su sufrimiento. Ya que, como en la vida real, es necesario hacer todo un proceso emocional para poder llegar a la aceptación. 


La enseñanza de la película va mucho más allá, Conor se tiene que enfrentar con su verdad, que al fin y al cabo es la verdad de todos cuando nos vemos envueltos en una situación como la suya. Esa verdad no es otra que el deseo de que todo el dolor acabe, aunque con ello signifique que la pérdida se haga realidad, pero eso nos genera tanta culpa que, como Conor, somos incapaces de admitirlo. Esa verdad siempre la hemos sabido pero nosotros mismos la hemos disfrazado para evitar sentirnos culpables.

Decir adiós es la cosa más dolorosa a la que un ser humano se enfrenta y eso también nos hace pensar en el momento en que nos tocará a nosotros decir adiós, por muchos años que tenga la persona no deja de ser menos doloroso, pero es un dolor con el que hay que aprender a convivir porque, lamentablemente, va a estar siempre presente en nuestras vidas. Todo es un cúmulo de antítesis y no puede haber vida sin muerte aunque, tal y como dice la madre de Conor “Ojala tuviera cien años para dedicártelos”.

martes, 16 de febrero de 2016

La Tribuna de Ricky: Algunos hombres buenos

Hola de nuevo. Bienvenidos a la habitación del Motel Purgatorio más ochentera/noventera, en este caso con una película que no por haber aparecido muchas veces en la tele merece ser menos destacada: Algunos hombres buenos (A few good men).
La película está dirigida por Rob Reiner, un tipo que tiene a sus espaldas trabajos como director en películas legendarias como La Princesa Prometida, Cuando Harry encontró a Sally o Misery, trabajos que precedieron a la que es su mejor obra, la que tratamos hoy. Como actor bien es cierto que no ha destacado tanto, pero he de reconocer que el papel que hizo de padre de Leonardo DiCaprio en El Lobo de Wall Street me pareció genial. Es un director muy bien considerado, ha estado nominado muchas veces a los más prestigiosos galardones de Hollywood, pero lamentablemente nunca se alzó con ninguno.
Para mí es un claro referente porque creo que sabe hacer bien su labor y porque se suele rodear de guionistas buenos, como es el caso de Aaron Sorkin, otra de mis debilidades, el que para mí es ahora uno de los mejores guionistas sobre la faz de la Tierra. A diferencia de Reiner, Sorkin sí vio recompensada su labor con un Oscar por su trabajo en La Red Social, aunque su calidad estaba de sobra demostrada con películas como La Guerra de Charlie Wilson, Moneyball o El Presidente y Miss Wade, de la que luego surgió la emblemática serie El Ala Oeste de la Casa Blanca que tantos elogios y premios le otorgó. Con estos mimbres era difícil que no saliera una buena película, y cumplieron con creces las expectativas.
La trama de la película nos sitúa en Cuba, en la base militar estadounidense de Bahía de Guantánamo (esa que se hizo tan famosa desde el 2002 porque los americanos han encerrado allí a gente quebrando todos sus derechos con la excusa de que son terroristas), donde la muerte del soldado Santiago ha desembocado en una investigación para ver si los dos acusados del crimen, dos compañeros de la víctima, cometieron los hechos con intención o fue un accidente como ellos opinan. Cuando asignan el caso a un prometedor, pero desastroso abogado de Washington, a un compañero suyo con ganas de no meterse en problemas y a una litigadora recta y formal que nunca ha pisado un juzgado, no sabían que se iban a meter en un mundo lleno de secretos, códigos de conducta cuestionables y temas políticos que les llevarán a una lucha sin cuartel por esclarecer la verdad, pese a quien pese y jugándose sus propias carreras.
Para sumar aún más razones que hacen que esta peli triunfara sí o sí, eligieron un reparto insuperable con Tom Cruise, Jack Nicholson, Demi Moore, Kieffer Sutherland, Kevin Bacon, Kevin Pollack e incluso las breves apariciones de unos jovencísimos Cuba Gooding Jr y Noah Wyle. Una pléyade de estrellas, cada una en su mejor momento interpretativo, lo cual seguro no es casualidad. Dentro de este maravilloso elenco de actores hay que destacar claramente a tres de ellos. Comencemos por Tom Cruise, un actor que ya entonces comenzaba a ser la indiscutible estrella que es hoy con trabajos taquilleros como Top Gun o Rain Man, algo más serios y profesionales de aquella primera época rebelde con Risky Business o El Color del Dinero. Muy buen trabajo de Cruise, para mí uno de los mejores papeles de su carrera junto a Jerry Maguire. A su lado una Demi Moore que venía de hacer su papel icónico de Ghost ,barro mediante, y que demostró en su papel de abogada un buen hacer que a muchos sorprendió. Es una lástima que poco después decidiera dedicar su carrera a hundir su reputación porque luego se pasó años sin hacer nada medio decente. Ha tenido que llegar la madurez y la experiencia del paso de los años con trabajos como Un plan brillante o Margin Call para recordar que esta mujer fue una gran actriz. En tercer lugar quiero destacar a un grande, uno de los mejores y más versátiles actores que han pasado por nuestras retinas: el gran Jack Nicholson. No voy a faltar al respeto a este actorazo destacando algo de su filmografía, sólo quiero resaltar que en "Algunos hombres buenos" lo hace una vez más de fábula mezclando esa ironía y esa socarronería tan típica de sus muecas con la sobriedad y el estoicismo de su papel de militar. Un trabajo brillante más de este genio. Del resto podría destacar muchas cosas, pero el mejor resumen que puedo hacer es lo que ya dije antes, cada uno está bien y aporta su grano de arena al resultado final tan satisfactorio de la cinta.
En fin, espero no haberme enrollado mucho y no haberos aburrido contando las virtudes de una peli que todos o casi todos hemos visto, pero que se merece este “rescate” en este foro tan privilegiado que nos brinda el Motel. Estamos ante una verdadera joya cinematográfica en lo que a cine legal se refiere, con escenas memorables como la archiconocida de Cruise Vs. Nicholson que acompaña aquí abajo, y es que Algunos hombres buenos tiene algunas cosas que la hacen única y excelente. Debería ser una película imprescindible en cualquier repertorio cinéfilo que tengáis, porque como he contado en este artículo, se lo merece.

domingo, 14 de febrero de 2016

Un paseo por las nubes del que no queremos bajar

Dicen que hoy es el día de los enamorados. La verdad es que no llevo la cuenta de estas cosas porque desde que te conocí estoy enamorada y en una nube constante. No necesito que me recuerden que hoy sería bonito que te dijera que te quiero. Cada día te demuestro mi amor de hecho y de palabra porque cuando se ama a borbotones cada día es un 14 de febrero. Pero el romanticismo se respira en el aire y hemos querido traer a nuestros lectores una de esas pelis merengosas y pastelosas que yo personalmente adoro. Pasear por las nubes de la mano de un grande como Anthony Quinn o un jovencísimo Keanu Reeves, (sé querido que no es santo de tu devoción) pues no está nada mal. Corren los años cuarenta con la resaca de la guerra a cuestas, surge y florece el amor entre una fantástica Aitana Sanchez-Gijón, estudiante universitaria que vuelve a casa temerosa de su padre en el difícil seno de una adinerada y conservadora familia mejicana dedicada a la viticultura, y Keanu Reeves soldado condecorado por su valor en la guerra y vendedor de bombones.
Adoro la historia, adoro la música y adoro lo etéreo del amor entre los viñedos y aunque no siempre el amor sigue el curso natural que cabría esperar, sale victorioso como no podría ser de otra manera en una cinta como esta. Paseemos por las nubes con las manos enlazadas cada día de nuestras vidas porque vivamos en un día de los enamorados constante. Te quiero.
Cuando me dijiste que si no haríamos algo especial para San Valentín, la primera película que me vino a la mente fue esta, de la que tantas veces me has hablado como una de tus favoritas en lo que a romance se refiere. Como ya sabes mi amor, soy un romántico empedernido, a pesar de que a ti te resulte chocante viendo mis otros gustos cinéfilos o de lectura, así que nunca me supone un esfuerzo ver una de estas cintas y menos aun si es contigo.
Puede ser cierto que Keanu no sea santo de mi devoción como actor en términos generales, aunque creo que en determinados papeles da muy bien el perfil, pero he de decir que aquí, en un film que cumple veintiún años este 2016, me ha sorprendido gratamente. Creo que es una de las veces que más creíble lo he visto en el papel. Es hasta raro verle esa sonrisa y esa naturalidad en algunas escenas como la que comparte con el que, con diferencia, es lo mejor de este largometraje, Anthony Quinn, quien curiosamente andaba por ahí en uno de nuestros próximos clásicos.
No obstante lo dicho hasta ahora —puede que mi amada se sorprenda de cuánto coincidimos hasta el momento en la valoración— una historia de amor no funciona si no hay química entre ambas partes y aquí, pese a que Aitana no pega mucho como mejicana, esa conexión funciona suficientemente bien para que de algún modo podamos meternos de lleno e identificarnos con ellos.
Personalmente no pude más que imaginarme diciendo muchas de las cosas que el personaje de Reeves dice al padre de la joven porque yo las siento exactamente igual por ti pese a quien pese y porque demuestran, esas frases del guión, que un amor verdadero está por encima de orgullos, mentalidades y cualquier cosa que los demás quieran oponer a un sentimiento al que no se pueden poner barreras ni medidas.
No voy a decir que esta vaya a estar entre mis películas románticas mejor valoradas pero sin duda estará entre mis preferidas por el simple hecho de lo que significa para ti y ahora para nosotros. Espero que la próxima vez que la disfrutemos sea uno en brazos del otro, flotando quizá ya en una nube de la que nada ni nadie pueda bajarnos nunca más. Por cierto, yo también te amo todos y cada uno de los días.

viernes, 22 de enero de 2016

Rebeca, mejor si hubiera sido chalequito

La lista es tan larga y las obras maestras tantas que resulta sumamente difícil escoger una película para nuestra noche de clásicos, aunque independientemente de cuál sea es siempre una noche mágica y especial, tan especial como tú querido. Así que en esta ocasión me decanté por esta cinta de Hichtcock  de perturbador comienzo que yo definiría como un melodrama gótico. Nuestra protagonista, Joan Fontaine, es una joven humilde que trabaja como dama de compañía de una ricachona ligeramente déspota. Durante una de sus visitas a Montecarlo conoce al rico y viudo Maxim de Winter/Laurence Olivier. Su enamoramiento es tal que de inmediato se casan trasladándose a la mansión Manderley donde una más que inquietante ama de llaves le recordará constantemente la hermosura y elegancia de la anterior Sra. de Winter, Rebeca.
La primera parte hasta que finalmente se trasladan a la mansión resulta realmente tediosa y falta de fluidez, digamos que carece del encanto que se presume a un flechazo de este calibre, como una Cenicienta y su príncipe. Laurence Olivier me parece muy forzado en su papel, sin un ápice de química con su pareja cinematográfica, resultando sus escenas amorosas como si estuviera besando a una mugrienta y harapienta Cenicienta.  Joan Fontaine encarnando la joven y tímida esposa  de pocos arrestos, realiza bajo mi punto de vista una buena interpretación aunque en más de una ocasión dan ganas de zarandearla para que espabile. La palma se la lleva el ama de llaves, la Sra. Danvers/Judith Andersson con un rostro que raya en la locura y una relación un tanto enfermiza con la anterior Sra. de Winter. La música de la cinta me gustó mucho desde el primer momento y como en muchas otras obras del cine clásico, seguramente muy conocida por muchos de vosotros. A pesar de todo lo comentado considero que aunque es una buena película dista mucho de ser de las mejores de Hichtcock bajo mi humilde punto de vista. Ganadora de dos Oscar, a mejor película y mejor fotografía, es de esos clásicos que bien merece al menos un visionado. Por suerte para mí ningún ama de llaves me dirá que las habitaciones del Motel están decoradas al gusto de la anterior Sra. Purgatorio, porque la Sra. Purgatorio soy yo.
Como ya ves, la habitación que es tuya en exclusiva siguió tal y como la dejaste cuando tuviste que irte pero ni hubo antes no habrá después ninguna otra Sra. Purgatorio. Lo de la decoración además lo dejo totalmente en tus manos. igual que la elección de los clásicos, porque ya sabes que esos temas a mi se me dan mal tirando a fatal.
Es muy difícil aportar algo distinto a lo que ha dicho mi amada porque realmente creo que para pocos resultará difícil darse cuenta de que en este film a "Tito Alfred" se le nota que eso de hacer introducciones largas en sus historias no le funciona excesivamente bien. Si nos damos cuenta, es un director que siempre nos mete muy rápido en el meollo del asunto y opino que si la cinta hubiera empezado cuando los recién casados llegan a esa mansión que asusta nada más verla, igual que a la joven protagonista, no nos habríamos perdido nada y la manera de ser de la segunda Sra. de Winter habría quedado bastante clara en la interacción con el servicio de la casa y con su marido.
Es impactante para mi ver tan poca química en estos visionados de cine clásico como la que vemos entre Olivier y Fontaine, dándome la impresión incluso en algún momento que cuando él intenta ser cariñoso con ella por una escena, la joven de alguna manera lo aparta de sí. Es que generalmente en estas películas transmiten tanta pasión y tanto deseo con tan poco que me noto que me falta algo cuando eso no sucede. Además he de decir que al menos en esta cinta ninguno de los dos que encabezan el reparto me ha dejado esa sensación que si me dejaron Audrey Hepburn, Cary Grant o tantos otros. Incluso me atrevería a decir que me quedo con los secundarios pues me dejaron mucho más satisfecho en términos generales.
En los aspectos técnicos si que considero que Hitchcock vuelve a demostrar que es un genio del suspense, con planos geniales, juegos de luces y sombras impresionantes y sabiendo esconder el giro muy bien casi hasta el final para sorprendernos y que suframos con esa muchacha que no sabe muy bien qué hace en esa casa ni en ese matrimonio y que demuestra en el último tercio del metraje una fuerza y una personalidad inesperadas.
Un buen film, como suele ser habitual en el que me atrevo a decir a falta de ver muchos clásicos, que difícilmente será desbancado como mi director favorito, que habría sido mucho más redondo simplemente con acortar bastante la parte inicial y cumplir esa frase que se atribuye al maestro de que ninguna película debe durar más de lo que aguante la vejiga humana. Qué ganas de la próxima peli cariño con ese caprichito que me has permitido :)

martes, 12 de enero de 2016

Enemigos públicos, hasta la vista mirlo blanco

Ay la mafia, la delincuencia organizada y los "Robin Hoodes" de la vida el juego que han dado en la literatura y en el cine. Los hemos tenido de todos los colores y con todos los grados de violencia conocidos y por conocer pero los más atractivos suelen ser siempre aquellos que se ambientan en la gran época del crimen organizado norteamericano. Quizá sea la estética, quizá que nos hayan vendido que, a pesar del uso de las armas  la violencia, se regían por unos códigos ya olvidados que al menos de vez en cuando hacían emerger esa bondad que se supone que todos llevamos dentro.
Michael Mann se decidió a hablarnos de eso y de paso de los inicios de lo que hoy conocemos como el FBI, pasando muy por encima de la figura de Hoover y centrándose en la de un agente que iba tras la pista de uno de los más peligrosos delincuentes de su época, Dillinger, encarnado por un Depp que se tomó un descanso de tantas aventuras piratescas.
La película navega más por el drama que por ningún otro género, aunque los toques de thriller están presentes y tratándose de asaltantes de bancos, no faltará la acción en forma de tiroteos puntuales y que hacen que este film sea de esos que podemos llamar lentos sin miedo a dar una visión errónea a quienes nos lean en nuestros blogs. Para humanizar al personaje de Depp se nos lleva, como en la mayoría de las ocasiones, al terreno del romance, donde la cosa no acaba de funcionar en lo que a las interpretaciones se refiere, porque si bien Marion Cotillard está fantástica, lo cierto es que la química entre los dos brilla por su ausencia en varias de las escenas en que comparten pantalla estos dos grandes actores.
Por ahí andará también un Christian Bale al que el traje le sienta como un guante al igual que su personaje y que en muchas fases del film tendrá el protagonismo casi absoluto y el peso de la trama sobre sus hombros. Casi podríamos decir que la historia es a medias sobre la vida íntima de Dillinger y a medias sobre los primeros pasos en el uso de nuevos medios más científicos por parte de las fuerzas del orden.
A mi es de esas películas que no se me hacen largas, quizá porque aquellos tiempos, su estética y ese halo de clase que rodeaba a muchos de los delincuentes incluso, a veces edulcorado pero sin duda real en ocasiones, pero si os decidías a verla debéis tener claro que no es una orgía de acción y que dura más de dos horas. También hay que decir que quiere mostrar tantas cosas que profundiza muy poco en la mayoría y que quizá no sean precisamente las que más os atraen en las que se centra Mann para contarnos su visión de aquellos años.

viernes, 8 de enero de 2016

El desafío, si osáis verla no os arrepentiréis

Como suele ser habitual, la manía de traducir los títulos de las películas en nuestro país le quita el sentido al mismo aunque sea cierto que nuestro protagonista afronta un desafío que él mismo se impone al querer superar sus propios límites como funambulista y malabarista.
He leído por ahí a compañeros y seguidores del Motel que se les hizo algo lenta en su primera mitad y he de decir que aunque a mi no me pasó en la misma medida, entiendo ese sentir. La forma de narrar escogida por Zemeckis es de las que, o te mete de lleno en la historia o te saca, te corta el rollo, constantemente si no se conecta de manera absoluta con ella. Personalmente me quedé a medio camino, porque cierto es que a veces la voz en off que narra se agradece por la carga emocional o sentimental que pueda tener, pero que además veamos a quien narra puede hacerse excesivo, máxime si, como me pasó a mi en algunos momentos el personaje, que no el actor, se os hace un poco pedante, rozando lo insoportable.
Philippe Petit/Joseph Gordon-Levitt es a la vez lo que hace grande a esta historia y lo que impide muchas veces empatizar como es debido, no con su hazaña, con la que flipas en colores —qué pena no haber podido verla en 3D porque a la persona que me acompañó no le era posible— sino con el hombre en sí. Dicen que los genios siempre tienen un toque de extravagancia pero también lo suelen tener de vanidad y egoísmo, al menos cuando su campo consiste en llamar la atención del público. Esto es algo que queda demostrado también en la elección del resto del reparto, donde salvo Ben Kingsley, nadie nos suena demasiado o anda pero no importa, porque seremos conscientes de que, si la historia real fue así, quienes rodeaban a Petit eran poco más que atrezo. Se vive su sueño, se sufre por él y para él pero en realidad nada más importa. En todo caso, el reparto cumple a las mil maravillas.
Zemeckis nos recuerda a aquél que sabía emocionar y divertirnos partiendo de premisas sencillas como lo hizo en su momento con Forrest Gump pero a esta nueva cinta le falta calado emotivo para llegar más alto, irónico desarrollándose el momento cumbre donde se desarrolla, y aunque la última media hora es impagable sobre el cable creo que hay demasiado hincapié en la preparación y poca profundización en ninguna de las subtramas. Hay cosas que suceden en treinta segundos, teniendo que imaginar el resto de la relación entre los personajes, mientras que se dedican minutos a aspectos como el grosor del cable, anclajes y demás que al público le suenan a chino.
Indudablemente si queréis verla como se merece lo suyo sería aprovechar si aun está en vuestras salas más próximas y en 3D que debe ser una pasada algunas de las escenas finales. Se os puede hacer lenta o incluso aburrida si os sucede lo que a otros con la primera hora o así de metraje pero como cada persona es un mundo eso solo podéis saberlo una vez vista.