Ayer tuve la fortuna de
asistir al cine a ver lo nuevo de Wes Anderson, “El Gran Hotel
Budapest”. De este director solo he visionado “Moonrise Kingdom”,
además de la ya mencionada, y ambas me parecen películas notables,
aunque la dirección de Anderson es un tanto atípica, pese a lo
cual, todo acaba encajando como debe.
Al igual que otros films
de este cineasta, el reparto es coral y veremos desfilar por pantalla
a decenas de actores y actrices muy conocidos. Sin embargo, voy a
destacar a quienes, en mi opinión, le dan personalidad a esta cinta.
Sin duda Ralph Fiennes
está sublime y nos brinda una de sus mejores actuaciones, con esa
flema y ese saber estar del que dota a su personaje, que por otro
lado es un mujeriego (con unos gustos muy peculiares) y un caradura
redomado. Su pareja de baile es un debutante Tony Revolori, que
participa muy bien de la mayoría de los gags en que ambos actores
coinciden.
Me ha encantado también
Jeff Goldblum en su papel de abogado y la mayoría de sus
intervenciones tienen algún momento hilarante pese a la seriedad del
personaje. Hacía tiempo que tenía ganas de verle actuando de verdad
(no había visto nada suyo en mucho tiempo) y en “El Gran Hotel
Budapest” no podrían haber escogido a nadie mejor que él para
encarnar al albacea testamentario de Madame D. encarnada por Tilda
Swinton.
Para terminar, otra
pareja con cierto protagonismo, y cuyas actuaciones me han dejado
plenamente satisfecho ha sido la formada por Adrien Brody y Willem
Dafoe. El primero, el despechado y avaricioso hijo de Madame D. y el
segundo, la mano ejecutora de este cuando empieza la persecución que
ocupa gran parte de la trama.
En aspectos técnicos
como fotografía, vestuario y la elección y gestión de las
localizaciones la película me parece que roza el sobresaliente.
Las diferentes
tonalidades de colores nos transportan a la perfección de un
escenario a otro, tanto del antiguo hotel, al reformado, que vemos durante las
conversaciones entre los personajes de Jude Law y F. Murray Abraham;
como a lugares fuera del ostentoso edificio como son la prisión o el
pueblo.
Antes de acabar no quiero
olvidarme de la exquisita banda sonora a cargo de Alexandre Desplat,
que da en la diana con cada nota en cada momento de la cinta, ya sean
momentos de comedia, tensión o incluso de cierto terror, cerca ya
del final.
Si Anderson os gusta, es
indudable que debéis ver esta película, porque tiene todo lo bueno
de este director. Cierto es que su manera de hacer cine no es quizá
para el público general, pero si queréis disfrutar de algo más de
hora y media de comedia absurda de calidad, esta es vuestra película.
Aquí os dejo las críticas de otros amigos d
Aquí os dejo las críticas de otros amigos d
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