Como no he he visto ningún trabajo anterior de
Isabel Coixet, pero si he visto muchísimo cine de terror y thrillers
psicológicos, haré el análisis de "Mi otro yo" sobre
todo desde esa perspectiva.
Una voz en off, parece que ahora se ha puesto de
moda usar este recurso, nos va destripando quizá demasiado desde los
primeros compases del film. Tiene su lógica en algún momento, pero
lo veo innecesario en determinadas ocasiones.
Sea como sea, es la parte inicial de la película la
que mejor consigue conducir Coixet, con una cadencia y una narrativa
muy adecuada y que nos presenta la historia sin artificios.
Presentación de personajes y del entorno que nos ponen en situación
de cara a disfrutar de Fay y sus devenires.
A partir de aquí es cuando empiezan los problemas
para una directora que, en su primer acercamiento al género, no
arriesga en nada y va tirando de clichés, una y mil veces vistos.
Ello no le resta el mérito de conseguir causarnos en más de un
momento angustia, desconcierto o terror y juega de manera genial con
la iluminación también.
Quizá el mayor fallo, según se mire, sean las
subtramas que se entretejen con la historia de terror, esto es, el
drama familiar y el romance adolescente. Curiosamente es donde mejor
se defiende coixet, dirigiendo con pulso firme pero también llegando
a olvidarse por momentos de que lo importante, lo que nos estaba
contando, era la sempiterna batalla entre luz y oscuridad.
Hablando del reparto, no me parece que Sophie
Turner/Fay lo haga tan rematadamente mal como he leído en algunos
sitios, aunque si es verdad que no es una interpretación que vaya a
pasar a la historia.
Del resto, Claire Forlani y Rhys Ifans nos brindan
unas actuaciones decentes como padres de la protagonista; Jonathan
Rhys Meyers correcto como guaperas habitual y Geraldine Chaplin
demuestra una vez más que, aunque sus minutos en pantalla sean
breves, siempre deja su impronta indeleble.
El apartado sonoro es también muy poco original,
con las melodías y sonidos típicos del género pero no es que el
resto de películas que nos cuentan historias similares hayan
conseguido innovar mucho en esto en los últimos años.
Creo que Isabel Coixet ha querido probarse en un
género en el que, si no se innova, es difícil dejar conformes a
aficionados al terror psicológico, sobre todo cuando tira de
recursos y efectos tan añejos y que además nos cuela una
explicación final muy cogida con alfileres y unas últimas escenas
que no sorprenderán a nadie. ¿Es una mala película? No lo creo,
pero si es obvio que para satisfacer a los espectadores hay que
arriesgar más o se pasa de puntillas y se cae en el olvido
rápidamente.
Nota: 5
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