Como hace ya tantos años que las ideas en Hollywood escasean, en 2011 decidieron que, como lo de la secuela de 300 no llegaba tenían que sacarle partido al tema y así llegaron a la conclusión de que lo mejor era hacer una especie de spin-off sobre los "Inmortales" que salían en aquella, aunque, si he de ser sincero teniendo en cuenta el poco protagonismo que tienen esos seres aquí no termino de comprender si el título de la cinta va por ellos o por eso de que las gestas de los protagonistas les harán inmortales de cara a la posteridad.
Para que parezca que el guión está currado los primeros segundos nos muestran diálogos en lo que imagino es griego pero ya se empieza a notar que el croma va a ser mucho más patente que en su predecesora y que lo mismo vemos trabajo de vestuario muy logrado, que nos presentan a los dioses del Olimpo como una versión cutre, muy cutre, de la gala drag queen de Las Palmas con unas vestimentas que parecen hechas de oro del que cagó el moro.
Evidentemente la película es entretenida y tiene alguna batalla que otra destacable y más sangre digital en pantalla que un temporada entera de "The walking dead" pero eso no puede ocultar un guión más simple que el mecanismo de un chupete y con menos épica en la mayoría de los discursos grandilocuentes que la posterior "300 el origen de un imperio". Y por cierto, el mal uso y abuso del slow motion no da más épica, simplemente te permite ver mejor cómo se cercena un brazo o se revienta una cabeza.
Del reparto me quedo con Mickey Rourke, que a pesar de perder mucho cuando se pone el yelmo ese, hecho con la pinza del último cangrejo gigante que se comió, es quien meejor encaja con su papel porque Cavill, más allá de lucir ese cuerpazo serrano que tiene no deja de ser otro héroe de acción más.
Divertida para una noche de sábado y seguro que más en compañía de amigos y bebida para echarse más risas de las que ya me eché yo solo el otro día. Por lo demás anecdótica.
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