sábado, 29 de marzo de 2014

El Gran Hotel Budapest





Ayer tuve la fortuna de asistir al cine a ver lo nuevo de Wes Anderson, “El Gran Hotel Budapest”. De este director solo he visionado “Moonrise Kingdom”, además de la ya mencionada, y ambas me parecen películas notables, aunque la dirección de Anderson es un tanto atípica, pese a lo cual, todo acaba encajando como debe.

Al igual que otros films de este cineasta, el reparto es coral y veremos desfilar por pantalla a decenas de actores y actrices muy conocidos. Sin embargo, voy a destacar a quienes, en mi opinión, le dan personalidad a esta cinta.

Sin duda Ralph Fiennes está sublime y nos brinda una de sus mejores actuaciones, con esa flema y ese saber estar del que dota a su personaje, que por otro lado es un mujeriego (con unos gustos muy peculiares) y un caradura redomado. Su pareja de baile es un debutante Tony Revolori, que participa muy bien de la mayoría de los gags en que ambos actores coinciden.

Me ha encantado también Jeff Goldblum en su papel de abogado y la mayoría de sus intervenciones tienen algún momento hilarante pese a la seriedad del personaje. Hacía tiempo que tenía ganas de verle actuando de verdad (no había visto nada suyo en mucho tiempo) y en “El Gran Hotel Budapest” no podrían haber escogido a nadie mejor que él para encarnar al albacea testamentario de Madame D. encarnada por Tilda Swinton.

Para terminar, otra pareja con cierto protagonismo, y cuyas actuaciones me han dejado plenamente satisfecho ha sido la formada por Adrien Brody y Willem Dafoe. El primero, el despechado y avaricioso hijo de Madame D. y el segundo, la mano ejecutora de este cuando empieza la persecución que ocupa gran parte de la trama.

En aspectos técnicos como fotografía, vestuario y la elección y gestión de las localizaciones la película me parece que roza el sobresaliente.

Las diferentes tonalidades de colores nos transportan a la perfección de un escenario a otro, tanto del antiguo hotel, al reformado, que vemos durante las conversaciones entre los personajes de Jude Law y F. Murray Abraham; como a lugares fuera del ostentoso edificio como son la prisión o el pueblo.

Antes de acabar no quiero olvidarme de la exquisita banda sonora a cargo de Alexandre Desplat, que da en la diana con cada nota en cada momento de la cinta, ya sean momentos de comedia, tensión o incluso de cierto terror, cerca ya del final.

Si Anderson os gusta, es indudable que debéis ver esta película, porque tiene todo lo bueno de este director. Cierto es que su manera de hacer cine no es quizá para el público general, pero si queréis disfrutar de algo más de hora y media de comedia absurda de calidad, esta es vuestra película.
Aquí os dejo las críticas de otros amigos d

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