lunes, 3 de octubre de 2016

MARILYN MONROE O LAS CURVAS SIN FIN


Marilyn Monroe es de esas mujeres que permanecerá para  siempre en la memoria colectiva como el mito e icono sexual por excelencia, sin embargo, como muchas otras rutilantes estrellas de Hollywood, tuvo una dura e infeliz infancia. Abandonada al nacer en casa de unos vecinos, fue recuperada por su madre cuando ya contaba con siete años. Una mujer con un grave problema mental que la propia Marilyn sospechó heredaría hasta el mismo día de su muerte. Se podría decir que tuvo un padre indeterminado ya que uno de los maridos de su madre fue el que le dio su apellido noruego, Mortenson.

Norma Jean Mortenson pasó su infancia en varias casas de acogida que diríamos en la actualidad, y se vio envuelta en asuntos  de malos tratos y abusos sexuales, así que a los dieciséis años se casó para no verse obligada a volver al orfanato. Su joven esposo se alistó en la marina mercante y fue enviado a Catalina Island, donde había muchos marineros y muy pocas mujeres. Pronto descubrió su bella esposa el inmenso poder que estaba a su alcance, en cada una de sus curvas. Así fue descubierta por un fotógrafo para revistas masculinas y posando como modelo se le abrieron  las puertas de Hollywood. Sus primeras intervenciones cinematográficas fueron tan intranscendentes que su contrato con la productora no duró ni dos años, sin embargo no pasó desapercibida para hombres como Orson Welles o Charlie Chaplin Jr.  del que quedaría embarazada y más tarde abortaría.

Todos la querían por su escultural cuerpo y le ofrecían papeles de rubia tonta dado el, por el momento escaso, talento de Marilyn, (se esforzó por prepararse concienzudamente para su carrera cinematográfica, sin embargo este talento quedaba siempre oculto tras su magnífica figura).
El rodar nada menos que cinco películas en un solo año que poco  aportaron a su carrera de actriz, y el fallecimiento de John Hyde, su amante y protector, le llevaron a tontear con los sedantes y las anfetaminas hasta el punto de intentar suicidarse. Fue gracias precisamente a Hyde que Marilyn obtuvo su primer papel importante en “Jungla de Asfalto” de John Huston en 1950.
 Sus generosas curvas y cara inocente de ojos enormes y desmesurados son expuestos en el musical “Los Caballeros las Prefieren Rubias” dirigida en 1953 por Howard Hawks. La crítica del momento consideraba aceptable  la cinta gracias precisamente a la belleza y exuberancia de las actrices en general y de Marilyn en particular.
 En 1954 contrajo matrimonio con Joe DiMaggio, estrella del beisbol americano, que difícilmente podía soportar que Marilyn siguiera mostrando sus bondades al gran público. La puntilla para este sufridor esposo fue el rodaje de “La Tentación Vive Arriba” del gran Billy Wilder  en 1955. Las esculturales piernas  de Marilyn en todo su apogeo con miles de ojos devorándola fue el desencadenante para iniciar los trámites del divorcio.
 En 1956 contrae matrimonio en secreto con el dramaturgo Arthur Miller llegando a ser el blanco de comentarios jocosos por parte de la prensa  dada la gran diferencia intelectual entre ambos. Comienza en 1957 el rodaje de “El Príncipe y La Corista” junto a Laurence Olivier. Se originaron tales desavenencias entre ambos dentro y fuera de la pantalla que el propio Miller tuvo que intervenir como mediador. En plena cumbre de su carrera acepta a instancias de su esposo un papel secundario en la película “Con Faldas y a lo Loco”, pero Billy Wilder no era un director de poca monta al que se le decía que no. Rodó la película embarazada y bellísima, haciendo suspirar a propios y extraños en un papel que no pocos definieron como una interpretación de sí misma. (Abortó un día antes de finalizar el rodaje).
De nuevo saltaron las chispas y no de amor precisamente durante el rodaje de “Vidas Rebeldes” en 1961 junto a Clark Gable y basada en un guión del propio Miller. Fue tal el enfrentamiento que cuando poco después de finalizar el rodaje Gable falleció de un ataque al corazón, hubo quienes culparon a Monroe por lo ocurrido. También esta fue la última película de la actriz ya que su fallecimiento aconteció durante el rodaje de lo que sería su vigesimonoveno film.

Por todos es bien conocida su relación con John F. Kennedy, relación esta que mantuvo durante la década de los cincuenta con encuentros esporádicos a espaldas del esposo “en vigor”. Mientras la vida de Marilyn  se desmoronaba la carrera política del senador subía como la espuma. Su divorcio de Miller la dejó tan sumamente deprimida que sus amigos decidieron ingresarla en una clínica mental. Sin embargo gracias a uno de sus ex maridos fue sometida, lejos de aquella clínica, a una cura de desintoxicación. Sin embargo sus escarceos con la droga no terminaron ahí. Todos recordamos el famoso Happy Birthday Mr. President en el que Marilyn aparece no solo exuberante sino como abducida por las luces de la Casa Blanca representada por su amante Kennedy.  La necesidad acuciante de amor sincero que buscaba en JFK nunca se satisfizo llevando a la actriz al desequilibrio que desembocó en la ruptura unilateral y sin miramientos de Kennedy. Éste como si de un traje que aún está en buen uso se tratara, se la “cede” a su hermano Bob que por aquel entonces era el fiscal general y que con el tiempo también “desechó” a Marilyn. Despechada intentó dar una rueda de prensa para airear sus escarceos con el presidente y el fiscal general de los Estados Unidos de América. Podemos imaginar el escándalo de proporciones épicas que esto hubiera supuesto.
 Marilyn era una mujer con escasa confianza en sí misma que siempre actuaba de buena fe siendo traicionada en más de una ocasión por sus “amigos”. Nuestra querida Marilyn falleció el 5 de agosto de 1962 por sobredosis con barbitúricos en la más absoluta soledad, después de mendigar durante toda su vida amor y cariño y recibiendo únicamente reconocimiento por ser la mujer más sexy de la tierra.


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