
El inicio de la cinta sigue con la historia de Ripley y nos enseña cómo es rescatada y que las cosas se vuelven a torcer al poco tiempo de establecerse en la estación espacial. Se ha perdido la comunicación con una colonia humana y se cree que los adorables xenomorfos puedan tener algo que ver.
La presentación de los marines, entre los que destacan Hicks/Michael Biehn, Hudson/Bill Paxton, Vasquez y Apone. No es que el resto no lo hagan, porque todos tendrán su importancia a lo largo de la historia, pero ellos pasaron a la historia de la ciencia ficción junto al androide Bishop/Lance Henriksen, bien por escenas concretas, bien por el conjunto de su actuación en la película.
Todo el trabajo de diseño; vehículos, uniformes, armamento, localizaciones, los propios Aliens siempre me ha encantado y lo sigue haciendo pese a tener casi treinta años a sus espaldas.
Sigourney Weaver fue capaz de demostrar que una mujer podía llevar el peso de un film de acción tan bien o mejor que cualquier hombre, y no es que los interpretes masculinos de esta película no den la talla, que la dan de sobra y proporcionan lo que se espera de ellos, bravuconadas y testosterona a raudales, incluso Vasquez, que no sabemos muy bien si considerarla una mujer o no... La cuestión es que Ripley es capaz de mostrar una ternura tan femenina como la que vemos con la pequeña "Newt" o ser una auténtica depredadora, casi tan implacable como las criaturas a las que se enfrenta.
El apartado sonoro es una de las grandes virtudes de este film, con esas ráfagas de los fusiles de asalto o las ametralladoras pesadas, que serán inconfundibles para cualquier amante de esta segunda entrega de la saga, o el agobiante e incesante pitido de los radares cuando los marines se ven rodeados, que resonará en nuestra mente incluso después de haber finalizado el visionado.
Y qué decir de la banda sonora a cargo de James Horner, compositor fetiche de Cameron, contundente y repleta de fanfarrias como en él es costumbre. Acompaña a la perfección al ritmo frenético que va adquiriendo la trama según avanzamos en las aventuras y desventuras de ese grupo de aguerridos hombres y mujeres que se enfrentan a la criatura más mortífera que haya pasado por la gran pantalla.
Sin lugar a dudas, el cine de ciencia ficción no sería lo mismo sin esta obra cumbre ochentera con la que Cameron supo crear y llevar a su máxima expresión eso que a mi me gusta denominar como "cacería de bichos". Sustos tendremos pocos, los cuales serán sustituidos por la tensión que genera el no saber de dónde van a salir esos oscuros seres de pesadilla.
Jamás he sido de contar cuántas veces veo una película, pero creo que puedo decir sin temor a equivocarme que Aliens ha pasado ante mis ojos más de cincuenta veces y jamás me canso de ella, lo cual no sé si la hace aun más recomendable para quienes no se hayan decidido a verla, pero si que me hace sentir casi lo mismo que cuando la vi por primera vez, que estaba ante algo muy grande.