Siendo fan acérrimo de Tim Burton y con Johnny Depp
ni yo mismo entiendo cómo he tardado tanto en ver "Sweeney
Todd". No sé qué tiene estos dos genios pero se me hace
irresistible todo lo que hacen, incluso aunque la calidad final sea
cuestionable, como es el caso de "Sombras tenebrosas".
Bueno, tras el peloteo a Burton y Depp, lo suyo
sería empezar con la crítica, que irá especialmente dedicada a mi
primo Pedro, con quien visioné la película, y a Aurora (@GPAurora),
por su insistencia en que debía verla. La película es grande aunque
no para todos los paladares, de eso hablaremos a lo largo de la
crítica.
Mi enamoramiento con la estética, tan
característica de Burton, que inunda este film empieza en los
créditos iniciales. El juego con esa sangre, que es conductora y, al
mismo tiempo, la nota de color entre esos tonos tristes que pueblan
siempre la pantalla en las películas de Burton, me parece sublime.
Decía antes que no es una película para toda clase
de público y es por su condición de musical. Eso es tan patente
desde los primeros minutos, que casi nos extrañaremos de ver
diálogos que superen las cuatro o cinco frases seguidas a lo largo
de la película sin que los actores se "arranquen" a
cantar.
Como en todo musical llevado a la gran pantalla,
unos actores estarán más acertados en ese arte que otros. Depp creo
que lo hace muy bien y Helena Bonham Carter usa una variedad de tonos
que creo que le dan mucho carácter al personaje. Las
interpretaciones de ambos, más allá de sus dotes como cantantes
ocasionales, me parecen lo mejor de la película. Depp está sublime,
con una gestualidad llena siempre de dolor y sed de venganza.
Alan Rickman demuestra como siempre que sabe estar a
la altura de las circunstancias y nos regala de nuevo una grandísima
interpretación y su voz inunda la habitación cada vez que canta
durante la proyección. Quizá no sea su fuerte pero cumple con
creces. Su acólito, el alguacil, interpretado por Timothy Spall,
pone ese personaje totalmente odioso tan necesario en una historia
como esta.
Llegamos a Sacha Baron Cohen, un actor que no
soporto en sus propias películas, pero que cuando deja su humor
habitual y aparece dirigido por otros y más contenido siempre suele
dejarme satisfecho. Aquí, una vez más, lo logra.
El resto del reparto está correcto, pero lo cierto
es que sus intervenciones son más nexos de unión para dar más
consistencia a la historia del barbero que momentos que de verdad
vayan a quedar en nuestra retina.
La cinta está muy bien dirigida por Burton, con una
fotografía, escenografía y vestuario rozando la genialidad. De
agradecer el guiño a "Eduardo Manostijeras" que
disfrutaremos en un determinado momento de la película.
Nos encontramos ante un film de notable alto que es
disfrutable al cien por cien si los musicales te gustan, porque si no
es así, puede resultar agotador que canten casi todo el metraje, y
máxime cuando algunas de las canciones se hacen un tanto "pesadas".
Yo la recomiendo evidentemente, porque no hay nada de Burton que no
quiera ver aunque luego no sea tan bueno como me espero. Su estética
me enamora y sus actores fetiche también.