sábado, 7 de febrero de 2015

Crepúsculo: Luna Nueva. Carglass cambia, carglass repara.

Sé que más de uno y más de dos debieron pensar, cuando están ahí en plan "Qué guay sería ser como Romeo y Julieta", en si estábamos viendo una conversación entre dos enamorados o entre un suicida en potencia e inductor a la vez, hasta que son interrumpidos por el profesor que, como todos nosotros, está hasta las narices de los dos chavales hablando en la última fila pero se acaba llevando un "zas en toda la boca" porque el Cullen ha tenido tiempo más que de sobra para aprenderse de memoria la sobras completas de "William Shakespeare". Bueno vale, os he destripado unos dos minutos de peli más o menos, pero tampoco es que os desvele mucho y dudo que casi nadie que lea esta crítica la haya visto o piense verla. Es que no sé, me resultó tremendamente curioso este tema.
En todo caso, si aquí hay luna nueva es porque entran en acción los licántropos, si, esos tíos que se convierten en lobos tamaño huargo que se ha pinchado esteroides de los malos. El pelo y como se mueven y todo eso queda muy bien pero claro, el rollito ese raro que se deben traer como conejillos de indias de los nuevos pantalones cortos vaqueros de "Levi's" me desconcertó bastante. A ver me explico; resulta que cuando te conviertes en hombre lobo, que debe ser en la alta pubertad, vas por ahí sin camiseta, con unos pantalones cortos vaqueros y unas deportivas. Por lo visto es como que van muy calientes los chavales o algo así, pero bueno volvamos al tema pantalones. Cuando se convierten ves, literalmente, como la susodicha prenda explota en mil pedazos de tela que no dan ni para hacerle un traje a una pulga, pero ey, que cuando vuelven a ser humanos, tienen de nuevo todo el equipamiento. De ello deduzco que los fabricantes de vaqueros nos ocultan algo.
Esta vez la historia, envidiablemente ejecutada por una Kristen Stewart que ha llevado a un nuevo nivel de perfección ese gesto entre "He olido una mierda" y "Respirando por la boca lo notaré menos", gira en torno a algo que todos hemos vivido, o casi todos, del tan manido "Te quiero como amigo pero arréglame la moto", o lo que es lo mismo, el amor no correspondido y fin... a la trama digo, que no a la crítica que seguro que algo se me ocurre aun.
Otra cosa que nos queda clara viendo esta segunda entrega es que hasta ahora, nosotros no tenemos ni pajolera idea de lo que es tener una pesadilla de verdad. Las de Bella/Stewart dejan en bragas a las de "Freddy Krueger", vamos, que gritaban menos los chavales que eran desmembrados o triturados en aquella famosa saga que la muchacha esta. Se nota que es actriz de método, solo que debió confundir la academia de artes escénicas con el manicomio que había al lado porque telita.
Todo lo demás es conviérteme, no te convierto, me voy porque no te quiero hacer daño pero al final te he provocado una depresión que ríete tú de la que nos provocan nuestros políticos, etc. etc. Vamos, un drama adolescente como podíamos disfrutar en "Al salir de clase" pero con hombres que se convierten en lobos, que no hombres lobo, y vampiros, en lugar de el "Flipe", de Felipe, repartiendo batazos.
Que sepáis que habéis hecho mucho mal todos estos años poniéndome esta saga como una basura infecta porque al final si, me río de ella más que me implico en la historia, pero sé que he visto y veré cosas mucho peores. Lo que pasa es que vamos a ver una adaptación de una saga de novelas de dudosa calidad literaria, como el 99% de los best sellers que todos leemos, enfocada a un determinado tipo de público y nos esperamos a Bram Stoker y Mar Shelley y así nos va luego. Sé, porque mi acompañante me ha dicho que el nivel va decayendo en las siguientes, que seguramente vendrán malas notas para "Eclipse" y "Amanecer", pero de momento, esta vuelve a aprobar raspadita porque tiene sus cosas que no funcionan nada mal, pese a que una crítica para una película como esta no pueda hacerse ni ser tomada en serio.
 
Nota: 5

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