Muchos no comprendéis que algunos esperemos este tipo de esperpentos como agua de mayo y entendéis menos aun las notas que les damos pero es que las cosas hay que valorarlas en su justa medida y disfrutarlas por lo que son. Hay muchos de estos truñacos a los que no me acercaría ni tocándolos con un palo pero con Sharknado siento una atracción irremediable.
En esta ocasión ya vemos como Fin Sheppard es quien corta el bacalao, o los tiburones, desde el minuto uno y es admirado como un héroe nacional al que condecoran en los compases iniciales del film, en cuya ceremonia ya disfrutaremos de grandes momentos, sobre todo cuando el presidente se pone en plan "Bad Boys" con Fin.
Esta cinta es un despropósito constante desde que empieza hasta que acaba pero es que así debe ser. Acercarse a ella esperando encontrar otra cosa y criticarla por ser lo que es no es lógico. Es como si te vas a ver "Mar adentro" de Amenábar, que sabes que es un giro en su cine hacia el drama, y la pones a parir porque no es como "Abre los ojos". En ese cúmulo de ridiculeces es donde reside la fuerza de esta trilogía y seguramente futura saga, es decir, tú te sientas a verla esperando que por la pantalla desfile cutrerío, caspa, un sinsentido total y eso es lo que vas a encontrar.
Hay muchísimas escenas que recuperan la épica de la primera entrega que pareció perderse un tanto con la segunda y encima tenemos más caras conocidas además de Ian Ziering y Tara Reid. Nos encontraremos con una Bo Derek un tanto irreconocible, yo supe de quién hacía al ver el vídeo de @criticodebasura, un Frankie Muniz, Malcolm de "Malcolm in the middle", que no ha cambiado nada y un David Hasselhoff que por lo que se ve se apunta a un bombardeo últimamente.
Los tiburones llegarán de las maneras más inesperadas, la sangre brotará por doquier aunque no tenga sentido, hay incluso escenas que podemos considerar homenajes a gente tan grande como los "Monty Python" y hay tías buenas y tíos marcando musculito. No digo que esto último le de un plus de calidad pero en toda película casposa que se precie es imprescindible que el héroe tenga brazacos como jamones y que, salvo Tara Reid, que puede ir como le de la gana, las tías enseñen cacha porque los actores y actrices de aquí sirven para poco más que eso.
Me reí más que con la segunda y me pareció mejor pese a que en esta la historia, que en la anterior era un poco más elaborada, vamos como la que podría inventar un niño de cinco años y la de esta uno de tres, brilla por su ausencia totalmente, funciona mejor como sucesión de gags. Para mi la primera sigue siendo insuperable porque creo que el efecto sorpresa ayudó pero si os gustaron las anteriores, aquí tenéis un "mierdiculón" de los buenos.
Nota: 5
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