domingo, 14 de febrero de 2016

Un paseo por las nubes del que no queremos bajar

Dicen que hoy es el día de los enamorados. La verdad es que no llevo la cuenta de estas cosas porque desde que te conocí estoy enamorada y en una nube constante. No necesito que me recuerden que hoy sería bonito que te dijera que te quiero. Cada día te demuestro mi amor de hecho y de palabra porque cuando se ama a borbotones cada día es un 14 de febrero. Pero el romanticismo se respira en el aire y hemos querido traer a nuestros lectores una de esas pelis merengosas y pastelosas que yo personalmente adoro. Pasear por las nubes de la mano de un grande como Anthony Quinn o un jovencísimo Keanu Reeves, (sé querido que no es santo de tu devoción) pues no está nada mal. Corren los años cuarenta con la resaca de la guerra a cuestas, surge y florece el amor entre una fantástica Aitana Sanchez-Gijón, estudiante universitaria que vuelve a casa temerosa de su padre en el difícil seno de una adinerada y conservadora familia mejicana dedicada a la viticultura, y Keanu Reeves soldado condecorado por su valor en la guerra y vendedor de bombones.
Adoro la historia, adoro la música y adoro lo etéreo del amor entre los viñedos y aunque no siempre el amor sigue el curso natural que cabría esperar, sale victorioso como no podría ser de otra manera en una cinta como esta. Paseemos por las nubes con las manos enlazadas cada día de nuestras vidas porque vivamos en un día de los enamorados constante. Te quiero.
Cuando me dijiste que si no haríamos algo especial para San Valentín, la primera película que me vino a la mente fue esta, de la que tantas veces me has hablado como una de tus favoritas en lo que a romance se refiere. Como ya sabes mi amor, soy un romántico empedernido, a pesar de que a ti te resulte chocante viendo mis otros gustos cinéfilos o de lectura, así que nunca me supone un esfuerzo ver una de estas cintas y menos aun si es contigo.
Puede ser cierto que Keanu no sea santo de mi devoción como actor en términos generales, aunque creo que en determinados papeles da muy bien el perfil, pero he de decir que aquí, en un film que cumple veintiún años este 2016, me ha sorprendido gratamente. Creo que es una de las veces que más creíble lo he visto en el papel. Es hasta raro verle esa sonrisa y esa naturalidad en algunas escenas como la que comparte con el que, con diferencia, es lo mejor de este largometraje, Anthony Quinn, quien curiosamente andaba por ahí en uno de nuestros próximos clásicos.
No obstante lo dicho hasta ahora —puede que mi amada se sorprenda de cuánto coincidimos hasta el momento en la valoración— una historia de amor no funciona si no hay química entre ambas partes y aquí, pese a que Aitana no pega mucho como mejicana, esa conexión funciona suficientemente bien para que de algún modo podamos meternos de lleno e identificarnos con ellos.
Personalmente no pude más que imaginarme diciendo muchas de las cosas que el personaje de Reeves dice al padre de la joven porque yo las siento exactamente igual por ti pese a quien pese y porque demuestran, esas frases del guión, que un amor verdadero está por encima de orgullos, mentalidades y cualquier cosa que los demás quieran oponer a un sentimiento al que no se pueden poner barreras ni medidas.
No voy a decir que esta vaya a estar entre mis películas románticas mejor valoradas pero sin duda estará entre mis preferidas por el simple hecho de lo que significa para ti y ahora para nosotros. Espero que la próxima vez que la disfrutemos sea uno en brazos del otro, flotando quizá ya en una nube de la que nada ni nadie pueda bajarnos nunca más. Por cierto, yo también te amo todos y cada uno de los días.

viernes, 12 de febrero de 2016

Que no panda el cúnico

Saludos a todos.
Espero que la mayoría hayáis pillado lo del título porque igual es una broma un poco "carca" ya pero claro, uno ya va peinando canas y se nota que lleva muchos años escuchando chorradas de ese estilo.
El Motel lleva un tiempo como el Guadiana, apareciendo y desapareciendo, en lo que a la publicación de entradas se refiere. En parte porque nos fuimos quedando sin borradores y en parte porque yo he recuperado otras aficiones o actividades, además de continuar en la brecha con mi lucha física de bajar ese peso que no quería irse después de los meses en que la hernia me tuvo casi sin poder moverme. Al menos esta es una batalla que voy ganando aunque quede mucha guerra.
También está la parte psicológica, en la que estar por aquí con vosotros, escribiendo, debatiendo y echándonos unas risas ayuda pero que nunca se termina de ganar del todo. En ese sentido creo que ha llegado un momento en que el blog ha sido más como una obligación que algo a disfrutar sin más y he necesitado esta desconexión, que en los últimos tiempos también ha venido motivada por temas personales malos, solucionados, y otros buenos que han requerido de mi plena atención.
Que yo escriba esto no significa que el Motel se despida, o que vaya a desaparecer en ningún momento, pero si que va a vivir épocas en que haya semanas donde publiquemos a diario y otras en que igual solo hay un par de entradas. Seguiremos recibiendo las colaboraciones de Ricky siempre que él guste de hacerlo y cada vez habrá más críticas a dos teclados con Aurora porque son las que me motivan especialmente a escribir. Yo continuaré en la brecha y haré entradas solo evidentemente y quizá haya más de esas de opinión, que me permiten soltarme un poco más que el hablar de una película o serie en concreto; incluso puede que alguna vez acabe habiendo algún análisis de videojuegos que vayan pasando por mis manos aunque, al igual que con el cine, desde una perspectiva totalmente subjetiva y de aficionado al mundillo sin aspiraciones a ser redactor en ningún lado.
Ahora me toca ponerme al día con mucho cine de cara a los premios que están por venir, sobre todo los Blogos de Oro, que crecen de una manera que os sorprenderá a muchos, cosa de la que me alegro mucho por Javi, aunque he de pedirle disculpas públicamente porque estoy un poco fuera de todo.
Espero que no se os haya hecho larga toda esta "pastelada" y que sigamos encontrándonos como siempre en el cine.

martes, 2 de febrero de 2016

Siete novias para siete hermanos, sonriéndole y cantándole al amor

Esta vez la elección ha corrido a cargo de mi querido Sr. Purgatorio, y sin duda ha sido una buena elección. Un musical de este calibre tenía que tener cabida en el Motel. Ha sido un deleite disfrutarla junto a ti. Inspirándose en la leyenda del rapto de las Sabinas por los romanos, vio el productor Jack Cummings un musical en las colinas de Oregón. Stanley Donen se pondría a los mandos de la dirección, sin duda veterano ya en estas lides, fue codirector del gran éxito "Cantando bajo la lluvia" y "Un día en la ciudad", además de otras producciones. El letrista, Johnny Mecer que aunque no sabía leer partituras había creado grandes melodías como la deliciosa Moon River de "Desayuno con diamantes", acertó también de pleno con la letra de las canciones de esta cinta.
El elenco, bailarines en su mayoría aunque también había algún acróbata, hace las delicias del espectador. Siete eran los hermanos Pontipee, que el director deseaba se diferenciaran claramente del resto de los muchachos del pueblo, eso se solucionó eligiendo a todos ellos pelirrojos y vistiéndolos de llamativas casacas. Es curioso que  la cinta consiguiera pasar la censura teniendo en cuenta el claro síndrome de Estocolmo, en paños menores, que se pone de manifiesto. Una historia de amor adorable con una más que valiente Milly/Jane Powell que sin saberlo se enfrentará a una ardua tarea de la que saldrá más que airosa. Magnífica película para disfrutar en familia una de estas tardes de domingo tristes y oscuras que os llenará de luz y alegría. Es que el amor siempre llena de color nuestro mundo impeliéndonos a dar saltos y a dar rienda suelta a nuestros instintos, desde el amor más dulce y tierno al más apasionado y salvaje, ¿no es así querido?
Sin duda mi amor y lo mejor es cuando todos esos amores se tienen al mismo tiempo y con la misma persona. Como tú has dado ya los datos más curiosos e incluso técnicos yo me voy a limitar a hablar a nuestros fieles lectores sobre por qué tenía tantas ganas de ver esta película dentro de nuestros clásicos.
Normalmente, en los musicales más conocidos, el amor en torno al que gira la trama, casi siempre suele haber algo romántico de por medio en los que han pasado a la historia del cine, ocasiona más drama y sufrimiento que otra cosa. No es que eso no esté bien pero difícilmente conecta con un chaval, como si lo hace esta cinta, que a pesar de tener momentos dramáticos, es una comedia, una oda a la vida y, a pesar de lo que el tema del rapto pueda hacer pensar, una buena forma de plasmar la lucha de sexos o, más bien, de contarnos que ni unos son tan machitos como quieren hacer creer ni las otras tan frágiles cómo pudiera parecer. Os he soltado este rollo porque igual algunas quieran ver en este film una temática machista pero en mi opinión eso se diluye mucho a lo largo del metraje, gracias sobre todo al personaje de Milly.
De jovencito veía esta película muy a menudo y de algún modo soñaba en ser como alguno de esos hombres tan profundamente enamorados casi que a primera vista, cosas que hoy en día no son computables por una sociedad tan racionalizada que reduce todo a reacciones químicas del cerebro. Al menos en el cine si podemos disfrutar estas cosas y creerlas al menos durante un par de horas. También me imaginaba siendo capaz de ejecutar esas piruetas, he alucinado siempre con la parte del granero, y esos bailes que, no solo eran espectaculares, sino también muy divertidos.
Y qué decir de las canciones, capaces de transmitir con mucho humor cómo ven, o veían, hombres y mujeres el amor o más concretamente la manera de cortejar y ponernos la carne de gallina viendo a esos tiarrones cantando y suspirando por esas chicas que han tenido que dejar atrás. Mi chica hablaba de la censura en referencia a una determinada escena, yo veo más insinuante y fuera de lugar para la época los gestos de la protagonista cuando intenta enseñar a los hermanos de su marido cómo han de "entrarle" a las chavalas.
En definitiva es para mi una de esas películas con las que soy más subjetivo que con ninguna porque yo no puedo decir que sea el mejor musical de la historia pero para mi es el mejor musical.