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viernes, 14 de octubre de 2016

El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares y Burton recuperando su peculiaridad

No voy a negaros que siempre es difícil ir a una sala de cine  a ver el nuevo trabajo de un director que, en sus últimas obras, te ha dejado más bien indiferente pero yo soy de los que no abandona el barco fácilmente y ahí que me fui a visionar lo nuevo de Burton.
A simple vista pudiera parecer que la cosa no ha mejorado demasiado pero si nos fijamos en los pequeños detalles en pantalla, podremos descubrir al Burton más gamberro e incluso oscuro, a pesar de estar orientado más bien al público juvenil, que tanto echábamos de menos. No es el grande que disfrutábamos antes pero aun nos queda esperanza.
La trama no es especialmente profunda, no sé si en el libro en que se basa lo será más, pero está claro que lo que se busca es un producto de consumo fácil que no se detiene más de lo necesario para explicarnos el por qué pasan las cosas que pasan ante nuestros ojos. Seguramente eso no convenza a la mayoría pero bueno, el cine palomitero no está mal, sobre todo si está bien hecho.
Luego está el reparto, donde tenemos a Eva Green, que aparece menos de lo que muchos seguramente desearan y que, pena, penita, pena, aquí no enseña nada de sus atributos que según muchos era lo que valía la pena de la secuela de 300; para mi una mujer enseñando los pechos, por muy bien puestos que puedan estar, no me compensó por la falta de épica que tenía con respecto a la original. En resumen, que me voy por las ramas, Eva está bien pero el protagonismo real está más en la parte infantil del casting que en ella, incluso me atrevería a decir que Samuel L. Jackson acaba teniendo más protagonismo que el propio personaje de Miss Peregrine. Con respecto a este último he leído muchas malas críticas pero es que yo pienso que precisamente es lo que se busca, que el malo sea esperpéntico y Jackson lo consigue a las mil maravillas.
Una buena banda sonora, un ritmo que no decae y una batalla final digna de verse en pantalla grande, de nuevo por la infinidad de detalles y guiños al universo Burtoniano, completan un conjunto que, si bien no os va a reconciliar al cien por cien con el director, hará que cuando menos no salgáis del cine pensando que está acabado.

martes, 1 de diciembre de 2015

Skyfall, Craig con Mendes, Adele y Bardem, agitados pero no revueltos

Llegamos a la penúltima entrega de las aventuras de Craig en la piel de Bond y para mí estamos ante la mejor, cosa en la que sé que no coincido con casi nadie viendo que Casino Royale parece la favorita de la mayoría pero qué le vamos a hacer, así es esto de las opiniones y los gustos.
Ya en los títulos iniciales de crédito notamos la diferencia de calidad en el cuidado estético, muy por encima esta entradilla de las que vimos en las dos  anteriores, y en lo musical, con una Adele que sí supo, ella o los compositores si no fue cosa de la chica, transmitir lo que estábamos acostumbrados a recibir en los temas principales de esta saga casi eterna de películas, es decir, estilo. Sí, damas y caballeros, 007 puede repartir todo lo fuerte que quiera para adecuarnos a los tiempos actuales pero no ha de perder la clase que siempre ha tenido.
Es obvio que Sam Mendes quiso recuperar ese espíritu, con un cuidado exquisito en la puesta en escena, no olvidemos cierta pelea nocturna, y trayendo de nuevo a la primera línea a un "Q" renovado, que es más un departamento que la persona en sí que lo representa, y que dentro de lo que cabe se adapta también a las nuevas tecnologías, con una coña incluso en referencia a si Bond esperaba un bolígrafo capaz de disparar por ejemplo, además de servir para representar el choque entre la vieja guardia, en la figura del personaje de Craig y la savia nueva que parece imprescindible en ese mundo de espías anclado un tanto en el pasado.
La trama está mucho mejor desarrollada que en Quantum of solace a pesar de que los planes del némesis de Bond puedan llegar a hacer aguas aunque yo estoy esperando ver aun a un villano megalómano cuyo intento de dominar el mundo o destruir a personas que odia por su pasado no tenga fisuras. Así que en eso podemos decir que el guión es mejorable, pero ni mucho menos es peor que la mayoría o incluso que Casino Royale, donde simplemente se trataba de dinero al fin y al cabo.
Es en relación con el malo del film donde a mi me ganó completamente Skyfall. Desde el preciso instante en que Bardem entra en escena, contando esa especie de fábula a James, escena en la que ya intuimos la bipolaridad, esquizofrenia o ambas características del personaje de nuestro actor más internacional de los últimos años, quedé absolutamente hipnotizado y atrapado por casi todo lo que se desarrolla después.
En resumidas cuentas, Mendes consigue hacer un mix más que decente del 007 más clásico con esa necesidad de cubrir las cotas de acción a lo bestia que jamás fueron seña realmente de las películas inspiradas en este agente secreto creado por Fleming. Incluso tenemos momentos de humor en la parte final pero no en plan ridículo a lo Brosnan sino con cierto buen gusto al no pasarse de rosca. Para mí la mejor con diferencia del nuevo James Bond y la única que realmente repetiría visionado en un futuro. En unos días, el cierre con Spectre.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Quantum of Solace, el solazo de las vacaciones debió afectar a los guionistas

Volvemos de nuevo a tener a James Bond en nuestras habitaciones con la segunda entrega de las protagonizadas por Daniel Craig y que en mi modesta opinión lleva al máximo y al exceso el error de la anterior, si hablamos de lo que es el universo 007, esto es, un abuso de la acción en detrimento de la trama.
Sé que ya dije algo similar en la primera crítica de esta serie de cuatro pero es que yo cuando me siento a ver una película de Bond espero algo más que una cinta de acción vacía en la que lo mismo podría ser el agente secreto más conocido del mundo de la ficción el que estuviera dando saltos de un lado a otro y repartiendo leches a todo el que se le cruza como en una peli de acción cualquiera.
Por si ese aspecto fuera poco, nos meten esta vez como fémina acompañante a la Kurylenko que si, puede ser muy bella pero aun no he sido capaz de verle nada como actriz para justificar esa admiración que a veces veo por ahí. Me parece de lo peorcito de la hornada que nos ha llegado en los últimos años.
Craig sigue funcionando a la perfección como héroe de acción con ese físico portentoso y también como Bond en los pocos momentos en que de verdad lo vemos en pantalla cuando deja de ser "Action man". Le sigue faltando la vertiente de gentleman más acusada, que si han sabido transmitir otros en el pasado, y que no consiste solo en llevar un traje en situaciones donde otros agentes irían con equipo de campo pero cumple con lo mínimo exigible en ese aspecto.
Luego tenemos para terminar, el villano, o villanos, peor construido de la saga desde hacía mucho tiempo. Después de un Mikkelsen que hacía las delicias de todos en Casino Royale, encontrarnos aquí con esa especie de "conseguidor", que lo mismo se alía con Maduro que con quien lo quiera defenestrar, hace que, al menos en mi caso, me sienta aun un pelín más decepcionado y que convierta en olvidable una producción que debería haber terminado de sentar las bases para lo que vendría después aunque ya veremos que Sam Mendes, con gran acierto en mi opinión, reseteo en la medida de lo posible.
¿Es entretenida? Si ¿Es eso suficiente para considerarla una buena película en términos generales? Para este que os escribe no pero, como ya sabéis, yo no soy para nada objetivo o al menos no lo soy tanto como quizá otros intentan o consiguen ser. A mi la cinta me ha gustado lo suficiente para aprobarla pero nada más. De las cuatro me parece la más floja con cierta diferencia y recomendaría su visionado si el personaje os gusta mucho y sobre todo porque, a pesar de que no sea imprescindible, la historia de la tetralogía con Craig conecta todos los films de un modo u otro. Por lo demás, sigo prefiriendo, en este registro a Bourne que a esta mezcla de 007 con un militar de operaciones especiales.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Casino Royale, ¿ser Bond o ser Bourne? Esa es la cuestión

A pesar de que siempre me gustaron las películas de Bond antiguas, especialmente con Sean Connery, no pude con las de Pierce Brosnan, al que no trago y que además, a pesar de seguir los pasos del 007 más clásico a mi no me terminó de convencer. Así, en su momento me acerqué con cierto miedo a esta revisión del "mito" y, hasta que ha llegado Spectre, la única que había visto y he vuelto a revisionar para traer las cuatro entregar protagonizadas por Craig al Motel era esta que hoy nos ocupa de la que no recordaba absolutamente nada.
Que el actor elegido en esta ocasión me pega mucho más es casi tan claro como que si a este film, y aun más al segundo de la era Craig, se le pone cualquier otro título habrían pasado por una más de esas cintas de acción que proliferan cada año y además con cierto tufillo a otro agente salido de las páginas de una novela como es Jason Bourne. Decir otra cosa sería no querer ver la realidad. Los primeros minutos de Casino Royale encajarían perfectamente en cualquiera de las entregas de la trilogía protagonizada por Matt Damon y eso es bueno en cierto sentido, porque nos acerca más a la realidad de lo que debe ser pertenecer a un servicio secreto pero también elimina mucho del atractivo que tenía ese espionaje basado en gadgets, tanto es así, que aquí "Q" ni siquiera existe.
Si obviamos esos aspectos, nos encontramos ante una trama interesante a la que Eva Green y, sobre todo, Mads Mikkelsen le dan una fuerza que es de agradecer y también un tono más serio que el que tengo en el recuerdo de las de Brosnan. Quizá en este sentido lo único que me parece es que está alargada en exceso en ese error narrativo que para mi cometen algunos guiones, de darnos varios finales en los últimos minutos de la cinta. Me parece un recurso simplista eso de los giros de tuerca constantes en la recta final en lugar de habértelos currado a lo largo de la parte central del film. No me entendáis mal, si es un giro de esos que te dejan ojiplático en el último segundo, vale, pero si es para luego alargarnos y tener finales dentro de finales como que me aburre.
En definitiva, me quedé con la sensación de un bond que es un quiero y no puedo que trata de adaptarse a lo nuevo sin abandonar del todo lo viejo pero descuidando todo un poco, incluso lo que es la intro, que me pareció bastante mala, incluida la canción, que no me pega nada con el espíritu del personaje y lo que llevamos visto hasta ese momento. Aunque si he de ser sincero, la única que me ha convencido en ese sentido de la nueva hornada es Skyfall pero de eso ya hablaremos cuando le llegue su turno.
Buena película de acción y espionaje y regular como parte del universo de 007, te deja con un sabor agridulce que no pierdes hasta que Sam Mendes toma las riendas.

viernes, 19 de diciembre de 2014

El exótico Hotel Marigold. Vivir la vida no depende de la edad.

Es maravilloso ver una película como "El exótico Hotel Marigold" de la que esperas poco, o una más de su género de comedia con toques de drama, y que consiga llegarte gracias a su reparto y al mensaje que transmite; un mensaje que hoy día encuentro tremendamente necesario.
La gracia de este film no está en quién se enamora de quién o en qué aprenderán los diferentes y, de muy diversos caracteres, personajes que coprotagonizan esta comedia coral. Sabemos que habrá amor, sabemos que, con el cambio que estos hombres y mujeres viven, al decidir dejar su Gran Bretaña natal para vivir su vejez en una palaciega residencia que resulta no serlo tanto, aprenderán no solo cosas, sino a conocerse a sí mismos.
Lo que diferencia a esta cinta es que, aunque sin ser pionera, se dará el protagonismo absoluto a esas personas que, no solo se sienten acabadas por razón de la edad, sino que muchas veces nosotros, la propia sociedad, los hacemos sentir así. Eres demasiado mayor para esto, eres viejo para lo otro, incluso hay gente que mira aun a día de hoy raro a esos "abuelitos" que siguen haciéndose sus carantoñas, aunque quizá lo que hay es envidia porque la mayoría hoy día está tan de vuelta de todo con treinta tacos, que ver a personas que se aman o encuentran el amor a edades avanzadas les recuerda lo infelices que son ellos. Pero John Madden no habla solo de amor en la adaptación de esta novela a la gran pantalla. Aquí hay muchos sentimientos, hay mucha evolución en algunos de los personajes, casi todas ellas obvias pero no por ello menos apreciables ni disfrutables.
Lo mejor sin duda es el reparto, el más madurito. Una Judi Dench enorme en su interpretación y preciosa sin cirugías que le impidan hablar como han hecho otras y vimos en los últimos Oscar; un Bill Nighy mucho más contenido y he de decirlo, de lo que yo le he visto, su mejor interpretación de los últimos años con diferencia; un Tom Wilkinson maravilloso con un rol que es el que mayor dramatismo y ternura aporta; una Maggie Smith adorable en el fondo por mucho que la superficie nos haga pensar otra cosa; y un resto del reparto que son los escuderos perfectos de estas damas y caballeros que distan mucho de estar acabados y que tienen mucho que enseñar aun a las nuevas y jóvenes estrellas.
Tampoco quiero llevaros a equívocos. La trama, las historias que la conforman no es novedosa, no es que esta sea la primera, ni será la última, película que trata estos temas y los relaciona con la madurez de los personajes. Pero el casting es magnífico y como yo soy de los que piensa que el amor no entiende de edades y que la madurez emocional puede llegarnos en cualquier momento de la vida, a veces más tarde de lo que sería apetecible, la disfruté enormemente.
He visto a mis abuelos, QEPD, no saber qué hacer con sus vidas cuando el cuerpo dejó de permitirles hacer lo que estaban acostumbrados, porque no tenían las suficientes inquietudes, porque quizá se cansaron ya de seguir intentando buscar algo más y me encanta ver historias como las de "El exótico Hotel Marogold", igual que me encantaba ver a los "abuelitos" del IMSERSO, que pese a que a veces nos estresaban un poco en Atocha, tomaban sus trenes tremendamente ilusionados, casi como si fueran críos. Y de eso habla en definitiva este film, de que la vida no se acaba cuando nos dicen que se acaba y que siempre podemos cambiar o simplemente volver a empezar, quizá en otro lugar, quizá con otras personas, y marcharnos del rincón que nos está reservado.