No suelo prodigarme en entradas que no tengan que ver con la crítica o reseña de películas, aunque muy de cuando en cuando siento esa necesidad, ya sea porque surge un tema sobre el que me apetece compartir una opinión más detallada, ya sea porque leo cosas que me hacen pensar sobre mi mismo y la razón, el por qué de haber hecho esto, crear este modesto blog.
Hoy es uno de esos últimos casos el que me trae a escribir algo que, seguramente, carezca de verdadero interés para la mayoría de lectores habituales del Motel.
Después de leer en mi timeline de twitter, no por primera vez ni por última, a uno de tantos colegas y, me permito la licencia, amigo bloguero Ricky —amo y señor de http://frickyblog.wordpress.com/— reflexionando sobre lo complicado de llegar a la gente con nuestros contenidos e incrementar el número de visitas, he profundizado en esa reflexión que yo mismo he llevado a cabo en más de una ocasión.
"Motel Purgatorio" nació como una necesidad en uno de los momentos más difíciles que me ha tocado vivir; una necesidad de mantenerme en contacto con gente a la que había llegado a apreciar sin conocerlos prácticamente, que compartían una afición, el cine, que también me ha ayudado a evadirme, igual que me ha ayudado a ello escribir para vosotros, pero sobre todo para mi.
¿Por qué para mi?
Porque siempre me ha gustado escribir pero nunca me había puesto en serio a ello hasta el año pasado, cuando al fin escribí algunos relatos y no solo los llevé a término, sino que me atreví al fin a compartirlos públicamente. Después llegó la participación en el proyecto de unos amigos que me "obligaba" a escribir con asiduidad, sobre todo de cine también, y algunas reseñas de libros y resultó que a alguna gente le gustaba mi manera de escribir o de decir las cosas, yo doy mi opinión, que es subjetiva en un porcentaje muy elevado, pues no soy crítico de profesión.
No solo eso me sorprendió, sino que lo hizo incluso más que en una red social, cuasi desconocida para mi por aquel mes de octubre del año pasado, como era twitter me devolviera un feedback tan bueno como el que encontré en muchos seguidores de "La Mazmorra" y con los que hoy mantengo el contacto desde mi pequeño Motel.
Y ahí llega el quid de la cuestión, las personas; personas como Ricky y muchos otros que ponen toda su pasión en lo que hacen y cuando hablan de los temas que van surgiendo a lo largo del día. Es por vosotros, por la gente, que todo esto vale la pena.
Claro está que escribimos para que nos lean pero creo que somos conscientes, quienes tenemos un pequeño blog, que llevamos solos y en el tiempo libre, que a lo máximo que podemos aspirar es a tener lectores fieles y picos ocasionales de muchas visitas, días esos que te ponen una sonrisa de oreja a oreja.
No espero ni creo que mi manera de hacer las cosas ni mi blog marquen tendencia entre tantos peces de distintos tamaños que hay en este mastodóntico océano que es la "world wide web". En el fondo solo espero que quienes paséis parte de vuestro tiempo leyendo lo que escribo quedéis satisfechos pese a que podamos no coincidir en nuestras opiniones. Que os apetezca volver ya sería genial.
El Motel seguirá siendo Purgatorio porque en el momento en que se creó tenía la sensación de estar pasando una temporada en él. Mi preferencia por el cine de terror no tiene en realidad mucho que ver con el nombre, pues ya habréis visto que mis gustos cinéfilos son de lo más variado.
El Motel seguirá existiendo mientras yo tenga las ganas suficientes para compartir mis opiniones con vosotros y espero que Ricky y muchos más blogueros penséis así, porque al menos yo, en la medida en que la rutina diaria me lo permita, quiero seguiros leyendo, seguir aprendiendo de cine o de lo que surja y, por qué no, llegar a conoceros en persona como a Ricky, porque al final de eso se trata, de personas y de compartir con ellas lo que nos gusta y que a veces es difícil compartir con quienes nos rodean.
Y tranquilos, la próxima entrada será de nuevo una opinión de este opinador, que no crítico, de cine.