martes, 3 de marzo de 2015

Cuando ruge la marabunta pero el corazón ruge aun más.

Habré visto esta película ¿ocho, diez veces? Y me apasiona cada vez, de hecho mientras la veía junto al Sr. Purgatorio vía wuasap, estuve tan absorta en la pantalla que el Sr. Purgatorio se vio en la obligación de preguntarme si seguía viva, (el pobre tiene un trauma porque me quedo dormida con cierta frecuencia) tanto me fascina esta película. Pero no es el atractivo Charlton Heston el que me llena de fascinación, no, es ella Eleanor Parker, bella, altiva, sublime. Los tipos duros y malotes como Heston no me van. Prefiero los tiernos y achuchables como...  bueno prosigamos.
Es difícil hablar de esta cinta sin destripar nada pero os diré que subyace un problema de fondo en lo concerniente a lo impoluto de los cuerpos y las almas y hasta ahí puedo escribir.
La escena de Eleanor Parker al piano es de lo mejor, por no decir lo mejor de toda la película plasmándose en la pantalla un inteligente contenido erótico de manera subliminal. Y volvemos a lo mismo, el erotismo no es ser gráfico ni "anatómico", es algo mucho más sutil y sugerente. Creo que muchos lo confunden. En alguna reseña literaria que vendrá próximamente me explayaré un poco más con este asunto.
El escenario en el que se desarrolla es la América amazónica con una casa colonial de ensueño y un vestuario que a mí personalmente me entusiasma. Aunque las hormigas dan un poco de repelús.
Quizás no sea la película más emblemática de Heston pero sí es la que a mí más me llega. Como siempre mis mini-críticas son viscerales, para utilizar la cabeza y sacarle punta a todo ya tengo al Sr. Purgatorio que seguro me pone los puntos sobre las íes.
A mi me encanta cómo me achuchas, Sra. Purgatorio, pero bueno, eso es otro asunto y de malote tengo yo menos que la mayoría de los políticos de honrados. Y yo no he de ponerte ningún punto sobre ninguna "i" porque ya sabes que tu opinión es sagrada para mí.
Una vez que le he sacado los colores y os tengo a vosotros un tanto flipados pensando "Hala lo que ha dicho" pasemos a hablar de esta nueva entrega de "Clásicos con Aurora". De esta película, tras verla he de decir que solo recordaba lo de las hormigas cruzando el agua sobre las hojas, o quizá eso lo vi en algún documental de "La 2".
Una de las cosas que me resultó muy curiosa en los primero minutos de película fue esa mezcla de humor y dramatismo que tan bien sabe transmitir el compositor de la banda sonora —ojito a su apellido que yo casi me meo en los créditos iniciales de la peli—, Daniele Amfitheatrof, que va hilvanando, sin solución de continuidad, unas melodías cómicas que me recuerdan a los dibujos clásicos de Disney con otras mucho más tendentes al drama que se va sucediendo cuando Joanna/Eleanor Parker, va descubriendo lo difícil que va a ser no solo la vida allí, sino lidiar con un hombre tan particular, hecho a sí mismo y solitario como Christopher/Charlton Heston.
Puede parecer a priori que vamos a ver una cinta de aventuras al uso, pero lo cierto es que, como en gran parte del cine clásico que he visto hasta ahora, todo gira en realidad en torno a un romance y hay mucho más drama que acción, la cual se concentra en la última media hora de metraje.
Así las cosas, lo que me pareció más disfrutable con diferencia son las escenas entre ellos dos, con unos diálogos que debían ser arriesgados para la época, con una mujer sin pelos en la lengua, que si que le pone los puntos sobre las "ies" a un Heston que demuestra lo gran actor que fue cuando el rictus de hombre estricto y mal encarado va dejando paso a su verdadero ser, a un hombre con sentimientos pero que no sabe expresarlos porque ha usado demasiado tiempo esa armadura, que como la del caballero del libro, se va oxidando al pasar Joanna más tiempo en la mansión.
También coincido con mi señora en que antes se sabía hacer erotismo con clase, y la verdad es que un beso en el cuello de ella y el posterior placer en su rostro son más que suficientes para ponerte en situación y darte cuenta del deseo que hay entre esas dos personas. Hoy día se lleva enseñar lo máximo posible para conseguir audiencia incluso aunque la historia pueda enganchar por sí misma como es el caso de "Juego de Tronos", que no digo que en los libros no hubiera sexo y que este no se utilice para conseguir cosas, pero hay diferencia entre el uso y el abuso.
Pese a su tono mayormente dramático, "Cuando ruge la marabunta" tiene un ritmo muy ágil y una duración muy acertada, con lo cual consigue entretenerte tanto o más que muchas películas de hoy, donde los romances que nos meten con calzador son tan poco creíbles y pueriles que acabas deseando que llegue la acción. Aunque quizá el problema sea que hay muy pocos actores hoy día capaces de transmitir la pasión y el amor como lo hacían los del cine clásico. Es una reflexión que hago ahora mismo a "vuelateclado" pero que creo que es bastante fiel con la realidad del cine actual.
Esta es una de esas películas que demuestran que, pese a los muchos fallos en pequeños detalles que te hacen sonreír como cuando tus hijos están aprendiendo a hacer algunas cosas y, las hacen claro, pero sin prestar mucha atención a determinados detalles. Me refiero sobre todo a la lucha contra las hormigas, pero ya digo que son cosas normales teniendo en cuenta los medios y la época y que no desmerecen en nada al disfrute de la película.

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