Hay peliculas que no merece la pena ir al cine a verlas y me atrevería a decir que esta es una de ellas. La primera la vi en casa y ni fú ni fá y ha vuelto a ocurrir con esta tercera entrega. ¿Entretiene? Sí, pero hasta ahí llega su mérito. Contiene gracietas y chascarrillos de este gigantón que en teoría debería ser malvado pero en realidad es buena gente. Creo que es de esas cintas que este año pasarán sin pena ni gloria y yo no sentiré ningún pesar. Poco más tengo que añadir desde mi humilde e inexperta opinión cinéfila. ¿He sido demasiado parca y dura en mis palabras mi amor? Seguro que tú tienes una opinión crítica más constructiva.
Pues no sé yo cariño si me extenderé mucho más en mi opinión. Como suele decirse, tienes el cielo ganado o eres una santa por todo lo que aguantas que te arrastre a ver al cine, aunque sin duda este año esto ha sido lo peor con diferencia. Yo por mi parte si tengo un cierto aprecio a la primera película de este personaje aunque nunca he visto la segunda.
Un videoclip de dos horas con mucho humor, tanto que es demasiado porque parece que no puede haber una frase de Hellboy que no contenga algún chiste cuyo nivel en general va de nefasto a mediocre. Las actuaciones, por decir algo, también son reseñables, si quieres ganar los Razzies, esos premios que son los anti Oscar, otorgados a los peores films del año. Milla, vuélvete a tus zombis.
Quizá lo único salvable en aspectos técnicos, donde destaca para mal todo lo que tiene que ver con efectos especiales, sea la música cañera en determinados momentos.
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