Con el final de "El Ministerio del Tiempo" a la vuelta de la esquina y con las promos, destripes más bien, de las series en emisión o las que están por llegar a las televisiones en abierto y de factura nacional me dio por empezar a pensar ayer y estructurar hoy mientras me ponían las corrientes en rehabilitación —a veces me siento un poco como el monstruo de Frankenstein— esta entrada que vais a leer hoy.
Hace pocos días se estrenó "Allí abajo", serie que se han cansado de decir hasta la saciedad que estaba ideada antes que "8 apellidos vascos", cosa que, la verdad, importa poco porque está claro que han aprovechado el tirón de dicha película para explotar una incomprensible gallina de los huevos de oro si tenemos en cuenta que casi siempre se cacarea que queremos cosas diferentes en el panorama patrio de ficción. En esta serie es el vasco el que se va a Andalucía, a diferencia de la película protagonizada por Dani Rovira y, por los pocos fragmentos que vi, tiene muchísima menos gracia y es aun más "más de lo mismo" que la comedia que se llevó "Goyas" a su reparto habiendo un secundario como José Sacristán que se salía en "Magical Girl" una de esas películas que, sin ser realmente originales en su historia, si lo es algo en su planteamiento y, sobre todo, dentro de lo que se hace en este país.
Porque, aunque a algunos les cueste entenderlo, creo que eso de valorar un producto como "El Ministerio del Tiempo" que si, que a nivel mundial no será original, como en realidad tampoco lo son muchas de las series con las que os veo flipar en mi timeline, comparándolo con lo que hacen en la HBO o en la BBC por poner dos ejemplos de cosas hechas a base de talonario, con lo cual la calidad no solo es esperable sino exigible, o tratando de aprovechar al máximo los recursos, no solo es injusto sino que no se ajusta a la realidad.
Desde la época de "Siete Vidas", aunque fue degenerando y perdiendo calidad según modificaban el reparto, no ha habido una comedia realmente inteligente en nuestra televisión, o al menos no con éxito de verdad. Vivimos a base de clones de "Aquí no hay quien viva", que tuvo su gracia un tiempo, o de comedias como una que pillé el anuncio de casualidad y en el que el diálogo venía a ser algo así como: "Si sigues así no me vas a quitar las bragas hasta mañana" para rematarlo con un "Ahí viene mi marido" cuando se oye un ruido de fondo... sinceramente, con esos antecedentes, ¿qué se puede esperar de una serie que se anuncia así?
Si queremos tener una parrilla variada no solo hay que mirar si el presupuesto da o no da, porque no creo que el dinero invertido en la infame "Alatriste" —por cierto Reverte que no se puede vender los derechos y olvidarte del proyecto para luego andar lloriqueando por las redes sociales, ¿eh? Seamos serios— fuera mucho mayor que el que ha disfrutado la cancelada "Víctor Ros" o la ya mencionada varias veces "El Ministerio del Tiempo" y, con sus fallos y limitaciones, tienen ambas unas ambientaciones de muchos más kilates que la susodicha adaptación del personaje literario. Si queremos ser capaces de generar productos de calidad hay que empezar por la base y dar a nuestros actores y actrices, desde edades tempranas, la oportunidad de probar diferentes registros, que no toda historia acabe siendo a la larga un culebrón en el que, como en viveros de actores como fue "Al salir de clase", acaban liándose y acostándose todos con todos de tal modo que ya hasta dudas en algún momento de si ha habido algo incestuoso. Porque, pensadlo bien, quizá no es que en nuestros elencos de intérpretes no haya nadie con capacidad de abordar diferentes tipos de personajes, es que para aprender a hacer algo hay que practicarlo. Si a ti siempre te ponen a hacer o te llaman para hacer un "Velvet", o un "El Internado" o peor aun, no te atreves a intentar otras cosas, nunca evolucionarás.
Me es imposible, en este sentido, no recordar el coloquio que hubo en la "FNAC" de Callao en Madrid, hace ya un par de años, con motivo de la salida a la venta de un libro de relatos cortos sobre el universo de "REC", donde la propia Manuela Velasco dijo que uno de los mayores problemas de los actores y actrices en España es que si llegan al mundillo demasiado pronto, y adquieren fama rápido, se olvidan de que han de seguir preparándose, estudiando, para elevar su calidad como intérpretes y alcanzar su máximo potencial. Y es que es verdad ¿acaso tú, que lees esto ahora, no has tenido que reciclarte o aprender cosas nuevas para subir en tu trabajo o simplemente para adaptarte a las nuevas circunstancias?
El cine y las series de producción nacional son mucho más que drama, chistes fáciles y tetas y culos, pero si pedimos, si exigimos que sea más que eso, hay que premiar a los que intentan desmarcarse, porque si series como "Cuéntame un cuento", "El Ministerio del Tiempo" son vapuleadas por el simple hecho de ser españolas o, porque su calidad no es excelente, y las audiencias son ridículas y luego le damos no sé cuantos millones el día del estreno a un humor y a una manera de hacer ficción más que rancia, casi caduca, como "Allí abajo", "Con el culo al aire", "La que se avecina" y similares, lo único que podremos acabar diciendo es que realmente, tenemos la ficción que nos merecemos.
Recordad esta frase "Roma no se hizo en un día" así que no podemos pretender que tras años de el mismo tipo de productos, los primeros que salgan que intentan algo diferente sean ya los mejores. En otros países hay una base muy sólida desde hace mucho que nosotros empezamos a construir ahora.