El cine de los hermanos Coen siempre me ha atraído por esa ironía que lo impregna en todo momento, por serio o duro que sea el tema que tratan, por no hablar de ese humor negro que tan bien saben gestionar.
Su versión de "Valor de ley" —me niego a llamarlo remake cuando es una nueva adaptación de la novela homónima de Charles Portis— no iba a ser diferente, y no hay una escena o un personaje que no haga gala de esas señas de identidad de Ethan y Joel.
Siendo un western ya sabemos que el tema venganza no es ya recurrente, sino preceptivo incluso, así que en eso no vamos a encontrar grandes novedades aunque en este caso lo que diferencia a "Valor de ley" de otras es que, quien busca resarcir ese agravio es un niña de armas tomar, interpretada de manera notable por Hailee Steinfeld y que, no os hará reír a carcajadas, porque el humor de los Coen es más del mío, más de sonrisa que de carcajada, pero que protagoniza los mejores momentos del film en sus conversaciones con el agente del gobierno interpretado por Jeff Bridges de manera magistral.
En realidad, los hermanos y su equipo consiguen lo que precisamente criticamos que aquí, en nuestro país no se consigue cuando adaptamos obras que se desarrollan en épocas pasadas. Me refiero a que, en el salvaje oeste, incluso los más adinerados podían parecer en determinados momentos ir con más polvo encima que el coche de Carlos Sainz después de una etapa del Dakar —que por cierto se sigue llamando Dakar y sigue teniendo como símbolo a un tuareg cuando ahora se hace en Sudamérica— y en esta película lo notas, no los ves y dices "Esa ropa la acaba de sacar de la tintorería".
El avance de la trama nos va demostrando que muchas veces las cosas no son lo que parecen o lo que esperamos de ellas, como va quedando patente con LaBoeuf/Matt Damon y, sobre todo, cuando conocemos en profundidad al objeto de la persecución Tom Chaney/Josh Brolin, que dista mucho de ser ese cerebro criminal que sus andanzas nos hacen intuir.
Porque así era y sigue siendo la vida, te arrebata cosas y aun te exige más, dejando algo de ti por el camino, como se nos muestra en unos compases finales necesarios para explicar algunas cosas, pero que se hacen algo lentos en un film que hasta ese instante había sabido conjugar muy bien el western más contemplativo y reflexivo con el más entretenido.
Bien rodada, como es menester tratándose de los Coen, bien interpretada y con un ritmo y una historia que te invitan a quedarte hasta el desenlace, "Valor de ley" se ve para mi lastrada a la hora de obtener una nota más alta, porque quizá, estando quien estaba detrás del proyecto, me esperaba algo más arriesgado y no un western tan clásico.
Me gusta el género, sin embargo esta película no pasará a formar parte de mis favoritas. Aun así es una película diferente al tener una niña como principal promotora de la trama, que con un par de bemoles no se achanta y se embarca en una cruzada contra el malo, malísimo -que como tú dices cuando aparece se te queda cara de "¿eh? No pué ser"- acompañada de estos hombres rudos sin muchos miramientos. Genial tu crítica como siempre. Un beso.
ResponderEliminarHola preciosa.
EliminarQuizá no está entre las grandes del western, pero si está entre las que merece la pena ver, sobre todo porque, pese a la falta de riesgo que menciono, la mano de los hermanos Coen es muy reconocible.
Más o menos coincidimos. Aunque la vi hace ya tiempo, recuerdo que me gustó bastante, pero no es de esas que se te quedan en el recuerdo y que de vez en cuando te apetece volver a ver.
ResponderEliminar@Ociopalabras
Está claro que no es una película que se haga inolvidable, pero si que merece la pena al menos un visionado, tanto si eres fan de los western, como si lo eres de los Coen o de ambas cosas.
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