Hola a todos los moradores de este Motel tan prestigioso que me acoge por un tiempo indeterminado. Es un verdadero placer colaborar con este gran hombre que regenta este establecimiento, espero estar a la altura. En principio lo que me gustaría, en colaboración con este blog es acercaros al cine de los 80 y los 90, veinte años en los que destacaron grandísimas películas y actores/actrices, tal vez un poco olvidados en esta nueva generación del S.XXI, pero que merecen un huequecito en nuestros corazones. Espero que os sea de interés.
Bueno, pues vamos al lío. Vamos a empezar nada más y nada menos que con un cumpleaños, y es que allá por el año 1992, un día como hoy se estrenaba Malcolm X. La carrera de Spike Lee y Denzel Washington ya sabe todo el mundo que ha tenido muchas colaboraciones. En este caso estamos ante su segunda película juntos, y resultó que lo hicieron relatando la historia más comprometida con esa figura excepcional del activismo afroamericano que se ha hecho en la historia del cine. De hecho, el resultado fue tan bueno, que pocos se han atrevido a hacer de nuevo una cinta sobre él.
Malcolm X nos traslada de manera brillante hacia una de las épocas más convulsas del S.XX en Estados Unidos, con movimientos pacifistas en contra de la guerra de Vietnam, la Guerra Fría con todo el tema anticomunista en pleno apogeo y cómo no, revueltas sociales de colectivos afroamericanos reivindicando derechos negados durante cientos de años. La historia de Malcolm Little comienza en Nebraska, donde muy joven pierde a su padre y a su madre (ésta afectada por un ataque del Ku-Kux-Klan). Esta difícil juventud y la posterior negativa del ejército llevan a este joven por el mal camino hasta que acaba en la cárcel, donde pasa por un proceso de reflexión profundo y se convierte al Islam. Cuando sale de prisión pasa a ser uno de los fieles seguidores de un líder espiritual afroamericano que lucha contra el establishment de la sociedad de la época. Pronto empezará a ser el referente de todo el colectivo, lo que también le llevará al primer plano mediático mundial (todo el mundo conoce su discurso en pleno jardín de Washington con cientos de miles de adeptos donde pronunció su archiconocido “I have a dream”), y a despertar todo tipo de iras y envidias. Falleció asesinado en 1965 después de dar un discurso.
Creo que era obligado hacer un repaso de la historia de este tipo tan singular e importante para que millones de personas tengan ahora los derechos que tenemos todos. Ahora vamos ya a tratar lo que nos gusta aquí, que es el cine. La obra escrita y dirigida por Spike Lee tiene muchas virtudes, que paso a enumerar. Empezamos por una banda sonora genial que nos traslada a esa época desde el minuto uno al último. Bien es cierto que esto es norma en las películas del director neoyorkino, es un detalle que cuida mucho. En este caso hay canciones que llegan a estremecer de gente como Ella Fitzgerald o Billie Holiday. Otro aspecto a destacar es la fotografía/vestuario, aspectos que para mí (y estoy dispuesto a apostar mi nómina a que para el director también) van estrictamente relacionados en la película. Colores, diálogos y enfoques de cámara únicos, que nos van sumergiendo en la historia de una manera brillante y que tuvo el reconocimiento de estar nominado (el Vestuario) al Oscar de ese año.
Bueno, pues vamos al lío. Vamos a empezar nada más y nada menos que con un cumpleaños, y es que allá por el año 1992, un día como hoy se estrenaba Malcolm X. La carrera de Spike Lee y Denzel Washington ya sabe todo el mundo que ha tenido muchas colaboraciones. En este caso estamos ante su segunda película juntos, y resultó que lo hicieron relatando la historia más comprometida con esa figura excepcional del activismo afroamericano que se ha hecho en la historia del cine. De hecho, el resultado fue tan bueno, que pocos se han atrevido a hacer de nuevo una cinta sobre él.
Malcolm X nos traslada de manera brillante hacia una de las épocas más convulsas del S.XX en Estados Unidos, con movimientos pacifistas en contra de la guerra de Vietnam, la Guerra Fría con todo el tema anticomunista en pleno apogeo y cómo no, revueltas sociales de colectivos afroamericanos reivindicando derechos negados durante cientos de años. La historia de Malcolm Little comienza en Nebraska, donde muy joven pierde a su padre y a su madre (ésta afectada por un ataque del Ku-Kux-Klan). Esta difícil juventud y la posterior negativa del ejército llevan a este joven por el mal camino hasta que acaba en la cárcel, donde pasa por un proceso de reflexión profundo y se convierte al Islam. Cuando sale de prisión pasa a ser uno de los fieles seguidores de un líder espiritual afroamericano que lucha contra el establishment de la sociedad de la época. Pronto empezará a ser el referente de todo el colectivo, lo que también le llevará al primer plano mediático mundial (todo el mundo conoce su discurso en pleno jardín de Washington con cientos de miles de adeptos donde pronunció su archiconocido “I have a dream”), y a despertar todo tipo de iras y envidias. Falleció asesinado en 1965 después de dar un discurso.
Creo que era obligado hacer un repaso de la historia de este tipo tan singular e importante para que millones de personas tengan ahora los derechos que tenemos todos. Ahora vamos ya a tratar lo que nos gusta aquí, que es el cine. La obra escrita y dirigida por Spike Lee tiene muchas virtudes, que paso a enumerar. Empezamos por una banda sonora genial que nos traslada a esa época desde el minuto uno al último. Bien es cierto que esto es norma en las películas del director neoyorkino, es un detalle que cuida mucho. En este caso hay canciones que llegan a estremecer de gente como Ella Fitzgerald o Billie Holiday. Otro aspecto a destacar es la fotografía/vestuario, aspectos que para mí (y estoy dispuesto a apostar mi nómina a que para el director también) van estrictamente relacionados en la película. Colores, diálogos y enfoques de cámara únicos, que nos van sumergiendo en la historia de una manera brillante y que tuvo el reconocimiento de estar nominado (el Vestuario) al Oscar de ese año.
Y llegamos a la interpretación, en la que tenemos a un brillantísimo Denzel Washington, más comedido tal vez de lo que nos tiene acostumbrados desde siempre, pero es que el papel lo requería. Para mí uno de sus papeles más redondos y mejor interpretados de su carrera y probablemente por uno de los que se le recordará. Si ya de por sí cualquier trabajo de este actorazo es recomendable, en este caso es imprescindible verle y revisionarle una y otra vez. Junto a él una lista de secundarios que no desmerecen nada la producción: Angela Basset, genial en el papel de la sufrida esposa del protagonista; Albert Hall, Richard Schiff, Delroy Lindo y un joven Matt Dillon. E incluso aparece por ahí el mismísimo Spike Lee para dejar su granito de arena.
A lo mejor me he extendido demasiado, pero creo que el debut lo merece. Recordaros ya para acabar que esta película que hoy está de aniversario está considerada casi de culto en Estados Unidos, llegando incluso a ser seleccionada en 2010 para su preservación en la Biblioteca del Congreso de ese país por ser “cultural, histórica y estéticamente significativa”. Un honor reservado para muy pocas películas a lo largo de la historia. Espero que este artículo os ayude a recordarla y os dé ganas de verla de nuevo, no será tiempo perdido. Y si no has tenido la oportunidad de verla…ya estás tardando.
Nota: 8,5
Nota: 8,5
Mira que me han hablado miles de veces de ella y todavía no la he visto... tiene delito, lo sé ¡A ver si la veo pronto!
ResponderEliminarMe avergüenza decir que la vi en su momento y los recuerdos que tengo de ella son completamente nulos. Como si no la hubiese visto nunca. Merece un revisionado en breve.
ResponderEliminarGran comienzo de esta colaboración que se vislumbra de lo más fructífera.