sábado, 28 de noviembre de 2015

Drácula, regreso a los clásicos

He echado tanto de menos este sitio que contra viento y marea vuelvo a él, y es que tanto el dueño como el lugar crean adicción y soy una yonki, lo reconozco. Sin duda es un lujo volver a los clásicos con una película como esta. Hacía muchísimos años que no visionaba esta cinta. Era una tierna jovencita cuando disfruté de ella la primera vez y ni que decir tiene que me impresionó ya que a pesar de no haberla visto de nuevo hasta el día de hoy, recordaba muchas de sus escenas, así que no dudé en proponer esta película de terror para mi vuelta a los clásicos con una más que cálida acogida por parte del dueño del motel.
Otros actores han interpretado a Drácula, según mis pesquisas unos diez con más o menos acierto, pero creo que Christopher Lee es el Drácula por antonomasia, bajo mi modesto punto de vista. La historia es bien conocida por todos, Bram Stoker se inspiró en el personaje del príncipe  Vlad el Empalador para dar forma a este ser maligno que un Van Helsing interpretado por un magnífico Peter Cushing, que también daría vida a Sherlok Holmes en El Perro de Baskerville, intentará dar caza.
No se puede obviar que existe una cierta connotación sexual en el personaje de Drácula. Según algunas fuentes consultadas la sangre, símbolo de virilidad y la atracción sexual que se le atribuye, (esto se aprecia claramente en muchas de las escenas en las que las damas se acicalan y preparan su cuello para recibir ese mordisco que de algún modo les proporciona placer),  han estado siempre estrechamente ligadas al tema universal del vampirismo y por encima de todo no podemos olvidar que Drácula era un gentleman. Pero el que es sin duda el caballero más adorable es el dueño de este motel que ha guardado mi ausencia, cuidando mi habitación con mimo y esmero. Gracias querido.
Tantas cosas se quedaron pendientes en su día en esta sección de clásicos que no me sorprende haber empezado por esta película que tantas ganas tenía en su día mi amorcito que viéramos para tocar todos los palos posibles, ya que en ese cine de antaño no solo el drama y el misterio, especialmente por Hitchcock, dejaron grandes cintas para la posteridad. Por fortuna esta que hace la entrega número quince de los "Clásicos con Aurora" es la primera de muchas otras entradas a dos teclados que, con total seguridad, no se limitarán al cine añejo. Tras la llegada de Ricky hace poco, el motel recupera una de sus señas de identidad y que nos diferenciaba de la mayoría como es hablar desde dos perspectivas distintas, unas veces más que otras, y con esa química que tanto nos transmitisteis en su día que os gustaba.
Mi señora y yo tenemos un curioso vínculo vampírico, cinéfilamente hablando, porque si vi la saga Crepúsculo fue por ella y ahora que volvemos a iniciar la andadura juntos traemos a un "Príncipe de las tinieblas" que se desayunaría a los gusiluz de esa serie de novelas y aun ni habría empezado a mancharse los colmillos. Discrepo en cierta medida con mi amada compañera en cuanto a que Drácula sea siempre un gentleman y creo que en la adaptación de la novela de los años noventa hay mucha más elegancia que aquí. Quizá sea por la época, pero el vampiro de Lee es, como la mayoría de los galanes de la época, más bien brusco con las mujeres aunque el erotismo implícito en la mordedura y el intercambio de fluidos ha sido siempre más que obvio en este mito del "hominis nocturna".
Me sorprendió lo fiel y seria que es la adaptación y aun más cómo va evolucionando el tema de enseñar sangre y algunos efectos especiales que, teniendo en cuenta que hablamos de 1958, son más que meritorios. No es que pensara que en aquellos tiempos no se podían hacer traslaciones decentes del papel al celuloide pero siempre he tenido una imagen de cierta cutrez en el cine de terror antiguo.
A pesar de que el ser icónico, y por tanto su intérprete, Christopher Lee sean quienes han pasado a los anales de la historia del séptimo arte, para mi lo mejor de la película, interpretativamente hablando, es el Van Helsing de Peter Cushing. Lee tiene los momentos de más impacto y es su figura la que nos impone y es innegable que lo hace de maravilla, pero quien carga con el peso del film la mayor parte del tiempo es Cushing y eso es algo que yo valoro y mucho.
Estamos ante una producción que, valorándola en su entorno temporal, destaca en casi todos los aspectos técnicos y que tiene ese buen sabor que solo los vinos que han envejecido como deben consiguen dejar en el paladar. Fue un placer verla en tu compañía Aurora y más aún escribir de nuevo juntos en esta primera de muchas críticas a medias que están por venir. En mi caso y, a diferencia de Drácula, que andaba buscando jovencitas hasta por los rincones a las que hincarles el diente, un solo cuello me basta y me sobra para alimentarme eternamente.

2 comentarios:

  1. Dracula fue, es y siempre será Christopher Lee. Los demás son meras imitaciones cutres de ese personaje mítico.
    Me alegra volver a leerte Aurora, no has perdido ni un ápice de genialidad. Un beso enorme

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    1. Gracias!!! Estoy encantada de estar de vuelta. Un beso también para ti.

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